Él la contó, él ¡No

Socorro Valdez Guerrero

Los dos conducían, pero aquel protegido por una estructura, lo que evitó su muerte. La rueda del otro se hundió intempestivamente, no alcanzó a desviar la trampa y cayó trágicamente. Su pericia no fue suficiente para evitar esa indolencia, esa omisión irresponsable de un gobierno, de una secretaría que debe asfaltar. Pero, ellos, mis del gobierno de la capital aseguran reparar 15 mil baches del cinco de diciembre de 2018, cuando empezó la nueva administración como parte de los trabajos de mantenimiento a la red vial primaria. Una acción que cubre el pago de impuestos. Sí, impuestos para asfaltar y cómo derecho de piso o para circular. Pero, ese bache no entró y unos indolentes -Secretaría de Obras y Servicios- tampoco cumplieron. Así, eso llevó a que la juventud de él, de ese motociclista fuera truncada. Se trata de un gobierno que omite acciones que cuestan vidas, sobre todo a motociclistas, a ciclistas. Un conductor de vehículos que hoy paga esa avería y una familia, ¡un sepelio! Una muerte que no sé evitó, aunque la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, recalcó el “ahorro considerable reactivando la planta de asfalto”. Una planta de la que no salió ese material para evitar ese trágico accidente. Lo mío, era reparable. Para ellos, ese dolor, ¡no! narra con pesar el conductor. “Sí, efectivamente compré un nuevo neumático, raro pero, precisamente a unos pasos del bache; ya no hubo remedio, pero no fue mi pérdida lo grave, resulta que el sábado pasado una motocicleta tuvo el mismo percance, sólo que el joven que la conducía, no perdió un neumático, voló por los aires y ..¡Perdió la vida! Yo invertí mil 999 pesos en una nueva llanta, la familia de él, en su funeral, que deja dolor, ¡ausencia! Mi auto seguirá rodando, ¿y el joven…Y otros motociclistas? Pasé del enojo a la tristeza, pues ahí sigue la trampa, como muchas en las vialidades de la Ciudad de México. Ahí, está en plena avenida, en Ermita Iztapalapa, esquina con calle Mina, barrio de San Miguel. Esa irresponsabilidad gubernamental no sólo causa daño y pérdidas económicas, hay algo más grave, la indolencia de una autoridad, que provoca, ¡truncar una vida!