Los XV años: ¿La fiesta del patriarcado?.

Los XV años: ¿La fiesta del patriarcado?

Alguien como tú.

Gladys de L. Pérez Maldonado.

Se dice que la celebración de los quince años de una mujer proviene de las grandes culturas precolombinas, los Aztecas y los Mayas de México realizaban los ritos de pubertad para indicar la entrada a la vida adulta y la aceptación de responsabilidades de las mujeres.

Al llegar a esta edad, las jóvenes salían de la familia a la escuela telpochcalli donde aprendían la historia, tradiciones de su cultura y se preparaban para el matrimonio, luego regresaban a la comunidad para celebrarles la fiesta de quinceañera.

En la época de la Colonia, los españoles incluyeron en la tradición indígena la misa católica. En el siglo XIX, el Emperador Maximiliano y su esposa Carlota introdujeron a la celebración el vals y el vestido estilo princesa.

La argentina Solana Camaño, comunicadora, periodista, docente y coordinadora de la Escuela Feminacida, sostiene que “La quinceañera” es un fenómeno de transculturación e interculturalidad, relaciona el origen de esta celebración en América Latina con las presentaciones de las mujeres ante las cortes europeas,  donde se organizaban bailes en los que “las señoritas de la alta sociedad” eran las protagonistas.

Agrega que en estas fiestas, las adolescentes se presentaban ante la comunidad como disponibles ya para el “mercado” matrimonial.

Sobre los orígenes de esta práctica, Lorena Favier, antropóloga especializada en estudios de género señala: “La joven ha entrado en la sociedad de las mujeres. Un mundo que antes le era inaccesible y que a través de su fiesta demostrará merecerlo. Las etapas que ésta debió pasar nos hacen pensar en el cuento de la Cenicienta. Pero no sólo hacen referencia al paso a la condición de mujer; los vals, el zapato de tacón, la corona, tantos símbolos presentes en el cuento de Walt Disney que remiten a otro tipo de paso: el del ascenso socio-económico. Aquella noche, metafóricamente, la quinceañera, su familia y sus invitados acceden a otra categoría social: la de la aristocracia.”.

Mercedes Palencia Villa y Víctor Gruel, Profesora-Investigadora del Departamento de Ciencias en Educación en la Universidad de Guadalajara, Jalisco, México y Estudiante de la Licenciatura en Sociología de la misma Universidad, respetivamente, en su artículo “Algunas visiones sobre un mismo ritual: La fiesta de quince años” publicado en la Revista Temas Sociológicos Nº 11, 2006, pp. 221-240, consideran que “En el tradicional festejo de los quince años, la chica viste un atuendo que trata de representar una princesa de las cortes europeas y, entre más lujosa y espectacular sea la fiesta, se ostentará una mejor muestra de poder económico y de una capacidad de ascenso social durante el instante de la celebración.

La ceremonia religiosa forma parte de este ritual y el sermón del párroco alude y exalta este proceso de transición de la infancia a la adultez, indicando las pautas morales que debe practicar esta niña que se transforma en mujer. En la mayoría de los sermones se alienta a las jóvenes a permanecer vírgenes hasta que contraigan matrimonio, a obedecer a sus padres y, últimamente, se incluyen algunas tentaciones mundanas como el sexo, las drogas y el pecado carnal. El discurso se actualiza subrayando la importancia del estudio y la preparación para enfrentar un futuro incierto.”.

Palencia y Gruel citan a Emma Ruiz del Campo, con su artículo “Adolescencia femenina y ritual: la celebración de quinceañeras en algunas comunidades en México”, publicado en Revista Espiral estudios sobre Estado y Sociedad, Enero-abril, Volumen VII. Editorial Universidad de Guadalajara, México, pp. 189-222 (2001) quien señala que este tipo de celebración no da ningún mensaje en cuanto a los lugares que pudieran ocupar las mujeres en el ámbito público, por el contrario, el ritual parece sugerir actitudes pasivas a las chicas…”.

El ritual de la fiesta de quince años, en el siglo XXI ha cambiado, las jóvenes tienen posibilidad de decidir qué tan espectacular es su celebración de conclusión de la infancia e inicio de la adolescencia,  muchas, según la situación económica de los padres eligen que se les dote de un regalo significante o realizar un viaje, no obstante, sin importar la economía familiar, si la decisión es de llevarse a cabo una fiesta con ese motivo, se les dará la opción de seleccionar el lugar, el diseño del vestido, que no necesariamente será estilo princesa de los cuentos, pero que usualmente tiene un corsé para exaltar la figura femenina y la música del baile se escogerá de los hits del momento, eso sí, la corona nunca faltará.

Presentar en sociedad a una hija a los quince años, no ha pasado de moda, según el arraigo cultural familiar será la celebración y la cantidad de rituales que protagonice la festejada, esto es, la despedida de la muñeca como símbolo de terminación de la infancia, el baile con el padre o con quien funja como autoridad paterna, con los tíos, primos y chambelanes y quizás la representación de una coreografía musical actual con un vestido de luces enalteciendo la figura femenina, además de un discurso, pronunciado por el padrino de la quinceañera enalteciendo las cualidades de la joven mujer.

Es importante visibilizar y concientizar a la sociedad, que históricamente el objetivo de la fiesta de quince años fue precisamente presentar a la joven mujer ante los demás como aquella que había dejado de ser niña y que ahora ya estaba apta para el matrimonio, usando a la mujer como un objeto en exhibición, disponible al mejor postor.

Esta celebración tiene todos los tintes del estereotipo patriarcal, donde a la mujer le fueron asignadas determinadas conductas diseñadas solo para ella, como en el caso es el matrimonio, en un futuro la procreación y cuidado de la familia, si no, ¿Cómo nos explicaríamos que a los hombres no se les presenta en sociedad al cumplir los quince años? Y si alguien se atreve a celebrarlo, se considera que el joven es afeminado.

Desde esta trinchera de Alguien como tú y en consonancia con nuestro anhelo de alcanzar en la sociedad la igualdad sustantiva de los géneros prontamente, les convocamos a eliminar los festejos estereotipados, para que nuestras hijas logren vivir en libertad.