27.05.2023. Gracias a los avances en tecnología y ciencia, Gert-Jan Oskam, quien quedó tetrapléjico hace doce años debido a un accidente en bicicleta, ha vuelto a caminar gracias al equipo dirigido por Grégoire Courtine en el Hospital Universitario de Lausanne, en el cual también hay una ingeniera colombiana, Carmina Andrea Galvez Solano dando un paso revolucionario al probar un innovador enfoque conocido como interfaz cerebro-columna vertebral.
El dispositivo establece un “puente digital” entre su cerebro y los nervios debajo de su lesión. Andrea Gálvez Solano, neuroingeniera e investigadora del proyecto, narró a medios de comunicación nacionales y extranjeros detalles sobre el avance tecnológico llamado “interfaz cerebro-columna vertebral”.
El desarrollo fue llevado a cabo en colaboración con el líder de investigación, Grégoire Courtine, neurocientífico del Instituto Federal Suizo de Tecnología en Lausana.
Gálvez, egresada de ingeniería biomédica de la Universidad de los Andes, actualmente está realizando su doctorado en Ingeniería Eléctrica en la Escuela Federal de Lausana (Epfl), ubicada en Suiza. Esta institución patrocina la investigación con el objetivo de restaurar la movilidad en personas con lesiones en la médula espinal.
El sistema funciona mediante 16 implantes en la zona lumbar que están conectados a un dispositivo externo. Este dispositivo controla y envía entre 40 y 100 impulsos eléctricos por segundo, permitiendo que las neuronas de la médula activen correctamente las señales del cerebro al cuerpo.
“Lo que hemos creado es un puente digital que desvía la médula espinal (…). Consiste en dos implantes cerebrales, uno de ellos a nivel medular, y mediante algoritmos identificamos las señales cuando el participante comienza a pensar en movimientos”, explicó la investigadora.
La primera fase de la investigación ha demostrado la funcionalidad y seguridad de la tecnología, por lo que el equipo está trabajando con una muestra más amplia. Gálvez mencionó que se han aprobado los siguientes ensayos clínicos, que se enfocarán en pacientes con lesiones medulares cervicales más severas. También están explorando la aplicación de esta tecnología en casos de derrames cerebrales y Parkinson.
Uno de los beneficiarios del proyecto es Gert-Jan Oskam, de nacionalidad neerlandesa, quien recuperó la movilidad después de más de doce años con limitaciones debido a un accidente en bicicleta. Este logro ha sido calificado como un milagro médico y ha sido destacado en varios medios de comunicación a nivel internacional.
En una entrevista con el medio Cope, Gálvez explicó que se trata de un sistema innovador que se basa en la identificación artificial de las señales del cuerpo y el cerebro, su reconocimiento y garantía de recepción correcta, todo el proceso de forma inalámbrica.
Oskam, el paciente participante en el ensayo, experimentó los beneficios de este dispositivo que fue implantado en su médula espinal y combinado con dos implantes en forma de disco insertados en su cráneo. Estos discos contienen rejillas con 64 electrodos que descansan contra la membrana que cubre el cerebro.
La investigadora colombiana explicó que han creado “un puente digital que desvía la médula espinal (…). Consiste en dos implantes cerebrales, uno de ellos a nivel medular, y mediante algoritmos identificamos las señales cuando el participante comienza a pensar en movimientos”.
Andrea Gálvez también aseguró que han demostrado que esta tecnología es segura y funcional. “Mediante la reactivación de estímulos, hemos logrado la creación de nuevas conexiones, lo que significa que el participante ha recuperado funcionalidades clínicas. Ha servido como terapia de rehabilitación”, explicó a la cadena radial.
La revista Nature, por su parte, explica que “cuando Oskam piensa en caminar, los implantes en el cráneo detectan actividad eléctrica en la corteza cerebral. Esta señal es transmitida y decodificada de forma inalámbrica por una computadora que Oskam lleva en una mochila, y luego la información se transmite al generador de impulsos en la médula espinal”.
Finalmente, la colombiana destacó que “dos días después de la cirugía, vivimos ese momento mágico (…). Vimos por primera vez una sonrisa en el rostro del paciente, quien nos reveló que no había sentido conexión con sus piernas en diez años. Hemos logrado alcanzar ese momento que consideramos como la tecnología del futuro”.
El equipo de Courtine actualmente está reclutando a tres personas para determinar si un dispositivo similar puede restaurar los movimientos del brazo.