La maternidad ante la desaparición forzada .

/ David López/ GIASF /

El 10 de Mayo, fecha en que se festeja el día de las madres en México, las colectivas de madres en busca de personas desaparecidas han resignificado esta celebración como un día de lucha y de protesta para visibilizar la problemática social en la cual el país se ha sumido, con más de 110 mil personas desaparecidas a la fecha, y con un fenómeno que desafortunadamente no cesa, pues a diario continúan desapareciendo personas.

Este año se llevaron a cabo dos jornadas de actividades en la Ciudad de México; la primera  fue una velada a un año de la toma de la Glorieta de Las y Los desaparecidxs, espacio tomado con el propósito de visibilizar a las personas víctimas de desaparición y para la resignificación del espacio público y la construcción de la memoria en el país.

La segunda actividad, realizada el 9 de mayo, fue la presentación de los documentales Lluvia y Volverte a ver, los cuales relatan parte de la experiencia que viven las madres buscadoras ante la desaparición de algún familiar. Volverte a ver aborda parcialmente el proceso de exhumación de las fosas clandestinas generadas por el gobierno del estado de Morelos, pues ha enterrado cuerpos no identificados en fosas comunes.

Previo a la exposición de los documentales en la Glorieta,  se abrió el micrófono para que las madres pudieran tomar la palabra y hablar sobre sus familiares y exponer sus denuncias.  Una de ellas, integrante del colectivo “Regresando a Casa Morelos” quien participó del documental Volverte a ver, comentó sobre la desaparición de su hija mayor, acerca de cómo se ha llevado el caso desde la Fiscalía Especializada de Desaparición Forzada de Personas del Estado de Morelos y también narró algunas de las repercusiones familiares que esto ocasionó, reflejados en el fragmento de una  conversación que en alguna ocasión tuvo con su hija menor :

–“(Para ella, su hija menor) Fue una desaparición doble, porque no solo había perdido a su hermana, sino que sentía la ausencia de su mamá que estaba en búsqueda por su hermana y que eso también llevó a la ruptura de sus padres”. 

Ante este comentario la madre buscadora le respondió:

“Hija yo sé que estoy haciendo bien, porque estoy buscando a mi hija y más de 110 mil de nuestros desaparecidos”. 

Este testimonio nos invita a reflexionar y cuestionarnos las implicaciones para el ejercicio de la maternidad en torno a la desaparición  y la búsqueda.  También muestra cómo, ante este fenómeno , el núcleo familiar se ve afectado.

Proyección Documental Volverte a Ver, en la Glorieta de las y los Desaparecidos. Foto: David López.

La pregunta es, ¿cuál ha sido la implicación de la desaparición  en el ejercicio de la maternidad? Como es conocido, los colectivos de familiares en búsqueda están conformados mayoritariamente por mujeres; muchas de ellas, además de darse el tiempo de maternar a sus hijas e hijos,  han comenzado los procesos de búsqueda que debería realizar el Estado.

El fenómeno de desaparición en México ha obligado a las madres a  capacitarse en temas legales, forenses, de seguridad y de búsqueda en vida y en muerte.  Esto les ha implicado salir de su hogar donde maternaban, criaban, cuidaban y sobre todo procuraban a las nuevas generaciones. En un país donde el 53% de su población [1] indica que tuvo un padre ausente o que no se hizo cargo de sus hijas o hijos, han sido las madres quienes se han encargado de los cuidados. Madres que en la situación de búsqueda para encontrar a sus hijas e hijos han tenido que fluctuar entre los espacios de búsqueda, capacitación, supervivencia y crianza, sin mencionar todo el tiempo perdido en la gran burocracia institucional mexicana, que ensancha carpetas de investigación pero avanza poco en las mismas.

Mostrar las afectaciones al tejido social que la desaparición ejerce sobre los vínculos familiares, es indispensable para reconocer el esfuerzo que las madres buscadoras realizan para procurar y seguir ejerciendo su maternaje al realizar actividades de búsqueda. Pero sobre todo, es menester conocer estas historias particulares que han sido atravesadas por la desaparición y reconocer que el Estado tiene una gran deuda con estas familias y estas madres que tuvieron que dejar su cotidianidad para salir a la búsqueda.

Cabe destacar que las violencias también atraviesan a las niñas y los niños. Como lo describe el relato antes mencionado, las infancias viven la ausencia de sus madres cuando estas se van a búsqueda;además, estas actividades no sólo son absorbentes, también suelen ser de riesgo para unas y otras.

Actualmente no se tiene una cifra exacta de cuántos niños y niñas tienen desaparecidos a su madre o padre;  o a otro familiar como un hermano, una hermana, abuelo, tía, abuela, etc. En Guadalajara, el Colectivo “Luz y Esperanza” reconoce aproximadamente 125 niñas, niños y adolescentes que acompañan y participan de las acciones de búsqueda de personas desaparecidas en el estado [2]. Sin embargo, no hay una estadística oficial que registre la cantidad de niñxs que tengan a un familiar víctima de desaparición.

Un ejemplo de estas circunstancias es el caso de la buscadora Ceci Flores, del colectivo “Madres buscadoras de Sonora”, cuyo hijo Alejandro fue desaparecido en 2015 a la edad de 21 años. A partir de este evento, Ceci comenzó con labores de búsqueda, pero en 2019 ocurrió la desaparición de dos más de sus hijos, Marco Antonio de 32 años y Jesús Adrián de 15. Afortunadamente, con sus acciones de búsqueda, Ceci  logró que le devolvieran a su hijo Jesús Adrian, pero Alejandro y Marco Antonio siguen desaparecidos.

Ante la desaparición de sus hijos, cuatro nietos de Ceci Flores quedaron sin sus padres.  Como ella misma menciona, “quedaron sus cuatro hijos, que están desamparados. Y es entonces cuando abuelas como yo o cuidan a sus nietos o continúan buscando a sus hijos desaparecidos” [3] . 

Este es otro ejemplo de las afectaciones que deja la desaparición en la estructura familiar, y las complicaciones que genera en las dinámicas familiares. Las madres buscadoras se debaten entre la búsqueda de sus hijxs y el cuidado de las nietas y  nietos.

Las madres han hecho un esfuerzo descomunal por intentar resolver esta problemática. Es importante reconocer a esas abuelas, tías o hermanas que se vuelven “madres” de las infancias violentadas. Para corresponder a  todo ese esfuerzo, habría que cuidar a las madres que se encuentran en esta lucha por justicia y memoria: no permitir que asesinatos como el de la Sra. Teresa Magueyal [4] se sigan repitiendo y exigir al Estado que brinde la seguridad a las madres en búsqueda.

Que los mecanismos de protección sirvan realmente a las familiares en búsqueda, y no se justifiquen con fallas en sus sistemas o de alguna otra índole. No permitamos que las madres buscadoras sigan siendo violentadas, ellas sólo buscan a nuestrxs desaparecidxs.

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David López es psicólogo, estudiante de la maestría en Psicología Social por la UAM Xochimilco, estudiante asociado al GIASF y operador del Observatorio Etnográfico de las Violencias. 

El Grupo de Investigaciones en Antropología Social y Forense (GIASF) es un equipo interdisciplinario comprometido con la producción de conocimiento social y políticamente relevante en torno a la desaparición forzada de personas en México. En esta columna, Con-ciencia, participan miembros del Comité Investigador y estudiantes asociados a los proyectos del Grupo, así como personas columnistas invitadas (Ver más: http://www.giasf.org)

La opinión vertida en esta columna es responsabilidad de quien la escribe. No necesariamente refleja la posición de adondevanlosdesaparecidos.org o de las personas que integran el GIASF.

Referencias

[1] INEGI (2020) Censo de Población y Vivienda 2020. Instituto Nacional de Estadística y Geografía. Recuperado de: https://www.inegi.org.mx/programas/ccpv/2020/

[2] Torres, Aletse ( 1 de mayo del 2023) “Yo creo que siempre me acompañan con la esperanza de encontrar a su mamá”: Colectivo Luz de Esperanza celebra a la niñez buscadora. Zona docs. Recuperado de: https://www.zonadocs.mx/2023/05/01/yo-creo-que-siempre-me-acompanan-con-la-esperanza-de-encontrar-a-su-mama-colectivo-luz-de-esperanza-celebra-a-la-ninez-buscadora/

[2] García, Natalia.  (26 de abril, 2022) “Niños huérfanos son la otra cara de los feminicidios”.  Once Noticias. Recuperado de: https://oncenoticias.digital/reportajes-especiales/ninos-huerfanos-son-la-otra-cara-de-los-feminicidios/102602/

[3] González Díaz, Marcos. (7 de diciembre, 2022). “Apenas estaba superando la desaparición de mi primer hijo cuando desaparecieron a otros dos. Me quería volver loca de dolor”. BBC News Mundo en México. Recuperado de: https://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-63866539

[4] García, Carlos. (02 de mayo, 2023) Asesinan a madre buscadora en Guanajuato. La Jornada. Recuperado de: https://www.jornada.com.mx/notas/2023/05/02/estados/asesinan-a-madre-buscadora-en-guanajuato/