* Hay 600 desaparecidos.
13.06.2023 Kenia.- La Policía informó que el número de presuntos miembros de una secta cristiana que apareció mientras practicaban ayunos extremos en el bosque de Shakahola, en el sur de Kenia, ha advertido a 284. Este lunes, las autoridades desearon más cadáveres, sumándolos a los registros recopilados desde el inicio de las exhumaciones en abril.
La comisionada regional de policía de la Costa keniana, Rhoda Onyancha, afirmó estas cifras y dijo que, hasta el momento, se ha rescatado con vida a 95 personas y otras 19 han logrado reuniones con sus familias.
Hasta la fecha, 35 sospechosos han sido detenidos en relación con la denominada “masacre de Shakahola”, y se han reportado 613 personas como desaparecidas.
Este lunes, un total de 65 víctimas rescatadas del bosque comparecieron ante el tribunal de Shanzu, en la ciudad costera de Mombasa, por supuestamente intentar suicidarse negándose a llegar a un centro de rescate. La Fiscalía solicitó su detención preventiva, ya que el centro ya no puede retenerlos. Según la Fiscalía, las personas serán sometidas a evaluaciones mentales y médicas y se les obligará a comer en prisión, pues ahora son sospechosas de intento de suicidio.
La mayoría de los desaparecidos en la “masacre de Shakahola” han sido exhumados de tumbas y fosas comunes en el bosque, a excepción de algunos que murieron en el hospital debido a su grave estado de salud. Las autopsias realizadas a más de cien revelaron que, si bien todos mostraron signos de inanición, al menos tres menores y un adulto también presentaron evidencias de estrangulación y asfixia.
Las primeras investigaciones de la Policía indican que los fieles estaban obligados a continuar con el ayuno, incluso si deseaban abandonarlo.
El líder de la secta, el pastor Paul Mackenzie Nthenge, quien supuestamente persuadió a las víctimas para que ayunaran, junto con su esposa y otros dieciséis sospechosos, han tenido su detención prolongada por treinta días. Nthenge, bajo custodia policial desde el 14 de abril, lidera la Good News International Church (Iglesia Internacional de las Buenas Nuevas). Anteriormente, fue arrestado en marzo por la muerte de dos niños en circunstancias similares, pero fue liberado bajo fianza. El presidente de Kenia, William Ruto, ofreció disculpas en nombre de su Gobierno por no haber podido evitar estas muertes.
En la Kenia devastada por la masacre en el bosque de Shakahola (véase Fides 3/5/2023) se multiplican las peticiones para regular no tanto la libertad de culto como el cumplimiento de las leyes de quienes dirigen las comunidades religiosas.
En una reunión entre representantes del Consejo Nacional de Iglesias de Kenia (NCCK, que agrupa a la mayoría de las comunidades protestantes de Kenia), la Conferencia Episcopal de Kenia (KCCB) y el Consejo Supremo de Musulmanes de Kenia (SUPKEM) en la región del Rift Norte, se ha pedido a las instituciones estatales que aumenten los controles sobre los profesores de religión en las escuelas y que tomen medidas decisivas contra los predicadores que violen los derechos humanos.
“Debería haber una legislación que regule la forma en que uno practica su fe… porque algunas formas de practicar la religión son contrarias a los derechos humanos y a la ley, ya que se cometen asesinatos, sacrificios humanos o se extraen órganos”, afirma el reverendo Joseph Barasa, del NCCK. “Propusimos que sólo se permitiera enseñar o predicar a los líderes religiosos que hubieran asistido a una escuela teológica. Antes de que a un ‘líder religioso’ se le permita enseñar desde un púlpito, debe demostrar que entiende lo que enseña”, añade el reverendo Barasa.
También es necesario controlar quién va a predicar a las escuelas, porque se han dado casos de “enseñanzas descarriadas” que ponen en peligro a toda una generación de estudiantes.
Los participantes en la conferencia señalan cómo los “predicadores” sin escrúpulos se aprovechan de las dificultades económicas del país para atraer a sus seguidores con promesas de falsas ganancias gracias a las prácticas de culto que promueven.
Ayer, domingo 14 de mayo, el presidente de Kenia, William Ruto, asumió su responsabilidad por no haber impedido la masacre de Shakahola, cometida por seguidores de la “Good News International Church”, que se dejaron morir de hambre “para llegar a Jesucristo”, siguiendo las instrucciones del “predicador” Paul Nthenge Mackenzie. “No me tomo esto a la ligera. Asumo la responsabilidad como Presidente de que esto no debería haber ocurrido”, ha declarado Ruto en televisión. “Y ciertamente, algunas personas que son responsables de este fracaso por parte del gobierno tendrán que rendir cuentas”, ha añadido, citando en particular “a nuestra inteligencia, y al Departamento de Investigación Criminal (CID)”.
De hecho, la tragedia de Shakahola se ha producido por deficiencias en los sistemas policial y judicial. En efecto, Mackenzie había sido detenido a principios de año como sospechoso del asesinato de dos niños por inanición y asfixia, pero posteriormente quedó en libertad bajo fianza.
Familiares de sus seguidores afirman que, tras ser liberado, Mackenzie regresó al bosque de Shakahola y cambió la fecha prevista para el fin del mundo de agosto al 15 de abril.
El 14 de abril, la policía hizo una redada en el bosque donde se encontraba su “iglesia” y rescató a 15 personas que estaban muriendo de hambre. Hasta ahora se han exhumado más de 200 cadáveres. Pero más de 600 personas siguen desaparecidas.