UAM documenta movimientos feministas en diez estados de México .

*El texto revela el significado de las luchas de las mujeres y desmonta posturas subjetivas de la prensa .

/ Cecilia Perezgasga Ciscomani /

19.07.2023. México.- La historia de las manifestaciones feministas en México se cuenta desde aquellos gestados en la Ciudad de México, ya que la participación de las mujeres en otras entidades del país no era visible, señaló la maestra Maricruz Gómez López, asesora técnica de la Unidad de Prevención y Atención de la Violencia de Género (UPAVIG) de la Unidad Xochimilco de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).

La coordinadora del libro Espacios de transformación y cambio: Historia de los movimientos feministas en México, junto con la doctora Ana Lau Jaiven, académica del Departamento de Política y Cultura, sostuvo que en la obra el verdadero significado de estas luchas se pone en perspectiva y son desmontadas las posturas subjetivas de la prensa, que describen los actos de resistencia de este grupo de la población como sucesos efímeros.

Durante la presentación –convocada por la Sección de Publicaciones de la División de Ciencias Sociales y Humanidades de la Unidad Xochimilco– la maestra en Estudios de la Mujer por la Casa abierta al tiempo Grecia Samai Cuamatzin Nieves citó una consigna representativa de la corriente feminista de los años 70 del siglo pasado, ‘lo personal es político’.

El enunciado ponía en el centro del escenario aquellos aspectos considerados privados, entre ellos la sexualidad, la maternidad, el trabajo en casa, así como las violencias doméstica o sexual, temas que fueron puestos en el ojo público a través de las demandas femeninas.

En varios de los capítulos del libro, las autoras destacan los postulados y las formas de organización del feminismo de la segunda ola, como antecedentes relevantes en la configuración de las manifestaciones que tienen lugar en diez estados del territorio nacional.

La publicación hace referencia a los grupos de autoconciencia como estructuras que también se aglutinaban dentro de los mítines, en los cuáles las féminas que se reunían compartían sus vivencias individuales a través de testimonios en los que reflexionaban acerca de su condición de género; había un sentimiento de unión al sentirse identificadas, aunque encontraban diferencias de raza, clase social, etnia o edad.

Además de reconstruir la referencia histórica de esta doctrina en México, un elemento que sobresale en el texto es la importancia de los espacios universitarios como sitios donde muchas se han acercado a esta corriente, gracias al activismo y trabajo académico de aquellas que ahí laboran y que han denunciado el androcentrismo y el sexismo en la academia, apuntó la doctorante.

También aborda la articulación de las concentraciones del interior del país con las de la Ciudad de México; no obstante, su intención es descentralizar la memoria de los feminismos y visibilizar la participación de las mujeres en otras entidades; sin embargo, es innegable que la capital del país fue el motor de esta doctrina.

El derecho a vivir una vida libre de violencia es la demanda que pronuncia el movimiento de la denominada cuarta ola, pero el incremento de este tipo de agresiones es uno de los reclamos que, a decir de las autoras, ha detonado el activismo de jóvenes, lo que las ha impulsado a emprender la contienda en contra de la negligencia de las autoridades y de ciertos sectores de la sociedad.

Las autoras han identificado el perfil de organización de las jóvenes feministas y su práctica política, en gran medida a través de las redes sociales, como un medio para convocar a intervenir en asambleas y diseminar los pronunciamientos, así como construir redes sociodigitales, que han sido de gran utilidad para crear conexiones con otras partes del mundo.

Una genealogía de la historia reciente se está trazando a través de momentos que han sido clave “para entender cómo llegamos al 8 de marzo de 2023 con la potencia demostrada, con muchas de las protestas pasadas que ya están encarnadas en esta cuarta ola”, señaló Jessica Alejandra López Lujano, estudiante de la Maestría en Estudios de la Mujer de la Unidad Xochimilco.

La obra recupera las luchas que en el pasado muchas personas fueron forjando en voz baja y que gracias a ellas hoy se han vuelto gritos. También permite interpelar a quienes creen que el feminismo es una moda, demostrando que es una disputa que se ha dado desde hace mucho tiempo en diversas trincheras, que en algunos periodos se ha heredado y en otros se está inventando.

La doctora Lau Jaiven precisó que se contó con 22 colaboradoras que escribieron sobre diez estados de la república; sólo en el caso de Jalisco y Veracruz hubo una autora, respectivamente. Con las contribuciones, las coordinadoras advirtieron que en cada entidad las congregaciones iniciaron en distintas épocas.

En algunos casos, hubo mujeres que estudiaron en la capital y fueron partícipes de algún feminicidio y, a su regreso, esa experiencia la transmitieron a su estado de origen formando grupos o colectivas.

La doctora Lau Jaiven resaltó el hecho de que las investigadoras –todas académicas– se acercaron a la historia mediante el relato oral de quienes fueron protagonistas, metodología crucial para conocer el presente a partir del pasado.