/ Yamiri Rodríguez Madrid /
La semana pasada tuve la oportunidad de visitar Querétaro y me sentí sumamente ofendida cuando el conductor del Uber me dijo que la cocina veracruzana no era buena; que comparada con la de su tierra, le faltaban condimentos. Sin hacer menos su gastronomía, inmediatamente pensé que junto con la oaxaqueña y la poblana, la veracruzana es de las más reconocidas del país. A mi memoria gustativa vinieron entonces una cascada de sabores rememorando desde los platos más sencillos, hasta los más elaborados. Nuestra gastronomía pues, es parte de nuestro encanto.
Es innegable que cada región veracruzana tiene sus peculiaridades, sus platillos representativos. Debería existir un producto turístico que lleve al visitante por un recorrido en su paladar de norte a sur del estado, aunque regrese con unos cinco kilos de más.
En Altotonga, por ejemplo, el presidente municipal Nacho Morales Guevara, está promocionando el regreso del Segundo Festival Gastronómico: Puerta a los Mejores Sabores, los días 5 y 6 de agosto en los bajos del Palacio Municipal, donde se espera la venta de 10 mil garnachas y así establecer un récord histórico y demostrar, dijo, el arraigo y la tradición gastronómica de Altotonga. Además del récord, generará derrama económica, se promoverán a artesanos y, sobre todo, se cuenta con un nuevo atractivo turístico.
Aquí en Xalapa se está consolidando el festival del pambazo: desde el tradicional de frijoles con chorizo, pasando por el de pierna, jamón, hasta el más gourmet, aunque he de confesar que soy fan de los pambazos de Córdoba, más que de sus famosas tortas.
Hay decenas de variedades de tamales y mención aparte merecería nuestra cocina de los pueblos originarios. Papantla tiene un baluarte en sus cocinas de humo y en las manos mágicas de sus cocineras que han viajado por el mundo dando a conocer sus recetas.
Y así podríamos seguir enumerando muchos otros platillos; ojalá más festivales como los antes mencionados se pusieran en marcha en todo nuestro estado.
@YamiriRodríguez