Ya basta de populismo .

/Rosa Marta Abascal Olascoaga/

El Premio Nobel Paul Krugman señaló: “Las cuestiones que más me preocupan son (…) el influjo de las ideas populistas…”.

¿Populismo? La sola palabra nos asusta… y es que lo vemos hasta en la sopa con Trump, Maduro, Kirchner, los chalecos amarillos, los independentistas catalanes, los del Brexit o hasta con los que hacen manifestaciones bloqueando el derecho al libre tránsito.

Paul Krugman escribió el artículo “¿Cómo pudieron equivocarse tanto los economistas?”, donde argumenta que los expertos en economía creían que no había posibilidad de fallos fuertes en la economía de mercado, pues todo estaba bajo control. Sin embargo, la realidad nos ha golpeado con fuerza, la pobreza, la desigualdad, la falta de inclusión son dramas que vivimos a diario.

El mundo ha visto surgir líderes populistas que buscan ganar apoyo popular soportándose en el fracaso del neoliberalismo y apelando directamente a las emociones y aspiraciones de lo que ellos denominan “pueblo”, criticando a las élites y exagerando o mintiendo descaradamente para afianzar sus ideas.

Es común que los populistas ataquen al gran enemigo, al “innombrable”, a “la mafia del poder”, a “los empresarios”, una retórica anti-establishment que los empodera erigiéndolos en los grandes y auténticos representantes del “pueblo”. De esta forma se señala al pueblo “quién” es el enemigo común y al cual hay que atacar. Como consecuencia se provoca una sociedad polarizada, dividida; una sociedad manipulable, débil y donde la inseguridad campea.

Todo esto, lo basan en un lenguaje emotivo, simple, repiten ideas y palabras para conectar con las emociones del “pueblo”. Lo que más empatiza es que hacen parecer que si las cosas no se han resuelto, es porque las “élites” no quieren resolverlas, pero nunca dicen “cómo se resolverán”. Esto lleva a la mentira o a las verdades a medias, a “los otros datos”, a la postverdad y al nacionalismo irracional.

En México, ¿vivimos en un populismo?, ¿populismo que polariza?, ¿populismo que usa la post-verdad como herramienta de manipulación? Sin duda el Presidente identificó problemas legítimos, reales, donde muchas personas están siendo dejadas fuera; áreas, segmentos que no están incluidos en el crecimiento, en el desarrollo, en las oportunidades. Eso es absolutamente real.

No podemos vivir tranquilos mientras haya una sola persona en pobreza. No podemos estar en paz mientras haya una sola mujer lastimada. No podemos vivir contentos mientras haya zonas donde la inseguridad sea la que reina en las relaciones humanas. No podemos, no sería humano vivir así.

Sin embargo, las soluciones no son de 15 minutos, no son mágicas, no se trata “solo de querer” o de ocurrencias. Y mucho menos se trata de dividir, amenazar, poner vidas en riesgo, polarizar y mentir con tal de lograr un objetivo particular…

Regresar al extremo del individualismo en donde se deja todo al mercado no es opción. Continuar en un populismo que promueve al Estado como eje de la economía con todos sus excesos, polarizaciones y mentiras, tampoco lo es.

Neoliberalismo y populismo han fracasado. Hoy en México hay más personas sin acceso a la salud que a inicio de sexenio, al pasar del 16.2 al 39.1 por ciento de la población. El populismo no es la solución para esta y otras carencias sociales.

La solución está en un modelo que nos lleve a la inclusión de todos y todas, que ponga a la persona y a su familia al centro. Un modelo que busque desarrollo inclusivo y sostenible con políticas económicas de mercado solidarias, en donde la empresa sea motor de cambio y con un Estado democrático y de derecho en donde todos tengamos el privilegio y la obligación de participar para construir un México donde #PorAmorAMéxico nadie se quede atrás.

La autora es Vicepresidenta Nacional de Comunicación de Coparmex.

@rmabascal #OpiniónCoparmex