Dos años sin Alan, Calep, Israel y Jorge; el rastro de los potosinos se perdió en Lagos de Moreno

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Narrativas Dignas* para A dónde van los desaparecidos

En julio de 2021, los cuatro jóvenes desaparecieron cuando viajaban a Tonalá. La investigación apunta a policías municipales que podrían estar coludidos con el crimen organizado. Un memorial recuerda en la ciudad de San Luis Potosí a los muchachos, que fueron vistos por última vez en una zona donde han sido denunciadas desapariciones múltiples que tienen como destino el reclutamiento forzado.

Cuatro jóvenes potosinos que viajaban rumbo a Tonalá, en Jalisco, para trabajar en la construcción de un motel fueron desaparecidos en Lagos de Moreno el 26 de julio de 2021 por integrantes del crimen organizado en colusión con la policía municipal, según la investigación penal del caso. Desde ese día, las familias esperan el regreso de Alan Michel Martínez Vargas, Calep Adonai Maldonado Moncivais, Jorge Rodríguez Ortiz e Israel Andrade Hernández.

La difusión de un video que conmocionó al país por la violencia de sus imágenes, en el que aparecen Roberto Olmeda Cuéllar, Diego Alberto Lara Santoyo, Uriel Galván González, Jaime Adolfo Martínez Miranda y Dante Cedillo Hernández, desaparecidos el 11 de agosto en la misma ciudad jalisciense de Lagos de Moreno, hizo que los familiares de los jóvenes potosinos revivieran la angustia y desesperación que sintieron tras su ausencia.

“No andamos bien, estamos muy preocupados por los muchachos, tenemos mucho miedo. Es que aunque no quieras, en todo tipo de red social te sale, ahorita TikTok está lleno de fotos, videos y, según esto, [la hipótesis de] cómo se llevaron a los cinco chavos. Estamos muy vulnerables”, afirma Paola, sobrina de Jorge.

El pasado 6 de agosto, las familias y el colectivo Voz y Dignidad por los Nuestros, acompañados por integrantes de los proyectos Narrativas Dignas y Luciérnagas de Media Noche —grupo de arte escénico—, instalaron un memorial dedicado a Alan, Calep, Jorge e Israel en un muro de la avenida Industrias, y pidieron su pronto regreso. Se ubica en una vía clave que cruza por la zona industrial de la ciudad de San Luis Potosí, a quince minutos de la empresa MYSI Mantenimiento y Soluciones Industriales, donde los muchachos trabajaban sin contrato ni prestaciones de ley y cuyos directivos no han apoyado a las familias en la búsqueda, pese a que su desaparición ocurrió durante un viaje de trabajo.

A dos años del hecho, las familias señalan que la investigación y búsqueda de los jóvenes ha sido lenta y omisa, pues las pruebas iniciales aportadas para su búsqueda no fueron investigadas por la Fiscalía del Estado de Jalisco, y denuncian corrupción por parte de las autoridades municipales y estatales que las desestimaron; a la fecha, cuatro policías de Lagos de Moreno se encuentran presos y vinculados a proceso penal acusados del delito de desaparición forzada.

“Sigo con la esperanza de que Dios me conceda el milagro de encontrar a mi hijo”, pide la señora Verónica Vargas, madre de Alan. Las noticias recientes sobre la desaparición de los cinco jóvenes en Lagos de Moreno han deteriorado la salud de doña Vero, que no logra controlar sus niveles de azúcar a causa de la diabetes.

Según el Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas (RNPDNO), de 2013 a julio de 2023 desaparecieron 369 personas en Lagos de Moreno. El mayor número se registró en 2015, con 69 personas desaparecidas, mientras que en 2022 se reportaron siete casos, y durante 2023 no se ha registrado ninguno.

Tras la desaparición de Calep, Alan, Jorge e Israel, las familias se manifestaron, en septiembre de 2021, afuera de la empresa en la que trabajaban, en la zona industrial de San Luis Potosí. La compañía no apoyó a los familiares en su búsqueda. (Cortesía familias)

Versiones opuestas 

Aquel lunes 26 de julio de 2021 viajaban siete trabajadores en la camioneta roja de MYSI: el chofer, un electricista, un albañil y los cuatro jóvenes.

La esposa de Jorge perdió su rastro a mediodía. Alrededor de las tres de la tarde, los tripulantes se bajaron en un Oxxo localizado en la carretera que conecta a Lagos de Moreno con Encarnación de Díaz, municipio jalisciense donde el 27 y el 28 de julio fueron desaparecidas las hermanas Adriana, Rosa Olivia y Marisela Saucedo Zermeño, y Beatriz Hernández Martínez, pareja de Adriana.

La versión de la fiscalía estatal es que el grupo asaltó la tienda y fue detenido por elementos de la policía municipal, que entregaron a Calep, Alan, Israel y Jorge a miembros de una organización criminal, mientras que a los otros tres trabajadores se los llevaron arrestados.

La noticia de la detención de los presuntos asaltantes se publicó en medios de comunicación locales como REDTN Jalisco, pero en ninguna nota se mencionó que iban siete personas en la camioneta y cuatro jóvenes se encontraban desaparecidos. En la actualidad, ya no se puede acceder a esta información en los portales.

Ofelia Rodríguez, hermana de Jorge, dice que no se sabe con certeza qué pasó con los muchachos durante las tres horas que transcurrieron entre la pérdida de señal del teléfono de su hermano, hacia el mediodía, y el supuesto asalto al Oxxo, que califican como un montaje.

En su declaración a la fiscalía, el chofer afirma, al contrario de la versión oficial, que cuando salieron de comprar en la tienda, se les pegó una Suburban verde. Al pasar la caseta de peaje, en la salida de Lagos de Moreno, trataron de huir, pero los chocaron y un Sentra rojo con un sujeto armado los obligó a detenerse. A Israel, Jorge, Alan y Calep los subieron a un Corolla blanco —ahí pierden su rastro para las autoridades—, y al resto los dejaron en la camioneta de la empresa. Al chofer le pidieron que manejara, mientras que el electricista y el albañil fueron llevados a la parte trasera del vehículo y cubiertos con una cobija. Así recorrieron distintas bodegas y rancherías de la zona. A las ocho de la noche, integrantes del crimen organizado entregaron a la policía municipal a los tres trabajadores que estaban en la camioneta.

De acuerdo con la versión de la fiscalía, a los detenidos se les encontraron drogas y armas que, según las familias, fueron “sembradas” en el vehículo.

Al día siguiente de la desaparición, la esposa de Jorge aportó la ubicación de una bodega en la colonia Agua Caliente, en Lagos de Moreno, donde según la aplicación Life360 —que permite la localización por medio del GPS— se encontraba el celular de su marido.

El inmueble fue cateado en septiembre, seis semanas después del hecho, y no por el caso de los jóvenes, sino porque el lugar fue señalado en otra carpeta de investigación. En el sitio se encontró una prenda de Calep.

Las familias se preguntan constantemente: si las autoridades hubieran allanado la bodega cuando les dieron a  conocer su localización, ¿habrían encontrado a los muchachos?

Desde octubre de 2021, a petición de las familias, la Fiscalía General de la República atrajo la investigación de la desaparición de los jóvenes. Berenice Moncivais, madre de Calep, señala que, en un inicio, el cambio fue  favorable para el caso, ya que se tomaron las declaraciones de los presuntos implicados y se vincularon a proceso, pero desde hace unos meses nuevamente le parece que está estancado, sin nueva información, avances en la búsqueda y sin agotar todas las líneas de investigaciones que se tienen.

Hallarlos con vida

Arriba, de izquierda a derecha, Israel, cuyo nombre artístico es Soul, dibujando la ratita que utiliza como firma; Jorge durante el baile de boda de su sobrina Paola, y Calep con su motocicleta, que solo pudo conducir desde la agencia a su casa. Abajo, la motocicleta hecha por Alan que decora la sala de su casa.  (Cortesía familias y Narrativas Dignas)

Las familias sienten que sus hijos y hermanos se encuentran con vida y, quizá, fueron víctimas de reclutamiento forzado por el crimen organizado. Los parientes de Jorge subrayan el perfil de la mayoría de las personas que han sido desaparecidas en el municipio: hombres jóvenes como él, de 24 años, y como Calep, Israel y Alan, de 18, 19 y 24 años, respectivamente, con buena condición física y habilidades para el trabajo.

En febrero de 2019, los periodistas Alejandra Guillén y Diego Petersen revelaron en el reportaje “El regreso del infierno mexicano: los desaparecidos que están vivos” que el Cártel Jalisco Nueva Generación se ha llevado a decenas de hombres, reclutados de manera forzada, a la sierra de Ahuisculco, en el límite de Jalisco con Guanajuato.

“La Fiscalía de Jalisco realizó operativos en julio de 2017 y encontró campamentos de entrenamiento. En uno de ellos detuvieron a 15 hombres, de los cuales tres constaban como desaparecidos y pudieron comprobar que estaban retenidos contra su voluntad. Los tres fueron liberados y su testimonio quedó recogido en la  carpeta de investigación 1611/2017 […]. Gracias a su relato y a testimonios anónimos se sabe ahora que a la sierra de Ahuisculco se llevaron a decenas de hombres de los valles de la región de Tequila, del área metropolitana de Guadalajara, de otros estados, e incluso migrantes centroamericanos, y que la esclavitud y el trabajo forzado ha sido un modus operandi del Cártel Jalisco Nueva Generación para asegurar el funcionamiento de sus negocios”, escriben los autores.

“Lagos de Moreno y la región de los Altos Norte, a la par de ser una zona estratégica para el tránsito de drogas, de armas, y [para] la trata de personas, también ha sido un terreno importante para generar campamentos relacionados con el crimen organizado, orientados hacia la producción de droga, principalmente”, señaló la abogada Anna Karolina Chimiak, codirectora del Centro de Justicia para la Paz y el Desarrollo (Cepad) en el corto documental “Comanja de Corona, tierra inhóspita controlada por el CJNG”, realizado por los periodistas Mónica Cerbón, Adolfo Vladimir y Misael Valtierra en 2020.

Al inicio de la primavera de 2023, la noticia de la detención de una célula delictiva de una organización criminal se publicó en medios nacionales. En una foto de los detenidos posando con armas largas aparece un joven que, por su complexión y su postura, doña Vero pensó que podía ser su hijo Alan —por la seguridad del joven, la familia no dio más detalles sobre el hecho—.  A pesar de sus constantes preguntas, la fiscal encargada del caso no consideró relevante la información y aún desconoce si Alan es uno de los detenidos.

‘¿Dónde está mi carnal?’

Instalación del artista urbano Juan Carlos Nsano en la Fiscalía General del Estado de San Luis Potosí realizada en septiembre de 2021. Es amigo de Israel, y ambos se dedican al grafiti. (Narrativas Dignas)

“Israel es un amigo desde la infancia, crecimos juntos. Los dos nos dedicamos a esto del grafiti y el arte urbano. De qué otra manera puedo exponer este sentimiento que tengo si no es de la forma que nosotros hacemos las cosas”, cuenta Juan Carlos Nsano.

En septiembre de 2021, el artista llenó algunas de las vialidades principales del centro de la capital potosina con fotos de su amigo y vecino, acompañadas de la leyenda: “¿Dónde está Israel Andrade Hernández, mi carnal?”.

Días después, comenzó a relacionarse con las familias de Alan, Calep y Jorge. Durante la primera marcha que los familiares realizaron en la ciudad, Nsano colocó grandes fotografías de los cuatro jóvenes en las rejas de la Fiscalía General del Estado de San Luis Potosí.

A dos años de la desaparición de su amigo, el pasado 6 de agosto, el artista urbano creó el memorial de la avenida Industrias —en el que mezcla la técnica del paste up y el grafiti— para el pronto regreso a casa de Israel, Jorge, Alan y Calep.

El memorial busca colocar la historia de las familias en el centro, para intentar revertir la narrativa revictimizante de la fiscalía de Jalisco, que culpabiliza a los muchachos al acusarlos del supuesto robo a la tienda y de la portación de armas y drogas, discurso que ha sido replicado por algunos medios de comunicación, sembrando la idea de que no merecen ser buscados y justificando, de esta forma, la inacción y la falta de acceso a la justicia de las víctimas y sus familias.

“[Queremos] tener el apoyo de la gente, que se sensibilicen y sean empáticos, y no piensen que esto nunca les va a pasar porque todos estamos expuestos”, dice la mamá de Calep.

“A raíz de las visitas a las familias vimos que todas tenían pequeños altares con agua, flores, veladoras, la fotografía del familiar y algunos santos; encontramos que era lo que las unía. En este caso, [el memorial] es un altar de búsqueda, de luz; un altar para pedir por el regreso de ellos, que dé esperanza a los familiares”, explica Nsano, y agrega que la técnica del paste up permite replicar el memorial en otros lugares.

Altar con veladores y fotografías de los jóvenes desaparecidos colocado en la casa de la familia de Alan, con el que piden su pronto regreso.  (Narrativas Dignas)

Para Ofelia, lo más valioso del memorial es que las personas que transitan por la zona podrán saber quiénes eran los jóvenes. Conocerán a su hermano Jorge, al que de pequeño le gustaba usar un sombrero texano cuando jugaba en la sala de su casa, y que es un bailador amante de la cumbia y el mejor amigo de su sobrina Paola.

Podrán conocer a Calep y su amor por las motocicletas. Una semana antes de su desaparición, después de una intensa labor para convencer a su madre, se pudo comprar su primera moto, que no pudo estrenar y, desde entonces, lo espera en la cochera de su casa.

Conocerán también a Alan, trabajador desde pequeño y con gran habilidad para construir y arreglar todo tipo de objetos y máquinas. En la sala de su casa, como decoración, se encuentra una pequeña moto que hizo con desechos: tornillos, tuercas, una palanca de gas, un objeto que su madre atesora con la esperanza de volverlo a ver pronto.

Y, por último, sabrán quién es Israel, conocido como Soul en el arte urbano potosino, y descubrirán su firma: una ratita que hasta la fecha se puede hallar en algunas calles del oriente de la capital. Nsano cuenta que, desde su desaparición, ha platicado con su hermano para no dejar inconclusos los planes que su amigo soñaba realizar.

“No sabes cuál es el impacto de una desaparición hasta que uno no empieza a involucrarse con las familias. Hasta que no conocí a Calep, a Jorge y a Alan a través de los familiares, no te das cuenta de cómo impacta esta crisis, que detiene el mundo de las familias y lo rompe. Esa ausencia siempre se hace evidente”, relata el artista urbano.

“Hemos vivido muchos sentimientos encontrados en los últimos días”, cuenta Ofelia, quien espera que el memorial “ayude a que la gente se sensibilice, que haya más apoyo de las autoridades porque este es un camino muy difícil, pero también si [la ciudadanía] sabe algo de ellos, que se acerque a las autoridades o a nosotros para poder hallarlos”.

**Foto de portada: Una mujer observa el memorial creado para el pronto regreso de Alan Michel Martínez Vargas, Calep Adonai Maldonado Moncivais, Jorge Rodríguez Ortiz e Israel Andrade Hernández, desaparecidos el 26 de julio de 2021. (Narrativas Dignas)

www.adondevanlosdesaparecidos.org es un sitio de investigación y memoria sobre las lógicas de la desaparición en México. Este material puede ser libremente reproducido, siempre y cuando se respete el crédito de la persona autora y de A dónde van los desaparecidos (@DesaparecerEnMx).

Narrativas Dignas

Narrativas Dignas es un proyecto que se suma a las familias de personas desaparecidas y víctimas de feminicidio en San Luis Potosí, ante la necesidad de sostener y exigir su derecho a la memoria y la verdad frente a las narrativas revictimizantes y a la política de borrado de la memoria, estrategias utilizadas por el Estado para justificar su inacción. Es un proyecto apoyado por el Fondo Resiliencia de Global Initiative against Transnational Organized Crime (GI-TOC).