**CAFÉ DE MAÑANA .
/ Por José Luis Enríquez Ambell /
Las fiestas patrias van más allá de las buenas relaciones entre los Poderes, es un asunto que está por encima de las buenas relaciones y que convoca a la cortesía institucional.
La organización de actividades institucionales como la celebración del Grito de Independencia reúne a todas las autoridades y personalidades de los “Poderes de la Unión”, a invitación del Presidente de México como titular y depositario de uno de ellos: el Ejecutivo.
Y en los estados de la República, como Veracruz, de igual manera se cumple similar protocolo. “La cortesía” es un elemento casi insaltable para los festejos patrios.
Me resisto a creer -ante lo visto- que el Jefe del Poder Ejecutivo haya dicho que no convocó a los otros Poderes a Palacio Nacional a celebrar el 213 Aniversario de la Emancipación. No deja de sorprenderme esta actitud y decisión.
De 1810 a 1821- el inicio y la culminación de la Independencia de México – y después de una guerra de 11 años que fue una gran revolución popular para librarse del dominio español, cada año se ha convertido en una fiesta de y para el pueblo y en especial los días 15 y 16.
En México, el “Grito de la Independencia” es un momento memorable en el que los mexicanos recordamos el inicio de la lucha heróica por la Independencia Nacional, tradición que nuestro Presidente, Gobernador y Alcaldes en sus territorios dan El Grito y pronuncian la arenga con el cual se conmemora a los héroes que lucharon y dieron sus vidas por la Emancipación.
El Presidente en turno y todos los gobernadores de cada estado y casi todos los alcaldes salen a un balcón y además de vitorear a los héroes de la Independencia, también recrean la expresión que el cura Hidalgo pronunció para alentar a que el pueblo se levantara en armas.
Sin embargo, la historia no es así de simple, está llena de matices impresionantes que, en efecto, conforman 213 años de un México libre del yugo español. Fue gracias a algunos personajes que ahora somos una República y que vivimos en la soberanía sin el régimen autoritario de otra nación, debe servirnos para promover, preservar y robustecer con alegría y colorido, no cerrando las puertas a los Poderes de la Unión o rivales en la arena politica electoral.
Ser mexicano no es traer en el ADN un partido o asociación política; dejar de invitar al Poder Legislativo es agraviar al pueblo que fue quien los eligió. No convocar al Poder Judicial es un desdén innecesario también.
Las fiestas patrias es de todos los mexicanos, esta actitud y acción del Presidente Andrés Manuel López Obrador no le favorecen y hasta puede perjudicar al país, alimentando un mal humor social, dado que la celebración no está escriturada ni patentada a la autoridad en turno.
DE SOBREMESA
La fiesta de cumpleaños de una persona física o moral es muy diferente a un festejo histórico e institucional. Y lamento que el mismo equipo de protocolo del EMP (Estado Mayor Presidencial) y de la estructura de gabinete legal no tengan la estatura para informarle que el Palacio Nacional no es su domicilio particular privado en términos patrimoniales, de tal suerte que la investidura que posee resulta mayor y debe respetarse. Dijo Don Porfirio Muñoz Ledo en 1997 al Presidente Zedillo: “Sepa usted bien, que el Poder Ejecutivo deberá saber mandar, pero obedeciendo al Poder Legislativo”.
UN CAFÉ CON DOBLE CARGA
Debo decir que le asiste la razón al Presidente López Obrador al decir que las cosas han cambiado – en torno a que antes invitaba a los Poderes y ahora ya no – pero resulta triste que comunicase no tener buenas relaciones, y éste es un asunto para los psicoanalistas, pues si esta conducta se manifiesta ante otra nación, seguro tendría una reacción diferente, un problema de otros niveles para la población y consecuencias mayúsculas.
UN CAFÉ VERACRUZANO
Uno de los platillos más reconocidos en la gastronomía mexicana es el pozole y durante el mes patrio no puede faltar y aunque en cada región del país se prepara distinto tiene fama de ser un caldo que levanta muertos, cura los corazones y hasta alivia el alma, especialidad que las cocineras y chefs estarían sugiriendo a quienes puedan pasarse de tequilas la noche del grito y la época de las definiciones políticas.
UN LECHERO LIGHT DIVORCIADO
Los conflictos municipales y edilicios parece que irán en aumento, y todo por los pleitos internos en los ayuntamientos que tienen fondo por intereses que históricamente han existido en más de una municipalidad, pero que ante la época puede impactar en la inseguridad, la violencia y hasta la gobernabilidad.
¡ ES CUANTO !