**El Ágora
/ Octavio Campos Ortiz /
La gran asignatura pendiente de este gobierno será, más que la economía – quedan a deber el crecimiento-, la seguridad pública. Hubo 165 mil homicidios dolosos en cinco años, 165 mil mexicanos asesinados por el crimen organizado en un México violento donde hay cien mil personas desaparecidas, solo buscadas por sus familiares ante la omisión de las autoridades. Vivimos niveles de inseguridad alarmantes.
EL INEGI, en su Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública, refrenda una tendencia constante, más de seis de cada diez mexicanos se sienten inseguros en sus localidades, realidad que no ha cambiado en los últimos años; incluso en Zacatecas, nueve de cada diez coterráneos no perciben seguridad alguna en sus municipios. Hay entidades como el EDOMEX o Morelos donde el 80 por ciento de los ciudadanos se sienten vulnerables.
La misma institución autónoma encargada del Sistema Nacional de Información Estadística y Geográfica documentó que el costo de los delitos en 2022 ascendió a casi 320 mil millones de pesos, 6.1 por ciento más que en el 2021, lo que equivale al uno por ciento del PIB. Esas cifras demuestran el fracaso de la política de abrazos y no balazos y evidencia la ausencia de una estrategia eficaz de combate al crimen organizado y del fuero común. La desconfianza ciudadana en las instituciones de seguridad y procuración de justicia hace que dejen de denunciarse el 89 por ciento de los ilícitos que se cometen, cifra negra que se suma al índice de impunidad que es del 94 por ciento, menos de un delito denunciado se castiga.
Por ello hay preocupación en la Casa Blanca, la Oficina de Rendición de Cuentas del Gobierno norteamericano informó que, de 2008 a la fecha, se entregaron a las autoridades mexicanas más de 3 mil millones de dólares para el combate al crimen organizado y no ven resultados ni colaboración, sobre todo en este sexenio y ven reticencia de las fuerzas armadas o las corporaciones policiales para trabajar con las agencias estadounidenses. Hay que recordar que hace dos años el Pentágono develó que la tercera parte del país estaba en manos de la delincuencia y se habría perdido la gobernanza; la titular de la DEA alertó sobre la influencia de cárteles criminales en el 81 por ciento del territorio nacional y con más recursos humanos que elementos de la Marina.
Percepción es realidad y la narrativa oficial no puede desmentir el sentimiento de vulnerabilidad que tienen los ciudadanos, así que este régimen dejará como asignatura pendiente la seguridad de los mexicanos.
Apostilla: Sin duda, la iniciativa privada es un gran auxiliar en las áreas de la seguridad personal y patrimonial. Tal es el caso de General Motors, que a 88 años de haberse instalado en México, implementa innovadoras aplicaciones para garantizar la vida de los usuarios y procura su bienestar seguro durante los trayectos. Hace diez años, GM creó OnStar, plataforma tecnológica integrada en 250 mil vehículos, lo que representa el 80 por ciento de su portafolios, para ofrecer servicios de auxilio médico y mecánico, así como coadyuvar en la recuperación de automotores robados. A la fecha han atendido más de 41 mil casos de emergencia, enviado 4 mil 800 ambulancias para la atención de usuarios y tiene una eficiencia del 74 por ciento en la recuperación de vehículos, además de contar con el récord de recuperación en seis minutos desde el momento del incidente.
OnStar incrementó el uso del internet en 70 por ciento respecto del año pasado y sus usuarios utilizaron más de 2 mil 700 TB de datos, equivalente a 550 mil películas en ultra HD y sus beneficiarios dedicaron más de 2.7 millones de horas al uso de redes sociales. Para este año, los nuevos productos de la plataforma permitirán servicios de asistencia médica de urgencia en lo que llega el auxilio, asistencia de emergencia desde un smartphone y apoyo a pequeñas empresas y administradores de flotas con la ubicación real de las unidades.
La seguridad es un problema de todos y sin duda esta empresa automotriz procura un mejor futuro.
