Ayotzinapa 9 años: lo que no hay que olvidar (I)

/ Maite Azuela /

Seguimos sin conocer el destino de los 43 estudiantes desaparecidos en Iguala. Durante 9 años de “investigación” se han hecho públicos los vacíos que tiene el caso en los que, algunos afirman, podría haber respuestas que nos acercarían a conocer la verdad y eventualmente a hacer justicia. A continuación, enlisto los más representativos:

1. Durante el gobierno de Enrique Peña Nieto se identificó una pieza ósea de Alexander Mora Venancio, misma que fue hallada supuestamente en una de las bolsas que aparecieron en el Río San Juan. Durante el gobierno de Andrés Manuel se encontraron e identificaron restos óseos de Joshivani Guerrero de la Cruz y Christian Alfonso Rodríguez Telumbre. De ninguna manera puede afirmarse que estas identificaciones se pueden extender al resto de los estudiantes, que porque ya se “encontró” a tres ya no hay necesidad de buscar a los otros cuarenta. Tampoco puede afirmarse que el hallazgo e identificación de estos tres estudiantes implica que deje de ser relevante saber qué sucedió, cómo llegaron hasta allí.

2. ¿Quiénes son los generales que ordenaron el seguimiento y monitoreo de los estudiantes? ¿Participaron como espectadores o como perpetradores? ¿Julio César López Patolzin, el militar infiltrado como estudiante, les proporcionó información sobre los puntos en que fueron interceptados y lo que sucedió, al menos, en el autobús Estrella de Oro 1531 en el que viajaba? Ni siquiera se tentaron el corazón para garantizar la investigación del paradero de uno de los suyos. No olvidemos que justo en el Palacio de Justicia fue detenido ese autobús mientras llegó otro elemento del ejército que informó la desaparición en tiempo real.

3. ¿Quién o quiénes torturaron y mataron a Julio César Mondragón Fontes, el estudiante de quien la fotografía de su rostro desollado recorrió el mundo?

4. ¿Quién le disparó en la cabeza a Aldo Gutiérrez Solano, uno de los estudiantes sobrevivientes que se encuentra en estado neurovegetativo? En este punto es importante reconocer que el gobierno de Enrique Peña Nieto hizo un esfuerzo por garantizar medidas de atención médica y victimal a Aldo y su familia. Pero esto no implica que deje de investigarse.

5. ¿Quiénes son los militares involucrados en la importación de armas de Alemania a México y que, casualmente, terminaron en manos de quienes atacaron a los estudiantes? El gobierno alemán le había impuesto una restricción a la empresa Hecker and Koch de exportar dichas armas a México, por ser letales y por ser México un país en permanente conflicto armado. En Alemania ya hubo detenidos de la empresa. Aquí las armas fueron a dar misteriosamente a las manos de los policías municipales y por supuesto no hay un solo responsable de su llegada a territorio mexicano y de su uso.

6. ¿Cuál fue el papel que jugó cada institución del gobierno local y federal que se movilizó la noche de los hechos? ¿Qué pasó con los policías federales detenidos por este gobierno? ¿hay algún mecanismo que garantice su testimonio o solo se trata de tenerlos en la cárcel para simular justicia?

7. ¿Quién es la persona apodada “El Caminante” quien según el GIEI jugó un papel clave de coordinación la noche de los hechos, particularmente en la movilización de los policías municipales a quienes les daba instrucciones durante el operativo? Además, seguimos sin saber si la hipótesis del quinto camión con relación al trasiego de drogas es cierta.

8. ¿Cuál es la relación entre los delitos de los que se le acusa a Jesús Murillo Karam y a Tomás Zerón ¿sabemos por qué inventaron esa versión? ¿han contado lo que supieron y decidieron ocultar? ¿Qué información nueva obtuvieron de él como detenido emblemático de López Obrador?

9. ¿Quién ordenó espiar con Pegasus a los padres y madres de los estudiantes, a las personas que les acompañan legalmente e incluso al GIEI? Pegasus ha sido siempre pagado por los gobiernos ¿Qué funcionario será responsable de espiar ilegalmente a las víctimas de este crimen atroz?

Con los pocos avances sustanciosos de la investigación, el gobierno de López Obrador no se distingue en nada del de Peña Nieto, ni en el interés, ni en la opacidad, ni en la falta de resultados.