El regreso de Cienfuegos

**LINOTIPIA .

/ Peniley Ramírez /

En 2017, Salvador Cienfuegos era el poderoso jefe del Ejército mexicano, con buenas relaciones en el gobierno de EU. Ese año, le regaló a James Mattis, entonces secretario de Defensa, una edición especial de una botella de tequila extra añejo. La botella se guardaba en una caja de madera, adornada con tonos dorados y una espada del Colegio Militar.
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Para Cienfuegos, el Colegio tiene un significado especial. Dirigir esa academia, entre 1997 y el 2000, significó un paso clave en su carrera, que terminó con el puesto de secretario de la Defensa. Seis años después de aquel regalo a Mattis -y a tres de que lo arrestaron por narcotráfico en Los Ángeles- el Colegio simboliza el regreso de Cienfuegos a la vida pública.

Esta semana, en Veracruz, Andrés Manuel López Obrador entregó a Cienfuegos -con otros militares- la medalla Bicentenario del Colegio Militar. Es el evento más público hasta ahora, pero no el primero.

En los últimos años, ningún país ha quitado a Cienfuegos sus condecoraciones militares, ni siquiera EU. Una vez al mes, me dijeron fuentes cercanas al Ejército, desayuna con el actual secretario Luis Cresencio Sandoval y otros extitulares de la Sedena. En agosto, Sandoval invitó a Cienfuegos y otros exsecretarios al Colegio Militar para celebrar su bicentenario.
Cienfuegos ha logrado, incluso, que AMLO lo defienda públicamente. En febrero, el Presidente dijo en una conferencia que el gobierno de EU “avisó cinco minutos antes” a México sobre su arresto. “Solicitamos que nos enviaran el expediente, y lo analizamos el expediente y nos dimos cuenta que habían fabricado burdamente todas las acusaciones”.

La historia de esa comunicación entre ambos gobiernos es la clave para entender por qué ha vuelto el general y por qué el caso es vigente, más allá de la controversia por el premio.

En octubre de 2020, poco después del arresto de Cienfuegos, México pidió a EU conocer cuál era la evidencia que sustentaba el caso. Un ex general secretario es alguien con información muy sensible de bases militares y estrategias de defensa de un país. Una investigación de ProPublica encontró que en un caso de alto perfil, como ese, las acusaciones debieron aprobarse por el Comité de Revisión de Actividades Sensibles. Eso no ocurrió.

El 6 de noviembre, el Departamento de Justicia envió una respuesta a México: más de 700 páginas de capturas de pantalla de mensajes de Blackberry, entre varios criminales, que no incluían mensajes de Cienfuegos. El gobierno mexicano preguntó si tenían algo más. En el expediente público del caso, esta correspondencia está testada. Obtuve copia sin testar.

La respuesta estadounidense dice que esas capturas eran toda la prueba documental que tenían. “Nuestros registros indican que esta solicitud (de información) está totalmente ejecutada”, dice la carta de respuesta, firmada por una fiscal.

La respuesta, dice un informe publicado en marzo de este año por el Congreso de EU, “sorprendió y enfureció al gobierno mexicano”. El informe dice que México presionó y EU cedió a esa presión, enviando a Cienfuegos de regreso.

Esto, añaden otros informes recientes en EU, deterioró mucho la cooperación entre México y EU. Otro informe del Comité de Seguridad Interna del Senado de EU publicó, en diciembre de 2022, que “tras el incidente del General Cienfuegos, México respondió severamente reduciendo su cooperación con las autoridades estadounidenses. Esto incluía no aprobar cualquier visa nueva para agentes de la DEA por más de un año y la divulgación intencional de evidencia en un asunto penal en un intento de avergonzar a EU”.

El “intento de avergonzar” al que se refiere fue haber colgado en Internet, por órdenes de AMLO, las capturas de pantalla. El informe dice también que México ha usado el caso “como palanca en las discusiones (con EU)”.

Aunque han pasado tres años, el costo de cualquier aparición pública de Cienfuegos aún pesa. Y en EU, siguen creyendo que el general refleja, según dijo hace poco un exagente de la DEA en un testimonio ante el Congreso, “la corrupción al más alto nivel del gobierno mexicano”.

Cienfuegos ha quedado en medio de un conflicto de AMLO con la DEA y de un discurso político obradorista que no puede permitirse fuertes críticas al Ejército, y ellas incluyen, por supuesto, la probidad de un general secretario.