/ Yamiri Rodríguez Madrid /
El cambio se dio finalmente en la dirigencia estatal del PRI. Alejandro Moreno Cárdenas, líder nacional del tricolor, decidió, él solito, que el lugar de Marlon Ramírez Marín sería ocupado por el expresidente municipal de Paso de Ovejas, Adolfo Ramírez Arana, y la diputada federal plurinominal, Lorena Piñón, como secretaria general. Marlon no se va a la banca; lo nombró secretario regional del PRI en Puebla, Tlaxcala y Morelos, estados donde, por cierto, el partido no tiene ya competitividad alguna. Pero vamos por partes.
Hoy el PRI, en Veracruz, trae entre 9 y 11 puntos de voto duro; los municipios que hoy gobierna -sin ser despectiva- son chiquitos, chiquitos y sus espacios, tanto en el Congreso de la Unión como en el Congreso Local cada elección se van reduciendo. Si se va de mal en peor, lo lógico es que con la renovación de la dirigencia se diera un shot de energía, se le conectaran simultáneamente dos tanques de oxígeno con tal de acrecentar sus números, pero no; con las decisiones de Alito pareciera que colabora con montarle la mesa a Morena para las elecciones de 2024 y 2025.
Lejos de buscar entre sus filas -cada vez más disminuidas-, a los mejores operadores políticos que les quedan, optó el Comité Ejecutivo Nacional por Adolfo Ramírez, a quien no se le ve estrategia ni ganas. Adolfo fue célebre como líder del Frente Juvenil Revolucionario por una borrachera que se puso en Xalapa en sus años mozos; su más reciente encomienda, como dirigente estatal de la CNOP, lo mostró como gris y falto de capacidad. Ni era cenopista y terminó por sepultar al sector popular veracruzano.
Lorena Piñón contendió hace unos años por la presidencia municipal de su natal San Rafael y en su casilla no tuvo ni medio centenar de votos; en la recta final del sexenio de Peña Nieto fue nombrada delegada en Xalapa de la Secretaría de Relaciones Exteriores, cargo en el que estuvo solo unos meses y después le compitió al exgobernador campechano la dirigencia nacional; de ahí le dieron una cartera nacional y la pluri federal. Claro, de todos los diputados federales veracruzanos -de todos los colores-, hay que decir que es de las que más ganas le echa: ha presentado iniciativa, ha subido a tribuna; pero de ahí a que pueda sacar una elección estatal hay un gran trecho. Era Lorena también la apuesta de Alito, dicho por él mismo, para la candidatura a la gubernatura veracruzana, hasta antes de que el INE metiera reserva al tema del género.
Lo que viene no es menor y si no se ponen las pilas, si no convocan a los mejores y aplican la famosa operación cicatriz -que no se quede solo en el primer discurso-, esos 9 u 11 puntos que traen, se les pueden ir a 5 y caminar en el riesgoso filo de perder el registro en el estado. Sus números, en junio, confirmarán esto o callarán bocas.
@YamiriRodriguez