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/ Peniley Ramírez /
La instrucción para dejar de publicar cualquier historia sobre Claudia Sheinbaum o la Ciudad de México sucedió, como otras órdenes en aquellos días, en una junta editorial de Notimex. La agencia de noticias llevaba poco más de un año bajo el mando de Sanjuana Martínez. En esas reuniones se instruía a quién atacar y cubrir.
En las juntas, me dijeron personas que participaban en ellas, la directora de Notimex exigía “listas de despedidos”. En un primer momento, las listas las integraban empleados cercanos a Conrado García, exlíder sindical de Notimex. Después, se sumaban quienes no estaban de acuerdo con la nueva dirección en algo.
Comenzaron a despedir también a opositores a García. Sanjuana, me dijeron, exigía que quitaran vacaciones y bonos a los empleados, o que los mandaran de cobertura a sitios peligrosos, como represalia cuando protestaban. Una mujer pidió permiso para visitar a su padre con cáncer en el hospital. Sanjuana exigió a su equipo una política de “cero permisos”. Un reportero colgó una foto en su muro de Facebook con una periodista a quien Sanjuana consideraba su enemiga. Ordenó que lo despidieran de inmediato.
En una de esas reuniones, Sanjuana dijo que tenía todos los elementos para probar que Claudia Sheinbaum era una corrupta, aunque nunca los mostró. Luego, instruyó que Notimex cubriera profusamente historias de contingencias ambientales en la Ciudad de México. Por esos días, Manuel Ortiz se enfrentó a Sanjuana y dejó su puesto directivo en Notimex. Poco después, aparecieron en redes sociales fotos de su hijo, con insinuaciones de que Ortiz era un pervertido y un delincuente.
Ahora, el hijo de Ortiz está en la primaria y ambos viven en Estados Unidos. “Me fui de México por esta situación, no me sentía seguro allí”, me dice, mientras maneja a casa con su hijo, después de llevarlo al médico. Lleva años tratando de desconectarse de Sanjuana y Notimex, pero esta semana el fantasma de la persecución revivió.
Este lunes, Sanjuana publicó una columna en la que dijo que los trabajadores que sostuvieron cuatro años de huelga contra ella eran corruptos. El 21 de diciembre, se publicó el decreto para desaparecer Notimex en el Diario Oficial de la Federación. Los trabajadores comenzaron a recibir sus liquidaciones y sueldos caídos. Sanjuana publicó que recibieron pagos exorbitantes. Hablé con varios huelguistas. Me dijeron que las cifras que publicó Sanjuana son incorrectas, porque incluyen mucho dinero que retuvieron a los trabajadores en impuestos, y por parte de los bancos, por deudas que acumularon en los años sin ingresos, durante la huelga.
En su columna, Sanjuana aseguró que Marath Bolaños, secretario del Trabajo, le dijo que “teníamos que entregar 20% (de los pagos de liquidación a Sanjuana y su equipo cercano) para la campaña presidencial de Claudia Sheinbaum”.
Pregunté sobre estos supuestos pagos a colaboradores de Sanjuana, huelguistas, gente cercana a Bolaños, políticos oficialistas y de oposición. Los excolaboradores de Sanjuana y los huelguistas me dijeron que no les parece que tenga sentido, porque Sanjuana “odia a Sheinbaum”. En el gobierno saben que no aceptaría una propuesta que beneficiara a la candidata presidencial del oficialismo.
En 2020, Artículo 19, Signa Lab y Aristegui Noticias publicaron chats del equipo de Sanjuana en Notimex con instrucciones para no cubrir a Sheinbaum ni notas relacionadas con la Ciudad de México. Ocurrió cuando la huelga en Notimex había estallado y Sanjuana mantenía un centro de operaciones casi secreto en una bodega en Coyoacán, con mínimas condiciones de ventilación, en plena pandemia.
“Marath es uno de los mejores amigos de Andy (hijo de López Obrador)”, me dijo una fuente del obradorismo. “No le daría a una enemiga como Sanjuana una información tan …
[0:06 p. m., 13/1/2024] Juan Antonio Nem: Trump es el tema
Jorge Ramos Ávalos