* ENTRESEMANA
/ MOISÉS SÁNCHEZ LIMÓN /
El pez por la boca muere, cita el lugar común pero cierto. O lo que es lo mismo: con los juniors López no, primo hermano.
Y tampoco con sus hermanos, sus primas, cuates compadres, amigotes de aquí, de allá, generales y altos mandos militares, empresarios consentidos y la camada de nuevos millonarios cuadernos de doble ralla de los chavitos López que coyotean y trafican con influencias.
Aunque ellos lo niegan, ¡por supuesto! Como su progenitor el licenciado presidente lo ha hecho en su defensa con aquello de “no somos iguales” y “por el único de mis hijos que respondo es por Jesús Ernesto porque es menor de edad”.
Pero la historia que se borda en Palacio y donde la caja registradora suena al unísono de los contratos por adjudicación directa, tiene otros hilos que otorga poder a los hijos de Su Alteza Serenísima. Poder para todo. Y todo es todo como ya es público.
He ahí los negocios millonetas, por citar algunos, en el Tren Maya, en la cancelada obra de construcción del aeropuerto de Texcoco, en el AIFA, en el malecón de Villahermosa, en…
¡Hágase su voluntad!
¿Por qué lo dice Gonzalo Alfonso “Bobby”?
¿Por qué lo ordena José Ramón?
¿Acaso por instrucciones de Andrés Manuel Jr.?
¡Claro que se puede! ¡Claro! Porque son honestos, jóvenes limpios e incapaces de enriquecerse a la sombra de su progenitor.
La doctora Sheinbaum los defiende como lo hizo hace unos días con el caso de Bobby cuando el malvado Carlos Loret lo encueró en un reportaje involucrado en el tráfico de influencias para la venta y transporte de balastro para el Tren Maya.
Negociazo de cientos de millones de pesos que dejó mudo, como momia, al licenciado presidente, quien luego defendió a Bobby.
Pero…
Quizá usted se enteró de una ilustrativa declaración que Andy hizo para el documental realizado acerca de su padre denominado “Esto soy”.
“No somos los juniors abusivos del poder, nosotros no vamos a ser parte del gobierno, no creemos en el nepotismo, creemos que eso es una lacra más de este sistema”, dijo Andy cuando el hoy licenciado presidente aún no rendía protesta en el cargo ante el Congreso de la Unión.
Y el 3 de julio de 2018 José Ramón López Beltrán aseguró que no trabajaría en el gobierno y, en los seis años del mandato de su padre se dedicaría a otra cosa. ¡Vaya con esa “otra cosa”!
–José Ramón, ¿vas a trabajar con tu papá? —le preguntó Ricardo Vitela, reportero de Excélsior ese 3 de julio afuera de la casa de campaña que el patriota, pulcro y honesto Manuel Bartlett prestó al licenciado López Obrador en la colonia Roma.
–No, no, yo no voy a trabajar en el gobierno los seis años que va a estar él (su papá el Duce), yo voy a dedicarme a otra cosa, todavía no sé a qué, pero, bueno, ya el tiempo lo decidirá (…) –respondió sonriente y seguro el licenciado Pepe Ramón López Beltrán.
En serio, porfis, no se ría.
Los niños salieron bien abusados y su papá los defiende, niega que sean corruptos, asegura que son rete honestos y les pide que aguanten vara frente a las publicaciones e investigaciones periodísticas que los revelan operadores de altos vuelos, coyotes y traficantes de influencias.
Veamos. En la mañanera del 22 de septiembre del año pasado, 2023, al Duce preguntó Diego Elías Cedillo, reportero del Sistema Informativo de Tabasco y del Diario Presente:
–¿Son buenos hijos?
–Muy buenos, muy buenos –respondió el licenciado presidente– los tres y Jesús, que es por el que respondo de manera directa porque es menor de edad, los otros tres ya están grandes.
Pero –continuó ilustrativo– sí ayuda mucho la familia en el sentido de que no abusen, de que no se extralimiten. Además, la política es un oficio, no es porque soy pariente de un político o soy amigo de un político ya con eso, ¿no?, voy a aspirar a ocupar un cargo. Eso es un desprecio a la política, que es un oficio, y un desprecio, una falta de respeto al pueblo.
¡Recórcholis doctora Shein!, cópielo para su discurso.
Y poco antes, a pregunta del joven Cedillo, Su Alteza Serenísima declaró ese 22 de septiembre del año pasado:
“(…) También tengo que agradecerles mucho a mis hijos grandes, porque desde hace tiempo tenemos el compromiso: mientras yo esté en activo, ningún cargo para ellos. Y no deben tampoco desarrollarse a la sombra de lo que por circunstancias fue el papá, cada quien tiene que abrirse camino, salir adelante. Y me han ayudado mucho en ese sentido, porque no están participando y hasta tengo que agradecerles porque para perjudicarme a mí a ellos les pegan cada vez que pueden; pero también, ¿saben cuántos años llevan así? Pues desde que nacieron”.
No, pues sí. Lo dicho: miente como respira.
¿A poco no?
Y en esas andaba Su Alteza Serenísima y sus patriotas y honestos vástagos, cuando el pasado domingo 14 de enero se les apareció Santa Xóchitl Gálvez Ruiz en el cierre de precampaña en la Arena Ciudad de México.
¡Ajajá!
Y como anillo al dedo de Santa Xóchitl –precandidata presidencial de la alianza Fuerza y Corazón por México– cayó el recurrente mensaje del licenciado López Obrador, en eso que se llama honestidad y contra la corrupción que se barre como las escaleras: de arriba hacia abajo, nomás que las de la 4T son eléctricas.
“Hay quienes quieren negar la realidad. Hay quienes prefieren las mentiras de “los otros datos”. Y eso es así, porque también SE ESTÁ PERDIENDO EL VALOR DE LA VERDAD. Se pierde la verdad, cuando a mucha gente no le importa que el gobierno nos mienta a diario. Cuando se dicen mentiras, como “primero los pobres”, cuando en realidad son “primero los López””, acusó Xóchitl.
¡Sopas!, Andrés Manuel.
Y para no dejar dudas, Santa Xóchitl recetó sus verdades al licenciado presidente, el auténtico, el verdadero, el único e intransferible operador de la campaña de la doctora Shein.
“Se pierde la verdad –puntualizó Xóchitl– cuando se permite que el Jefe de Estado (o sea: Andrés Manuel López Obrador) calumnie a personas de bien. Mujeres. Activistas. Académicos. Ambientalistas. Científicos. Empresarios. Deportistas. Feministas. Comunidad LGTBIQ+ Jóvenes. Médicos. Jueces. Periodistas. Artistas. Víctimas. Todos ustedes han sido ofendidos, insultados, ninguneados”.
Y urgió:
“¡YA BASTA! Ningún presidente que diga amar a México puede despreciar tanto a sus propios compatriotas (…)”.
¿Qué te parece, primo hermano?
Y tú que urgías a la oposición y te burlabas del PRI, del PAN y del PRD porque andaban dizque desesperados y sin candidato.
Pero, hete aquí que un día la ingeniera Santa Xóchitl te fue a tocar la puerta y le negaste el acceso para ejercer su derecho de réplica, en la mañanera.
Y luego, con presiones tipo SAT y UIF a dueños de corporativos de medios de comunicación, lograste que prendiera una pueril campaña para decir que se había desinflado, que no pegaba, que el mismo discurso de las gelatinas y hasta te burlaste, Andrés Manuel, de su pasado como vendedora de tamales.
¡Hay tamaaales!, gritaste desde el podio y te reíste socarrón, ladino.
Pero el domingo se te apareció Santa Xóchitl con huipil de algodón y un mensaje sin medias tintas ni rosas en la tilma. ¿Honesto, honesto con hijos honestos? Dale permiso a la doctora Shein y que debata. No le saques. ¡Zúmbale, Drakko! Digo.
sanchezlimon@gmail.com www.entresemana.mx @sanchezlimon1