/ Yamiri Rodríguez Madrid /
Si usted visita en estos días la comunidad de El Grande, en Coatepec, atemorizados, muchos vecinos le contarán que recientemente se apareció el diablo en el puente que lleva su nombre. Sí, así como lo lee.
Trabajadores que construyen el puente alterno revelaron que hace unos días se formó un nubarrón, de casi cuatro metros de altura, con la viva imagen del demonio, con sus cuernos y todo. Si bien eso espantó a varios, la gota que derramó el vaso fue cuando las toscas varillas que están utilizando en la nueva construcción se cayeron, sin que se escuchara un solo ruido.
Fue tal el susto que de plano algunos trabajadores de la constructora renunciaron y se regresaron a Puebla y a la Ciudad de México. Para los valientes que se quedaron, tuvo que ir un padre a oficiar misa donde se apareció el maligno.
Pero lo más grave es que a la par de la construcción del puente alterno al del diablo, que tiene ya más de dos siglos, la constructora que realiza los trabajos tiene semanas rompiendo unos centímetros del lado derecho de la carretera con dirección a Coatepec.
No es una obra federal, porque no hay un solo señalamiento de eso; no es una obra estatal, porque tampoco hay una lona que lo indique; tampoco es municipal, entonces, ¿quién la hace, qué hace y por qué la hace?
Luego de escuchar la tenebrosa historia de la aparición, cuando se les cuestiona a los trabajadores que si lo que están haciendo es el gasoducto que desde hace años vienen planeado la Nestlé y la Coca-Cola, asentadas en el pueblo mágico, responden que sí.
De ser cierta esa versión sería muy grave el hermetismo con que se realiza. No es bacheo, no es introducción de drenaje y va hacia La Orduña. Que no haya ningún tipo de información al respecto, lo hace mucho más sospechoso.
Ojalá y se aclare pronto el tema, aunque la obra ya va por demás avanzada, de lo contrario, entonces sí se les puede soltar el chamuco.
@YamiriRodriguez