Un ferrocarril de espárragos

* TIERRA DE BABEL .

/ Jorge Arturo Rodríguez /

Aperitivo 1: “Todavía existe un gran desconocimiento sobre el autismo. Por ejemplo, ¿sabías que no existen dos personas autistas iguales? ¿O que no hay ningún rasgo físico visible que sea identificativo de que una persona es autista?” (https://diamundialautismo.com/). Tenemos mucha tarea.

Aperitivo 2: En el Día Mundial de Concienciación sobre el Autismo, les recuerdo lo que dijo Al Temple: “El autismo ofrece una ventana a un mundo diferente, no una puerta cerrada”. Y alguien por ahí me comentó: “Con autismo o no, no debemos de cambiar a nuestros hijos, sino aceptarlos tal y como son.”

Khalil Gibran escribió: “Protegedme de la sabiduría que no llora, de la filosofía que no ríe y de la grandeza que no se inclina ante los niños”. A como vamos, ¿qué futuro le espera a la niñez mexicana? Para no referirnos a la niñez mundial que bien sabemos de la precariedad en la que sobrevive. Eso sí, seguimos, sin pensarle dos veces, regando hijos, muchas veces ni los reconocemos. Ahí la llevamos, y los problemas se acrecientan; pero para los de allá arriba, no pasa nada, y si pasa pa’ qué tanto escándalo, no habrá impunidad y un infinito etc.

De lo que se trata es de aguantar tanta verborrea electoral… Ya, ya, ya, cambiemos de tema, o vayámonos a otro lugar con este rollito político cruel, porque prometer no empobrece, pero mantiene a la gente jodida. No lo ocultemos.

Decía José Martí que los niños son la esperanza del mundo. Y Karl A. Menninger señaló: “Lo que se les dé a los niños, los niños darán a la sociedad”. En menudo lío estamos, México querido. ¿Cómo hemos llegado hasta aquí? ¿Cómo saldremos de la barranca?

Alejandro Dumas se preguntó: “¿Cómo es que, siendo tan inteligentes los niños, son tan estúpidos la mayor parte de los hombres? Debe ser fruto de la educación”. Ahí ‘ta, mis fans, esa educación de la que ni nos acordamos; además de que está de la chingada. Cada día veo menos niños con un libro, y muchos, muchos más con un celular, idos, ausentes… Lejos quedó lo que escribió Jules Renard: “¿Qué es nuestra imaginación comparada con la de un niño que intenta hacer un ferrocarril con espárragos?”

Canta Maná:

¿Dónde diablos jugarán los pobres niños?
¡Ay ay ay!
¿En dónde jugarán?
Se está pudriendo el mundo
Ya no hay lugar
No hay lugar.

La tierra está a punto
De partirse en dos
El cielo ya se ha roto
Ya se ha roto el llanto gris
La mar vomita ríos de aceite sin cesar
Y hoy me pregunté
Después de tanta destrucción.

¿Dónde diablos jugarán los pobres niños?

Lo digo con Platón, podemos perdonar fácilmente a un niño que le tiene miedo a la oscuridad, la verdadera tragedia de la vida es cuando un adulto le tiene miedo a la luz.

En este mes de abril, mes de la niñez, por favor, no los olvidemos y, sobre todo, no olvidemos al niño que llevamos dentro, cuidémoslo, cuidémonos.

Ahí viene el Coco…

Los días y los temas

Mafalda, en una de las historietas de Quino, lee: “Democracia (del griego: δημοκρατία dēmokratía, dēmos, “pueblo” y kratos, “poder”) Gobierno en que el pueblo ejerce la soberanía”, y se empieza a carcajear.

Está clarísimo, ¿o no?

De cinismo y anexas

Van para la niñez aún no atrapada en las redes de la… Bueno, va también para los adultos.

*¿Qué se necesita para encender una vela? Que esté apagada.

*¿Qué le dice una taza a otra? ¿Qué taza ciendo?

*¿Qué le dice un semáforo a otro? ¡No me mires que me estoy cambiando!

*¿Por qué una señora lleva pegamento al restaurante? En caso de romper la dieta.

*¿Por qué lloraba el libro de matemáticas? Porque tenía muchos problemas.

¿Por qué fue la computadora al doctor? Porque tenía un virus.

Hasta la próxima.