De víctima a victimaria, mamá de Camila .

Por:JACQUELINE L’HOIST TAPIA

La semana pasada, la noticia del secuestro y asesinato de Camila, una niña de apenas 8 años, en Taxco, Guerrero, sacudió al país entero. A pocas horas de la noticia de los hechos, el ahora exsecretario de Seguridad municipal, en cadena nacional, adjudicó la responsabilidad de un crimen tan atroz, a la madre de Camila.

Entre las palabras que usó para explicar su punto de vista, usó la de “la responsabilidad maternal” y que, como madre, debió haberla vigilado para evitar el crimen. Ante tal escándalo, esta semana el exfuncionario presentó su renuncia. Sin embargo, una vez más, y para colmo de colmos, nos enfrentamos ante la autoridad incompetente, que revictimiza a diestra y siniestra, con una falta de humanidad, de perspectiva de género y capacidad de entender el fondo de los asuntos que les competen.

Este tipo de declaraciones son la razón por la que el movimiento feminista ha repetido y seguirá repitiendo, una y otra vez, que lo personal es público. Para entender de mejor manera el nivel de gravedad que tiene utilizar la maternidad y los cuidados para responsabilizarla de la violencia sufrida. ¿Por qué el exsecretario dice madre y no padre? Porque los hombres no son vistos como posibles cuidadores. Debemos entender que históricamente, a las mujeres se les ha asignado el rol de la maternidad casi como un instinto y una atribución, si no es que obligación, inherente de los cuidados maternales, y éstos, la mayoría de las veces, no son dirigidos únicamente hacia los hijos e hijas. La idea errónea de que las mujeres tenemos un instinto maternal hace que las mujeres nos veamos obligadas a cuidar no solamente de la crianza, también del esposo, de las personas enfermas, de personas mayores, entre otras cosas.

Pero ¿qué es lo que pasa cuando una mujer no cumple con el estereotipo o la expectativa impuesta? Al parecer, en el mejor de los casos es ser mal vista, y en el peor de los casos, es ser criminalizada. Adjudicar la responsabilidad de un crimen como éste a la responsabilidad maternal es criminalización, es revictimización y es violencia de género. También es invisibilizar un contexto de violencia que ha rebasado las capacidades de las autoridades en la región, y una terrible negligencia a cumplir con su mandato de ser agentes de seguridad.

Como autoridades, como gobierno y como sociedad, el mensaje debe ser claro: las mujeres nunca somos y seremos responsables de la violencia de la cual somos víctimas. No. No es culpa de la mamá que hayan secuestrado y asesinado a su hija. Es que la violencia en este país ya es común y es principalmente consecuencia de la impunidad. Es entonces responsabilidad del Estado garantizar seguridad pública e investigar estos crímenes con perspectiva de género, hasta que la dignidad se haga costumbre.