* CAFÉ DE MAÑANA .
/ Por José Luis Enríquez Ambell /
La falta de agua en una ciudad, localidad o comunidad también conlleva a un cambio temporal o permanente de muchos hábitos personales y colectivos, lo cual representa un riesgo a “la salud” sobre todo porque se involucran cambios de hábitos en el aseo y el cuidado personal.
En las zonas más desprotegidas y vulnerables, “las poblaciones infantil y tercera edad” son las más expuestas a enfermedades derivadas de la falta de agua; los focos de infección igualmente
son mas frecuentes en las zonas sin agua, a decir del sector salud oficial.
En zonas periurbanas -aquellas con espacios contiguos a las aglomeraciones urbanas y que sirven de interface entre lo urbano y lo rural, es decir, son áreas donde se encuentra y se mezcla la ciudad y el campo- y donde conseguir unas cubetas con agua para las necesidades básicas de la familia conlleva a “la ausencia y abandono escolar en una mayor medida”.
El no tener acceso al agua -la necesaria y vital- aumenta los riesgos para adquirir un mayor número de enfermedades y si a ello sumamos los crecientes tandeos en Xalapa, acrecenta las
enfermedades que padecemos actualmente, y principalmente la niñez en condición de pobreza, y están vinculadas a la calidad del agua que todos consumimos, (sea por saturación de bacterias o sustancias tóxicas) o su abastecimiento.
Además, la falta de acceso al agua limita la higiene, lo que agudiza la propensión en la población principalmente de niñas, niños y adultos mayores, de adquirir enfermedades de otro tipo, y sin descontar que el COVID-19 dejó disminuido el cuerpo humano en todas las edades.
Antes de la pandemia, la carga de morbilidad atribuida a la falta de agua, saneamiento e higiene equivalía a 1.8 millones de defunciones y la pérdida de más de 75 millones de años de vida sana en el mundo. No obstante, tras el surgimiento del nuevo virus estas muertes podrían dispararse. De acuerdo con el informe “Global progress report on WASH in health care facilities: fundamentals first”, que en 2023 publicó la OMS y UNICEF.
En las recientes semanas han ido en aumento los casos de afectaciones en la salud por la escasez de agua, y tristemente puede ir aumentando más allá de Xalapa pues, el periodo de calor y cambios climatológicos apenas comienzan, que sumado a la falta de agua suministrada, los efectos sociales llevarían a niveles de descomposición en el reclamo ciudadano en conjunto.
DE SOBREMESA
Las consecuencias de no tener agua en Xalapa, nos comentan en sitios de atención a la salud pública y privada, que pacientes con problemas más recurrentes son por diarrea, deshidratación, renales, hipertensión, entre otros, y desde el fin de semana pasado aumentaron en áreas de urgencia y emergencia en esta capital veracruzana.
¡ ES CUANTO !
José Luis Enríquez Ambell
enamjl62@gmail.com; enriquezambell@gmail.com