En México, casi 40% de niños tiene algún trastorno del sueño .

  • “Parasomnias, insomnio, trastornos conductuales de movimientos y respiratorios, afectan su calidad de vida y de los cuidadores”: Montserrat Melgarejo Gutiérrez, académica e investigadora de la Facultad de Medicina UV ..

/ José Luis Couttolenc Soto / Fotos: Luis Fernando Fernández y cortesía Montserrat Melgarejo /

30/04/2024, Xalapa, Ver.– Los trastornos del sueño son una patología con serias implicaciones en la vida diaria; en México existe una prevalencia importante en alrededor del 40% de niñas y niños que padece alguno de ellos, informó Montserrat Melgarejo Gutiérrez, académica e investigadora de la Facultad de Medicina de la Universidad Veracruzana (UV). 

Mencionó que la Academia Mexicana del Sueño estima que este problema en los menores afecta también al 40% de adolescentes, lo que llevó a realizar un estudio en el Laboratorio de Neurobiología del Sueño y Metabolismo de esa entidad universitaria. 

En una muestra correspondiente a la ciudad de Xalapa, se determinó la existencia de trastornos del tránsito vigilia-sueño en niños; 25% corresponde a trastornos respiratorios relacionados al sueño, y 16% a somnolencia diurna excesiva. La población afectada está en un rango de edad de cinco a siete años. 

Otro estudio con relación al uso de dispositivos electrónicos en niños de Xalapa, arrojó como resultados preliminares que su uso de las siete u ocho de la noche en adelante disminuye el tiempo de sueño, sobre todo en días hábiles cuando niñas y niños se levantan temprano para ir a la escuela.

 

Los trastornos del sueño son una patología con serias implicaciones en la vida diaria

 

Melgarejo Gutiérrez indicó que se han hecho estudios acerca de la intensidad del espectro azul de dispositivos; agregó que entre las dos y tres de la madrugada suprime de manera significativa los niveles de melatonina en plasma, hormona que se produce en la glándula pineal y que ayuda al inicio del sueño cuando hay oscuridad, pero como es fotosensible, se inhibe con la luz y hace que un niño o niña duerma menos, afecta su calidad de vida, se muestra irritable, ansioso y de mal humor. 

Otros estudios muestran que la fragmentación o mala calidad del sueño impacta directamente en la alimentación, así como en el desarrollo del sobrepeso, obesidad y diabetes. La investigadora recordó que México ocupa el segundo lugar en obesidad en adultos y primero en infantil, así como en diabetes tipo 2; impacta también en la salud mental, cuyos síntomas se pueden confundir con trastornos como Trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDH) o trastornos del espectro autista (TA). 

La higiene del sueño es una herramienta que ayuda a dormir bien con una cantidad de horas suficiente y adecuada, de esta manera se obtiene un buen descanso y el cerebro puede restituir todos los procesos que se llevan a cabo durante el sueño.

 

La higiene del sueño es importante para dormir bien, no sólo en cantidad de horas suficiente, sino también la adecuada durante la noche

 

La investigadora mencionó que el tiempo adecuado para dormir en niños de 0 a tres meses de edad, debe ser en promedio de 19 horas; de cinco a seis años, de 10 a 13 horas. Resaltó que si los adolescentes están durmiendo menos de ocho o seis horas, se debe poner atención por una posible presencia de algún trastorno. 

Montserrat Melgarejo recordó que en 2016 efectuaron un análisis del trastorno del sueño en niños de edad preescolar a la preparatoria, observando que la prevalencia es alta al inicio y mantenimiento del sueño, es decir, se duerme tarde y a menudo es fragmentado, lo que puede ser producto de diversos factores, entre ellos el uso de dispositivos electrónicos. 

Esta situación ser incrementó durante la pandemia por la necesidad de uso de los dispositivos, pero se quedó como hábito, por lo que es necesario regularlo. 

Recomendó que niños y niñas inicien el sueño alrededor de las ocho de la noche; no usar dispositivos electrónicos después de las seis de la tarde y no más de una hora; ingerir alimentos saludables no altos de carbohidratos y consumirlos tres horas antes de dormir.