*ÍNDICE POLÍTICO .
/FRANCISCO RODRÍGUEZ
Ya estamos hasta la madre de politiqueros corruptos, ineptos y, como Andrés Manuel López Obrador, además cobardes que atacan con virulencia a mujeres como Xóchitl Gálvez, Cecilia Flores y María Amparo Casar.
Ya estamos hasta la madre de negociantes de la política como Mario Delgado, investigado en Estados Unidos por el sucio negocio del huachicoleo fiscal que lo ha enriquecido bestialmente.
Ya estamos hasta la madre de traficantes de influencias como Andy y Bobby López Beltrán que convierten en archimillonarios a sus amigos –quizá sólo sus prestanombres– con contratos de obras y servicios del gobierno de su padre.
Ya estamos hasta la madre de merolicos pseudocientíficos como el tal Hugo López Gatell, causante de la muerte de cientos de miles de mexicanos, niños incluidos.
Ya estamos hasta la madre de que haya más homicidios, “pero la violencia está bajando”. Hasta la madre de que las Fuerzas Armadas fracasen ante los criminales a quienes solo abrazan. Hasta la madre de las complicidades de los cuatroteros –AMLO a la cabeza– con los narcotraficantes. Hasta la madre de tantos asesinatos y masacres.
Ya estamos hasta la madre de un Movimiento político cuyos militantes trasgredan a diario la Constitución y salgan con la reverenda estupidez de que la ley no es la ley.
Ya estamos hasta la madre de diputados y senadores sin criterio propio, genuflexos ante el Ejecutivo, que dan la espalda a sus electores para convertirse en depreciadas correas de transmisión de caprichos y ocurrencias de AMLO.
Ya estamos hasta la madre de los dispendios y la corrupción en las llamadas obras faraónicas –Tren Maya, Dos Bocas, AIFA, Megafarmacia, etc.– que los pagaimpuestos tendremos que seguir subsidiando muchos años más.
Ya estamos hasta la madre de que Claudia Sheinbaum ofrezca un “segundo piso de la corrup…, perdón, de la transformación” que no es otra cosa sino más de lo mismo que hasta ahora nos mantiene apergollados.
Ya estamos hasta la madre de ver sudar la gota gorda a la “corcholata” favorecida, pues es real el temor de que Sheinbaum no puede calentar ni un café, menos ganar las casillas sin la intervención abierta de su “destapador”. Cuando se mal para sobre los entarimados políticos en la campaña, con ademanes y gritos melifluos y chocarreros, hace sudar gruesos chorros amargos a sus matraqueros.
Ya estamos hasta la madre de que las campañas electorales se hayan convertido en una especie de subasta en la que todos los candidatos sólo ofrecen programa$ $ociale$.
Ya estamos hasta la madre de promesas y compromisos que de antemano sabemos que no cumplirán, porque lo único que a ellos verdaderamente les importa es alcanzar el poder y mantenerse en él a toda costa y cueste lo que a los pagaimpuestos nos cueste.
Ofrecen, ofrecen, ofrecen y… de su bolsillo, se lo aseguro, nunca van a sacar ni un peso.
Antes, todo lo contrario. Lo que se puedan embolsar será siempre su objetivo.
Y AMLO no escapa a esa suerte de maldita “tradición” que en este su sexenio él ha elevado a los máximos niveles.
Es escaso o rotundamente nulo lo que la mal llamada Cuarta Transformación ha hecho por los mexicanos.
A la mayoría la ha empobrecido, aún más que los gobiernos pripanistas que él y su candidata tanto critican sin ver la viga en sus ojos.
A los mexicanos les ha robado la salud, los empleos, los ahorros…
… les ha regateado oportunidades para un futuro mejor como ese al que cualquiera aspira alcanzar.
Y lo peor es que día a día ofende a todos no sólo con insultos a sus adversarios, como él dice, incluso a sus seguidores a quienes trata como imbéciles que no entienden que lo que él persigue es única y exclusivamente que su Movimiento se mantenga en el poder cuando menos otros seis años…
… para que él, sólo él y nadie más que él trascienda a la Historia como un excepcional político a la mexicana.
¿Sueño guajiro? ¿Lo conseguirá? Nadie lo puede adivinar.
Lo único tangible es que, con la 4T –cualquier cosa que eso sea–, ¡ya nos tiene hasta la madre!
La dura realidad es que…
La realidad es que la 4T no cambió el sistema, pero el país si perdió para ahora y para siempre la cabeza tradicional, el árbitro, el conciliador, la última instancia de negociación, el ejecutor mágico, el solucionador de lo que no admitía demora, encarnado antes en el Primer Mandatario.
La realidad es que no cambió el régimen, pues la estructura política sigue siendo herencia de Benito Juárez, Porfirio Díaz y de Plutarco Elías Calles. No cambiaron las instituciones, sólo se erosionó bestialmente su credibilidad y se aterrorizó a todos los creadores de empleo, a todo aquél que tuviera dinero y no desparramara la copa.
La realidad es que no cambiaron las pautas de conducta de los gobernantes, sino que su visión estrecha del mundo pasó a depender de pandilleros ideologizados que finalmente están al servicio de los peores entre los peores.
La realidad que no cambió el poder real, solamente se perdieron los controles y se pulverizó su contundencia frente al mundo, se agotó a límites de precipicio el crédito exterior de México. La deuda soberana ha sido calificada como basura, y pronto el Imperio querrá hacerla efectiva vaciando los caudales de la reserva monetaria que ya tienen en Washington avalando al dólar.
La realidad es que no cambió nuestra ubicación en el mundo, sólo se empeoró, por entreguismos absurdos de soberanía cotidiana, la relación diplomática con nuestro vecino y socio más influyente del abarrote. Al mismo tiempo, se perdió cualquier oportunidad futura de establecer estrategias de desarrollo con los países emergentes y ricos de la Tierra…
… pues se dieron cuenta de nuestra pequeñez y se negaron a ser arrastrados por esta aventura sin pies ni cabeza. Por eso quedamos solitos en el mundo, sin posibilidad de acudir a nadie, menos cuando AMLO insistía en convertir en conferencia mañanera una intercomunicación mundial con los líderes del G20.
La realidad es que no cambió el régimen de partidos, sino que las organizaciones sociales se sumieron en un profundo descrédito y libraron interminables guerras intestinas por controlar padrones abrepuertas.
La realidad es que no se abatió la corrupción, no se mejoró un ápice la seguridad; creció la irritación ciudadana y los factores de inestabilidad, como la guerrilla, el narcotráfico, el crimen organizado, los ajusticiamientos, las vendettas entre mafias hicieron trizas al país.
La realidad es que ¡ya estamos hasta la madre de la 4T!
Indicios
“Aprovecho para decirles que jueves, viernes y sábado, antes del día 2 que son las elecciones no vamos a tener mañanera. El miércoles a las 12 de la noche es el último día para hacer campaña, es el día 29″, dijo Andrés Manuel López Obrador en su matiné de este miércoles 8 de mayo. A confesión de parte, relevo de pruebas, dicen los abogados. Ya aceptó que sus apariciones diarias en medios tienen una fuerte de propaganda para favorecer a su estático Movimiento. * * * Y por hoy es todo. Reconozco que haya leído hasta estas líneas y, como siempre, le deseo ¡buenas gracias y muchos, muchos días!
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