*No llegó el gobernador Cuitláhuac García ni el subsecretario de Derechos Humanos, Población y Migración de la Secretaría de Gobernación (Segob), Arturo Medina Padilla.
Escrito por Rita Magaña Torres.
28.05.2024 /CimacNoticias.com/ Ciudad de México.- Tuvieron que pasar 11 años del feminicidio de Pilar Argüello Trujillo, para que a sus padres Reyna y Pedro y toda su familia, les fuera ofrecida una disculpa pública por las graves violaciones que cometió el Estado mexicano al investigar el caso de su hija, y a pesar de ser el primero en ingresar a través del Protocolo Facultativo del Comité para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer (CEDAW), algunas autoridades no hicieron presencia en el acto por tanto está pendiente saber si víctimas aceptarán este la disculpa como medida reparatoria.
Fue un 2 de septiembre de 2012 en Coscomatepec, Veracruz cuando Pilar fue víctima de violencia feminicida por quien era su pareja sentimental, desde entonces fueron sucediendo las violencias que hasta el momento le impiden tener garantía de justicia, verdad y dignidad.
Así que sus padres, tras los hechos violentos contra su hija, debieron emprender un camino por esa justicia que hasta hoy ha sido negada.
De oficio comerciantes, los padres de Pilar mencionaron que su hija soñaba con tener un negocio de manualidades y juntaba dinero para que su hermano menor estudiara, que fuera a la universidad y tuviera una licenciatura o ingeniería, pero estos planes fueron truncados por un hombre violento, amparado en un sistema patriarcal que tolera esta impunidad.
Desde entonces, su mamá y papá, agotaron todas las instancias legales en el país para hacer posible la justicia por su hija. Finalmente, recurrieron ante el Comité para la eliminación de la Discriminación contra la Mujer (CEDAW por sus siglas en inglés) a donde recurrieron para regresarle verdad y justicia.
En un suceso sin precedentes para México, el 21 de julio de 2017 la instancia aceptó revisar el caso y emitió un dictamen en contra del Estado mexicano.
Este acto debía ser un espacio para la reparación, tras 11 años de maltrato a las y los familiares de Pilar, al no otorgarles trato digno al buscar justicia, además de la falta de debida diligencia en la investigación, lo cual evidenciaba violencia institucional ininterrumpida, no obstante, de acuerdo con las víctimas esto quizá pueda no ser considerado como tal.
No perdamos de vista que este es uno de los casos emblemáticos violatorios a derechos humanos en el país, al ser el primero que ha ingresado a las recomendaciones internacionales al Estado Mexicano a través del Protocolo Facultativo del Comité CEDAW.
El viernes 24 de mayo aconteció la disculpa pública por parte de las autoridades federales y estatales en la plazuela de la cabecera municipal de Coscomatepec, Veracruz, para darle verdad y justicia a estos 11 años de lucha y reconocer las “graves fallas” cometidas en la investigación y uno de los principales ausentes en el acto fue el gobernador de la entidad Cuitláhuac García.
También se destacó la ausencia del subsecretario de Derechos Humanos, Población y Migración de la Secretaría de Gobernación (Segob), Arturo Medina Padilla y la familia de Pilar lo hizo evidente.
Este acto, era una obligación de las autoridades, iba más allá de ser un simple acuerdo, debían cumplir el dictamen del Comité para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer (CEDAW), de acuerdo con las víctimas ante estas ausencias que restaron presencia del Estado mexicano, la familia de Pilar Argüello Trujillo, podrían rechazar el hecho.
De hecho, está pendiente la aceptación de la disculpa pública y notificarlo a las autoridades de la CEDAW.
Desafortunadamente, casos como el de Pilar se suman a los de Digna Ochoa y Plácido, Valentina Rosendo Cantú, Lydia Cacho Ribeiro o Jacinta Francisco Marcial, los cuales revelan una estructura de impunidad, machista y misógina que impera en todos los niveles de gobierno, la cual perpetúa la violencia contra mujeres.
La disculpa
La cabecera municipal de Coscomatepec, Veracruz fue el escenario donde se montó el acto protocolario donde familiares de Pilar se reunirían con autoridades representantes del Estado mexicano para recibir la disculpa pública.
Una de las principales oradoras fue la tercera de sus 8 hijas e hijos de Reyna y Pedro, María del Carmen Argüello Trujillo, ella ofreció un mensaje a nombre de la familia para recordar que ese momento fue resultado de la lucha de sus padres por la verdad y la justicia para Pilar, «porque ellos transformaron su dolor en una lucha para su hermana y para todas las víctimas de violencia feminicida en México».
María del Carmen no perdió la oportunidad de alzar la voz para hacer pública la ausencia de Arturo Medina Padilla, subsecretario de Gobernación, quien debía encabezar este reconocimiento:
“Estoy aquí en representación de mi familia Argüello Trujillo y de mi hermana Pilar. Como familia hemos decidido valorar lo que han hecho las instituciones en lo relacionado con este acto, principalmente que no esté presente el subsecretario Arturo Medina, quien debió presidir este acto, más adelante les comunicaremos si aceptamos o rechazamos esta disculpa pública.
“Insistimos que ya no queremos que haya otra disculpa pública, sino que se haga justicia para las víctimas y así no sea necesario disculparse por los derechos que no se respetaron”.
Igual como lo hicieron desde que aconteció el feminicidio de Pilar, el 3 de septiembre del 2012, nuevamente la familia Argüello Trujillo, a través de María del Carmen, exigieron justicia no solo para su hermana, sino para todas las víctimas de feminicidio en México y respetar los derechos de las víctimas indirectas.
Por ello, manifestó que necesitan que la Fiscalía y el Poder Judicial de Veracruz les informen sobre lo que sigue para avanzar en el esclarecimiento de los hechos y lograr lo que han buscado todos estos años:, “la justicia para nuestra hermana ¡Pilar, justicia, justicia, justicia, Pilar somos todos”!
También, la hermana de Pilar, consideró que el gobierno debe informar a la población sobre lo que pueden hacer como familias cuando una mujer o una niña es víctima de violencia.
Aseveró que deben dar una respuesta correcta y asegurar que tenga justicia y hagan valer sus derechos, “gobierno, si quieren que confiamos en ti, haz su trabajo para que las víctimas tengan justicia y para que otras personas no les pase lo que a nosotros como familia”.
“Una disculpa está muy bien, pero no todo es una disculpa, porque ya no nos regresa a mi hermana y el culpable anda allá afuera, libre, paseando y disfrutando la vida y nosotros seguimos aquí con nuestro dolor. Nuestra lucha como familia ha sido también para que otras familias no sufran el dolor, porque el que hemos pasado desde que se privó de su libertad y su vida a mi hermana, claro que tenemos mucho enojo y queremos justicia”, enfatizó María del Carmen.
“Buscamos por todos los medios a nuestro alcance para identificar y eliminar los obstáculos de derecho que han impedido aclarar las circunstancias de su muerte y la identificación plena de quién o quiénes atentaron contra su vida, hacer este compromiso firme es la única manera como se puede responder.
La titular de la Fiscalía General del Estado de Veracruz, Verónica Hernández Giadáns, acudió a la cita y señaló que garantizará que se continúe la investigación de los hechos que ocasionaron que Pilar Argüello Trujillo hoy no esté con nosotros.
En la plazuela de la cabecera municipal, justo en la tierra natal de la joven, en Coscomatepec, Veracruz, ahí frente a la señora Reyna Trujillo, el señor Pedro Argüello, a Ismael, Valentín, Carmen, Mario, Jannet, Guadalupe, Juan y Elizabeth, hermanas y hermanos de Pilar, la subsecretaria de Desarrollo Democrático Participación Social y Asuntos Religiosos, Iris Mariana Rodríguez Bello, fue quien tuvo a su cargo ofrecer la disculpa pública a nombre del Estado mexicano:
“El Gobierno de México, que hoy represento, reconoce su responsabilidad internacional concluida por el Comité Cedaw y ofrece una sincera y respetuosa disculpa a la familia Argüello Trujillo, por las omisiones de las autoridades que incumplieron con las obligaciones constitucionales de respetar, proteger, garantizar y promover los derechos humanos de las mujeres.
“Las autoridades mexicanas no protegieron a Pilar y no garantizaron un trato digno y adecuado a su familia y esta situación alentó un impacto negativo hacia sus vidas. Reconocemos que esta falta de diligencia revictimizó a la familia Argüello Trujillo. Sin duda, este caso representa un llamamiento a las instituciones responsables de la administración y procuración de justicia del Estado mexicano para fortalecer las acciones de atención a los casos de feminicidio”.
No obstante, la funcionaria de Segob no perdió la oportunidad de destacar que a pesar de que el pronunciamiento del Comité CEDAW se realizó en 2017, fue hasta esta administración que retomó la comunicación con los familiares y sus representantes para trabajar conjuntamente en la construcción de una ruta de atención y reiteró el compromiso para continuar con el trabajo emprendido y lograr el cumplimiento total de las medidas ordenadas.
En este sentido, invitó a la Fiscalía y al Poder Judicial de Veracruz a fortalecer los trabajos de coordinación en la mesa que se ha construido para dar seguimiento al caso. El deber de diseñar e implementar políticas públicas que impulsen un México igualitario, libre de violencia y no discriminación es prioritario. Siempre, es necesario reconocer la historia de los derechos políticos, sociales y económicos de las mujeres y niñas.
Los hechos
Reyna Trujillo Reyes es la madre de Pilar; tiene una mirada seria que no tarda en ablandarse cuando comienza a hablar sobre su hija, quién era y cómo la recuerda. Esa suavidad en sus ojos mezcla al mismo tiempo la inmensa tristeza con una determinación, quizá forjada a lo largo de los años, quizá adquirida de un solo golpe.
¿Nos pregunta cómo era mi hija? Pues para nosotros era lo máximo. Ella era alegre: le gustaba ir a divertirse a una fiesta, un baile o adonde la invitaran las pocas amigas que tenía.
De acuerdo con Reyna, su hija –quien nació y creció en Coscomatepec– no tenía tantas amistades porque trabajaba mucho. Era empleada del hogar desde los 14 años y, con el dinero que ganaba, pensaba pagar los estudios de su hermano y abrir un negocio de manualidades. Lamentablemente, Pilar no pudo cumplir sus sueños ni objetivos.
Reyna Trujillo y don Pedro Argüello Morales –padre de Pilar– se enteraron de la muerte de su hija hasta dos días después del feminicidio. No fue gracias a las autoridades. El padre fue quien escuchó la noticia a través de un periódico local que anunció el hallazgo del cuerpo de una mujer.
Por su parte, el presunto feminicida –quien en ese entonces era menor de edad– se entregó voluntariamente, confesó el delito y participó en la reconstrucción de los hechos.
El 6 de septiembre de 2012, días después del feminicidio de Pilar Argüello, ya habían ingresado a A.R.M. –el agresor– a un centro de internamiento para adolescentes en Palma Sola, municipio de la costa veracruzana ubicado a tres horas de Coscomatepec.
De acuerdo con información recabada por la familia de Pilar y sus representantes legales, el cuerpo de la joven mostraba signos de violencia sexual, lesiones degradantes e indefensión.
A pesar de las confesiones que relacionaban directamente a A.R.M. con estos actos, el Tribunal Superior de Justicia de Veracruz determinó que no había pruebas firmes para inculparlo. Además, descalificó la reconstrucción del hecho porque no se había realizado según las “formalidades” de la ley.
Así, después de pasar solo dos meses en Palma Sola, A.R.M. quedó en libertad. Entre tanto –dice Reyna–, ella y toda su familia se quedaron solos con sus tristezas.
Las fallas
Mientras las autoridades llevaban a cabo la reconstrucción del feminicidio, Pedro Argüello y Reyna Trujillo se encontraban en el cementerio sepultando a Pilar.
“Tal vez lo manejen así, pero yo creo que debería haber un familiar en la reconstrucción de los hechos y no hubo”, piensa el señor Argüello. Para él, esta fue la primera de una serie de negligencias por parte de las autoridades veracruzanas.
Cuando habla de esto, Pedro proyecta un control absoluto de su voz. Como si el coraje, su coraje, sostuviera sus palabras desde el fondo de la tierra. El padre de Pilar afirma con una actitud determinante que las autoridades de Palma Sola, sobre todo la jueza que liberó al presunto culpable, son las principales responsables de la impunidad que rodea el feminicidio de su hija.
Araceli González Saavedra, representante legal de la familia de Pilar Argüello Trujillo e integrante de Equifonía –organización por la defensa de los derechos de las mujeres–, aclara que las y los funcionarios ni siquiera notificaron a los padres de la joven sobre la liberación del detenido. Lo supieron gracias a que constantemente buscaban comunicarse con quienes llevaban el caso para conocer sus avances.
La defensora, además, identifica a la entonces Procuraduría General del Estado de Veracruz y al Poder Judicial de la entidad en la lista de instituciones que han actuado con negligencia en el caso de Pilar. Estas faltas en el proceso han desembocado en años de espera para que la familia Argüello Trujillo obtenga lo único que busca: respuestas y justicia.
Desde 2013, tanto Araceli González como Adriana Fuentes Manzo han acompañado a Reyna y Pedro en todos los procedimientos legales por medio del colectivo Equifonía. Durante este camino, ambos se han enfrentado al silencio, la indiferencia y sospecha de corrupción por parte de las autoridades.