*Línea Política .
/ Agustín Contreras Stein /
CON LOS resultados electorales de la pasada elección, nada halagadores para el priismo nacional y estatal, se llega a la conclusión de que el partido tricolor necesita una verdadera refundación que no se concrete, solamente, al cambio de siglas, tal y como se ha venido rumorando desde hace tiempo. El PRI, tiene, necesariamente, que deshacerse totalmente de las dirigencias que lo tienen secuestrado y abrirse, definitivamente hacia una nueva recomposición donde entren nuevos estatutos, nuevas estrategias políticas y dejando atrás, de alguna manera, la fundamentación revolucionaria e institucional, que en estos tiempos ya no funciona para efectos del convencimiento popular.
El PRI, de igual manera, tiene que dejar fuera a los enquistados líderes que ya no tienen nada qué hacer en estos tiempos y rehacerse lo más pronto posible para seguir siendo parte de los procesos electorales y participando en las necesidades políticas del pueblo mexicano y veracruzano, en especial.
Al PRI, se le ha olvidado preparar nuevas cepas de políticos que pudieran, en determinado momento reforzar las fuerzas políticas que operan para su mantenimiento. Hasta ahora, le ha negado la entrada de nuevas generaciones de jóvenes políticos y se ha quedado, solamente con lo que tiene, los que, a través de las posiciones plurinominales, han acaparado su propio bienestar, pero ya es tiempo de que se renueve, posiblemente, desde el principio para llegar más saludable a disputar el poder político, fin, sin duda, de cada organización política.
El priismo se quedó atónito ante los recientes resultados, dándose cuenta que no hicieron nada para poder entrar en la disputa política. Quienes dirigen el partido están conformes con sus posiciones para seguir sirviéndose del mismo.
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LA SINIESTRA SOMBRA DE LÓPEZ OBRADOR
CADA GOBIERNO deja su sello personal de quien gobierna el país. Esta vez, López Obrador, deja un amargo resentimiento en la nación, por lo que, la presidenta recientemente elegida, bajo complicada aceptación popular, tendrá que deshacerse, desde el principio de la sombra siniestra que tiene el actual mandatario nacional. Los compromisos están cumplidos y se inicia una nueva era, con un mensaje muy distinto al actual, para que observando los resultados se puedan corregir cientos, miles de errores cometidos y que, quiérase o no, deja lastimados a muchos ciudadanos y con los cuales la tarea será reconciliar y sanar cuanta herida se haya producido. Sheinbaum está consciente del desastre y de lo inviable que resulta el supuesto modelo político de quien será su antecesor. Recomponer al país requerirá de mucho tiempo, pero sobre todo de una enorme voluntad que se espera tenga la nueva jefa del poder ejecutivo nacional.
Sheinbaum, tiene un compromiso que cumplir con el pueblo mexicano, si no lo hace, sufrirá, quizá la más espantosa reacción, pues es mentira que los mexicanos viven satisfechos por completo. Sheinbaum, no deberá tocar la libertad ni el bolsillo de los mexicanos, porque entonces, tarde que temprano, surgirá la inconformidad con más fuerza que la demostrada en las manifestaciones del zócalo y de las ciudades más importantes del país.
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CONFIANZA ENTRE VERACRUZANOS
LA PRIMER GOBERNADORA del Estado, procedente de tierras extrañas para muchos, tiene que otorgar confianza a los veracruzanos con acciones importantes y con nombramientos de personajes capaces, con los cuales ni siquiera haya convivido, pero que reflejen el famoso amor por Veracruz.
Buena ha sido la invitación que ya formuló a Ricardo Ahued Bardahuill, un personaje de la vida política de Veracruz, para que se haga cargo de la secretaría de gobierno, posición que ya aceptó el empresario y que la gente no ve mal y hasta lo avalan en su próxima gestión. Con él, en el gabinete, Rocío Nahle, ya tendrá ganada la primera parte de esta batalla que significa gobernar a Veracruz.
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Y MAÑANA, aquí nos encontraremos, si otra cosa no sucede.
