Del voto para las mexicanas a Sheinbaum, un siglo de luchas .

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12.06.2024 /Cimac Noticias.com/ Ciudad de México.- El 17 de octubre del 2023 se cumplieron 70 años del reconocimiento del derecho de las mujeres mexicanas a votar y ser votadas, lo que supuso una lucha por consolidar la participación política de las mexicanas, quienes desde su causa individual y colectiva, abrieron paso para que en este 2024, todas podamos participar en la vida política del país y elegir por primera vez en nuestra historia a una como representante en uno de los máximos poderes del país, todo ello supuso un siglo de luchas.

Mismas que fueron arduas y con caminos sinuosos para alcanzarlos, fue una colectividad quienes fungieron como transformadoras de sus propias realidades y es de resaltar que fueron mujeres periodistas y escritoras de las colectivas impulsoras de estos derechos para las mexicanas.

Su exigencia para que mujeres pudieran ser parte de la vida política empezó hacia finales del siglo XIX. El tema fue puesto ante la opinión pública cuando las mexicanas Laureana Wright y Mateana Murguía, inspiradas por los movimientos sufragistas del Reino Unido, empezaron a publicar artículos en un semanario feminista llamado Violetas del Anáhuac. Al mismo tiempo Hermila Galindo, Artemisa Sáenz y otras mujeres difundían artículos sobre la importancia del voto femenino en el semanario “Mujer Moderna”.

Hermila Galindo Acosta se convirtió en una de las máximas exponentes del feminismo en México entre 1915 y 1919, fundó y dirigió el semanario Mujer Moderna, el cual comenzó a publicarse el 16 de septiembre de 1915, con un enfoque de género adelantado a su tiempo, que defendía el derecho al voto de las mujeres.

“Creo firmemente, intensamente, que la mujer es digna de mejor suerte que aquella que le han deparado”.

Hermila Galindo

En 1917, desafiando la ley electoral vigente, se presentó como candidata a diputada federal por la ciudad de México y, aunque no ganó la elección, sentó un precedente importante en la lucha por los derechos políticos de las mujeres.

Sus ideales en defensa de los derechos de las mujeres, la llevaron a enviar una iniciativa al Congreso Constituyente, reunido en la ciudad de Querétaro, en la que planteaba la necesidad de otorgar el derecho a votar de las mujeres como un paso importante para incluirlas en la vida política. La iniciativa fue leída el 12 de diciembre de 1916 y rechazada por los constituyentes.

En 1917, su postura por la aprobación del voto femenino y validación dentro de la Carta Magna la hizo una de las principales luchadoras por los derechos de la mujer. Aunque su petición fue ignorada, Hermila Galindo continuó la lucha y desafió la negativa con su candidatura como diputada, la primera mujer en competir por un cargo público de elección popular en la historia de México.

En 1916 Galindo Acosta envió la ponencia “La mujer en el porvenir”, la cual fue leída en la inauguración del Primer Congreso Feminista celebrado en Yucatán del 13 al 16 de enero.

En su ponencia, pidió establecer la educación sexual en los planes educativos, lo que provocó se le acusara de inmoral. En el Segundo Congreso Feminista, también efectuado en Mérida, Yucatán, del 23 de noviembre al 3 de diciembre del mismo año, se defendió de las críticas y fue apoyada por mujeres de gran prestigio, como Eulalia Guzmán y Matilde Montoya, la primera médica mexicana. En ninguno de los dos congresos hubo consenso en la petición del ejercicio pleno del sufragio femenino. Se acordó comenzar con el derecho a votar en las elecciones locales.

Ese mismo año, Hermila Galindo envió una petición a la Primera Comisión de Puntos Constitucionales en la que aseguraba que los derechos naturales deberían ser equitativos, “la igualdad ante la ley debe ser completa”, aseguraba. También había mujeres como Inés Malváez, quien argumentaba que las mujeres eran esencialmente conservadoras y afines al clero, por lo que podían ser un instrumento político de la iglesia. Hermila Galindo aseguraba que era necesaria la educación laica para no caer en las garras del clero.

Tras severas discusiones, los congresistas acordaron un sufragio gradual y diferenciado. Galindo Acosta estaba de acuerdo con esta idea, “el derecho del voto debe ser restringido, debiendo concederse únicamente a las mujeres de cultura eficiente y que aporten al mismo tiempo el conglomerado de sus actividades en cualquiera de las ramas de la ciencia, de la industria, del comercio, de la administración pública, etcétera” y de este modo, en el debate para la Carta Magna de 1917 se resolvió que solamente fueran los ciudadanos educados quienes pudieran votar; sin embargo, las mujeres, aunque letradas, fueron excluidas.

En septiembre de 1919 suspendió la publicación del semanario Mujer Moderna y se deterioró su relación con Venustiano Carranza, al publicar el libro Pablo González: un presidenciable, que defendía la candidatura del general Pablo González.

En 1919 se fundó el Consejo Nacional de Mujeres (CNM) renombrado posteriormente como el Consejo Feminista Mexicano (CFM) encabezado por María del Refugio García, Juana Belén Gutiérrez, Elena Torres y Estela Carrasco (Galeana, 2017) quienes exigieron la integración en su agenda el voto.

De acuerdo con Ana Lau Jaiven en Mujeres, feminismo y sufragio en los años veinte (2013) el Consejo Feminista Mexicano (CFM) hablaba del feminismo activamente, se discutían temas sobre la maternidad y el papel de la mujer frente al cambio revolucionario, Jaiven define el sufragio feminista en México durante la década de 1920.

En 1922, Rosa Torre González se convirtió en la primera regidora del país, en Mérida Yucatán. Un año después, Elvia Carrillo Puerto, Beatriz Peniche y Raquel Dzib Cicero, fueron las primeras mexicanas electas diputadas al Congreso del Estado de Yucatán.

En San Luis Potosí se inscribió en el censo electoral a mujeres que supieran leer y escribir para las elecciones municipales de 1924 y en las estatales de 1925, pero un año más tarde la iniciativa fue derogada.

En Chiapas se permitió la elección de la diputada Florinda Lazos León y en Tabasco, a finales de 1925, fueron electas las primeras regidoras del estado: Celerina Oropeza, Reynalda Hernández y Francisca Rodríguez.

En Michoacán, Refugio “Cuca” García lanzó su candidatura independiente a una diputación federal por Uruapan; pese a que ganó, el Colegio Electoral negó su triunfo, lo que la llevó a protestar encabezando una huelga de hambre frente a la residencia presidencial. (Revista Digital de la Unidad Académica de Docencia Superior, Universidad Autónoma de Zacatecas, ISSN: 2594-0449), (Ana Lilia Cepeda: Las elecciones de las mujeres: Propuestas Legislativas. Sara Lovera y Yoloxóchitl Casas Chousal

Corría el año de 1923, en ese momento en México se llevó a cabo el Primer Congreso de la Liga Panamericana de Mujeres, al que acudieron feministas de todo el país. Fue ahí cuando definieron la necesidad de enviar al Congreso de la Unión una petición para hacer efectiva una igualdad de derechos políticos entre hombres y mujeres.

En ese mismo año se dio a conocer el libro de su autoría La Doctrina Carranza y el Acercamiento Indolatino. La correspondencia entre el presidente Carranza y Galindo hizo ver que la publicación contó con la anuencia del mandatario. Cuando Venustiano Carranza fue asesinado el 21 de mayo de 1920, Hermila Galindo desapareció del escenario público.

El 7 de febrero de 1940 se le otorgó la condecoración al Mérito Revolucionario, en reconocimiento a su amplia acción revolucionaria, y fue considerada veterana de la Revolución por sus servicios a ese movimiento y recibió cartas de recomendación de dos revolucionarios importantes: Luis Cabrera y Pablo González.

La labor de Hermila Galindo como pionera impulsó el desarrollo de ulteriores movimientos feministas, los cuales demandaron la modificación del artículo 34 constitucional, para garantizar el derecho al voto de las mujeres, aspiración que finalmente fue alcanzada mediante un decreto publicado el 17 de octubre de 1953 por el presidente Adolfo Ruiz Cortines, quien, reconociendo su tarea, le otorgó el nombramiento honorario de “La Primera Mujer Congresista”. Hermila Galindo falleció un año después, el 19 de agosto de 1954.

Tras este proceso, el 6 de abril de 1952, “más de veinte mil mujeres se agruparon en el Parque 18 de Marzo de la Ciudad de México, exigiendo al entonces candidato presidencial Adolfo Ruíz Cortines que hiciera cumplir su gran promesa de plasmar en la Constitución el derecho de las mexicanas a votar y ser electas”.

Tras sus exigencias, finalmente el 17 de octubre de 1953, Adolfo Ruíz Cortines -como presidente de México- publicó en el Diario Oficial de la Federación (DOF) el decreto donde se anunció a las mujeres el derecho a votar y ser votadas.

Junto a ellas está la genealogía de mujeres políticas quienes ocuparon algún cargo público e incluso intentaron llegar a la presidencia: Griselda Álvarez Ponce de León (1979-1985), gobernadora en Colima; Beatriz Paredes Rangel (1987-1992), gobernadora de Tlaxcala; Dulce María Sauri Riancho (1991- 1993), gobernadora de Yucatán en sustitución de Víctor Manzanilla Schaffer; Rosario Robles Berlanda (1999-2000), jefa de gobierno de la Ciudad de México en sustitución de Cuauhtémoc Cárdenas; Amalia García Medina (2004-2010), gobernadora de Zacatecas; Ivonne Ortega Pacheco (2007-2012), gobernadora de Yucatán; Claudia Pavlovich Arellano (2015-2021), gobernadora de Sonora; Claudia Sheinbaum Pardo (2018-2023), Martha Erika Alonso Hidalgo, el 24 de diciembre del 2018, a dos semanas de asumir la gubernatura de Puebla murió en un accidente en una aeronave en la que viajaba.

Cabe destacar que México fue de los últimos países en legislar el voto femenino y se implementó debió a la presión internacional de la ONU, quien en 1952 estableció que ningún país decirse democrático sino tenía la ciudadanía más de la mitad de su población.

«Las mujeres queremos poder, pero un poder diferente. No para dominar sino un conjunto de poderes positivos para lograr el desarrollo de otras mujeres y todo aquello que se requiere para vivir ciudadanía plena».

Marcela Lagarde y de los Ríos
Claves feministas para el poderío y la autonomía de las mujeres

Por eso, en 1952 cuando, en su campaña electoral, Adolfo Ruiz Cortines se comprometió a llevar a cabo la reforma del sufragio y el movimiento de las mujeres cobró un nuevo impulso para lograrlo.

El decreto de ley que permitía a las mujeres votar y ser votadas finalmente se publicó en el Diario Oficial de la Federación el 17 de octubre de 1953 y las mujeres, en todo el país, participaron por primera vez en las elecciones federales de 1955.

Como lo informan en el documento 70 años del voto en México que tiene el Archivo Histórico de la Cámara de Diputados, en el discurso que pronunció el 12 de octubre de 1954, la diputada Martha Aurora Jiménez habló del privilegio y honra que le representaba ser la primera diputada federal.

Asimismo, defendió las cualidades de la mujer como incansable luchadora social y conocedora de las implicaciones y responsabilidades de ejercer el derecho al voto.

}…»Y afirmo que tenían ustedes razón, auténticos representantes populares, porque ahora vengo, con toda modestia, con toda sencillez, pero también con inmenso fervor patriótico, a demostrar que la mujer mexicana, jamás negará a México; para la mujer, México es su pueblo, en el patrimonio moral y físico que nos han dejado, con un rastro de sangre y de heroísmo, los hombres y las mujeres de la Insurgencia, de la Reforma y de la Revolución»(…) Para las mujeres, México son sus héroes […] Me ha correspondido un honor, inmerecido; un privilegio que por ser de tan gran magnitud, no tiene cabida en mi corazón; privilegio que será»

MARTHA AURORA JIMÉNEZ DE PALACIOS

El aumento de la participación femenina en los espacios laborales y educativos, alentó que en 1974 se buscara la igualdad jurídica entre mujeres y hombres, promoviendo el rechazo a cualquier privilegio, superioridad o jerarquías de grupos o sexo, impulsando un sistema de vida en condiciones abiertas que dignificara su participación política, económica, profesional, laboral y jurídica.

Para ello, el 18 de septiembre de 1974, el presidente Luis Echeverría Álvarez, presentó una iniciativa de reforma y adiciones a los artículos constitucionales 4, 5, 30 y 123, siendo aprobada el 27 de diciembre y promulgado el 31.

En 1993, se modificó el artículo 175 del Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales (COFIPE), así como adiciones a los artículos 115 y 116 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. En la modificación del Código se hizo la “recomendación” a los partidos políticos para incluir a las mujeres en los procesos electorales mediante “cuotas”, las cuales establecían que los partidos políticos debían presentar en sus fórmulas de candidaturas a senadurías y diputaciones, una proporción de mujeres no menor al 30% de sus candidaturas.

Gracias a la lucha de todas estas mujeres, y a lo largo de 23 legislaturas, se fueron incorporando más mujeres que dieron prioridad a temas de género, entre ellos el de la paridad total, que casi 70 años después de la reforma constitucional, se logró alcanzar y nos permite hoy tener 250 diputadas, siendo la LXV Legislatura la única a nivel mundial que tiene paridad.

«Reconocerse mujer y hacer política desde dicho reconocimiento es hacer política con una perspectiva feminista»

Ma. Luisa Farrera Paniagua
consejera presidenta del IEEM (El voto de la mujer en México, IEQROO)
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En la lucha de la equidad en nuestro país han sido ocho las mujeres mexicanas que se han postulado para competir en las elecciones presidenciales, desde el año 1982 y 1988 con Rosario Ibarra de Piedra, donde perdió contra Miguel de la Madrid Hurtado y Carlos Salinas de Gortari. Le siguió Cecilia Soto junto con Marcela Lombardo Otero en 1994 donde se enfrentaban con Luis Donaldo Colosio, pero fue asesinado el 23 de marzo, lo que llevó a Ernesto Zedillo a aparecer en las boletas y ganar la presidencia priísta. (El voto de la mujer en México, IEQROO)
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En mi opinión, aunque hay varias razones detrás de los altos en los porcentajes de representación de las mujeres en el congreso. El contexto político tiene en este caso un mayor peso específico, la primera fase corresponde a los primeros 15 años de ejercicio de los derechos políticos de las mujeres se sucedió en el mar de la época de la hegemonía clásica del PRI en la que las diputaciones asignadas espacios a partir de las conveniencias de las público cúpulas dirigente del partido en el poder.

Jacqueline Peschard consejera electoral IFE
El voto de la mujer en México. IEQROO

En el 2006, Patricia Mercado Castro, fue elegida por el partido Alternativa Socialdemócrata, (este año fue el primero en donde Andrés Manuel López Obrador compitió) sin embargo, el panista Felipe Calderón se llevó la elección.

En el 2012, Josefina Vázquez Mota fue la abanderada del Partido Acción Nacional (PAN), quedando en tercer lugar, López Obrador en segundo lugar y el PRI en primer lugar con Enrique Peña Nieto ganaron los comicios. En las elecciones del 2018, Margarita Zavala renunció al PAN y se registró como aspirante a la candidatura por la Presidencia de México por la vía independiente, este año fue la tercera vez que AMLO se postuló y triunfó.

Estas acciones dejaron marca en cada una de las mujeres que querían ver un verdadero cambio en la vieja política mexicana.

Como bien lo ha dicho Chantal Mouffe, de una lucha en contra del poder, sino a favor de construir formas de poder más convenientes a los valores democráticos y feministas

EL VOTO FEMENINO DE LA MUJER EN MÉXICO

Sheinbaum en la política

El primer contacto con el activismo político se dio durante su tiempo de estudiante en la Universidad Autónoma de México (UNAM) donde se unió a la huelga en contra de los cambios que el rector Jorge Carpizo MacGregor (1986-1987).

Los cuales fueron escritos en un documento de 30 cuartillas titulado Fortaleza y debilidad de la Universidad Nacional, donde se referían a los “problemas” que tenían en la máxima casa de estudios y una lista de lo que se cambiaría para solucionarlos, dentro de ellos se encontraban reformas a los Reglamentos Generales de exámenes, inscripciones, pagos, posgrado, y el Estatuto General de la UNAM, siendo una de las principales voces del movimiento en contra de las modificaciones planeadas.

Desde su ingreso a la educación media superior, en el Colegio de Ciencias y Humanidades de la UNAM, se abrió paso en el activismo y, durante la licenciatura, fue una de las líderes en la huelga de 1986 donde exigía una mayor autonomía universitaria, mejores condiciones de estudio y la defensa de la educación pública en México.

Su gusto por la Física y la Ingeniería la llevaron a publicar diversos artículos e investigaciones lo que la llevó en 1995 a pertenecer al cuerpo académico del Instituto de Ingeniería de la UNAM. También era integrante del Consejo Estudiantil Universitario (CEU), quienes la llevaron al grupo juvenil del Partido de la Revolución Democrática (PRD) y ya en el año 2000, fue presentada como parte del gabinete del entonces jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Andrés Manuel López Obrador al frente de la Secretaría de Medio Ambiente del entonces Distrito Federal.

Tras la creación del partido Morena en octubre del 2011, SheinbaumF Pardo, formó parte del equipo de personas cercanas al presidente López Obrador, de esta manera llegó a ser electa como delegada en Tlalpan además de ser la primera jefa de gobierno durante el 2018.

Esta fue parte la construcción de una serie de derechos de ciudadanía así como político electorales que las mexicanas debieron construir y ganar a lo largo del siglo XX. Nada les fue dado, todo fue peleado.