*Se cumplen 10 años de la paridad como principio de orden constitucional.
/Norma de la Cruz Magaña/
Paridad en su primera acepción significa comparación, paralelismo, analogía; igualdad, equivalencia o consonancia entre cosas, personas o universos. Su antónimo es disparidad y desigualdad.
En su uso más común, es una palabra que utilizamos para referir el valor entre distintas monedas, es decir asociada al ámbito económico. Pero las palabras responden a las realidades y en los últimos 20 años su significado ha trascendido a la esfera política jugando un papel crucial como mecanismo certero para acelerar y asegurar la participación de las mujeres en cargos de elección, representación y decisión pública.
Desde finales de los años 90ª la paridad empezó a ser incluida en las leyes de países de América Latina como Argentina, Bolivia, Costa Rica, Honduras, Nicaragua, Perú y Venezuela. En Estados Unidos y en Europa las resistencias han impedido que las cuotas o cupos transciendan hacia la paridad.
El INE y nuestra lucha contra la violencia política de género
En México contamos con una de las legislaciones más fuertes, con mayor alcance y mecanismos para eliminar evasiones, trampas, manejos parciales e incluso evitar los registros de candidaturas que incumplan con la paridad.
En 2014, por primera vez en la historia de las democracias actuales México hizo de la paridad, un principio de orden constitucional. La reforma al artículo 41 de nuestra Constitución estableció la obligación a los partidos políticos de integrar de forma paritaria (50% de hombres y 50% de mujeres) las postulaciones de candidaturas a los congresos federal y locales. Este 2024, esa reforma cumple 10 años.
En 2019 al reformarse nueve artículos de la Constitución, se da un paso más al extender la paridad en todos los poderes públicos y niveles de gobierno. Para su efectiva aplicación y en acatamiento a sentencias de la Sala Superior del TEPJF, las consejeras Electorales del INE encabezamos la aprobación de Acuerdos para la emisión de criterios en la postulación de candidaturas a gubernaturas (2020-2021); durante los procesos electorales locales en los que participen de manera individual, por coalición o candidatura común (2023).
En el caso de las gubernaturas la emisión de estos criterios implicó intensos debates en el Consejo General del INE, y su aprobación tuvo efectos inmediatos ya que en los últimos 3 años 9 mujeres resultaron electas gobernadoras.
Este mes de marzo y en el marco de las conmemoraciones del Día Internacional de las Mujeres (#8M), el INE realizó un diálogo entre autoridades electorales federales y locales, consejeras, académicas, asociaciones y organizaciones de la sociedad civil, legisladoras y de organismos públicos locales para intercambiar reflexiones sobre las experiencias y los principales dilemas que enfrentamos para el cumplimiento de la paridad en los procesos electorales federales o locales de los últimos 4 años.
A 10 años de la paridad constitucional, las adecuaciones y alcances en la materia entre las legislaciones locales es diverso, pero también da muestras de seguir favoreciendo las condiciones igualitarias para el ejercicio de los derechos políticos de las mujeres. A fines del 2023 México se ubicó entre los seis países en todo el mundo, con un congreso federal y locales son paritarios.
A nivel de ayuntamientos aún exigen mucho por hacer para avanzar hacia la paridad. Por ello, es indispensable fortalecer el trabajo a lo largo y ancho del país, incluyendo la visión intercultural y las redes de colaboración y alianzas entre organizaciones de mujeres y mujeres con incidencia en lo local.
La prevención, sanción y atención integral a víctimas de violencia política por razón de género es una agenda inherente a la paridad, ya que esta violencia constituye una de las más comunes y graves formas de frenar y obstaculizar la participación paritaria de las mujeres en las contiendas, campañas y en el desempeño de cargos.
La labor de las mujeres líderes y militantes de los partidos políticos y de los mismos organismos en favor de la paridad se debe fortalecer a través de los recursos que éstos están obligados a invertir en las capacitaciones, promoción de liderazgos y de las campañas políticas de sus candidatas, así como el uso de sus prerrogativas en materia de difusión en radio y TV.
Hacer cumplir la paridad ha implicado una serie de reformas, adecuaciones normativas, sentencias y debates sobre su alcance y las atribuciones y competencias del INE con respecto a las legislaciones locales y a las propias regulaciones y decisiones de los partidos políticos. Un hecho irrefutable es que a una Década de la Paridad en nuestro país, se ha demostrado su efectividad para acelerar la igualdad de condiciones y la representación de las mujeres, sus derechos y propuestas en la agenda pública.
La paridad no es una concesión o un privilegio y ciertamente hay mujeres que sin dicho mecanismo han conquistado espacios. Ello no resta la necesidad de su utilidad y efectividad como mecanismo para garantizar en poco tiempo, y no en 80 o 100 como se ha llegado a pronosticar por parte de organismos internacionales, que las mujeres ejerzan su derecho a incidir en espacios de decisión y de representación, a impulsar agendas que permitan destinar más recursos y acelerar la igualdad para todas.
En eso consiste otro de los principales dilemas, cómo hacer para que la paridad cuantitativa se traduzca en paridad cualitativa, que al fin de cuentas es de lo que se trata. Que estos tiempos de democracia paritaria sean para seguir avanzando en agendas que permitan reducir las desigualdades entre mujeres y hombres en todos los ámbitos.