El regreso a clases.

*Alguien como tú.

/ Gladys Pérez Maldonado./

Inicia el ciclo escolar 2024-2025, vuelven a las aulas estudiantes de educación preescolar, primaria y secundaria, de acuerdo con el calendario de la Secretaría de Educación Pública (SEP).

En esta ocasión Alguien como tú tratará el tema de la violencia escolar, como punto de vital importancia para la salvaguarda de la salud mental de este grupo de atención prioritaria, que a veces pareciera que no es relevante atender en los programas educativos del gobierno.

A nivel básico (preescolar, primaria, secundaria), más de 25 millones de estudiantes regresan a las aulas  en 232 mil 966 planteles educativos distribuidos en el territorio nacional.

En el estado de Veracruz, aproximadamente 2 millones de estudiantes y alrededor de 136 mil 771 docentes, en un estimado de 23 mil 900 escuelas reiniciarán las actividades educativas.

World Vision México, es una organización mundial que apoya a niñas, niños y adolescentes en situaciones de vulnerabilidad en México, ha trabajado por más de 40 años en nuestro país transformando las condiciones de vida e incrementando las oportunidades para un futuro mejor de este grupo vulnerable, se destaca por su dedicación en la prevención del acoso y el bullying escolar.

Con motivo del regreso a clases World Vision México lanzó una enérgica solicitud para abordar el persistente problema de la violencia escolar, mejor conocida como bullying y así salvar la integridad y la vida de niñas, niños y adolescentes.

Esta Organización solicitó a las autoridades educativas mexicanas que se garantice al estudiantado un entorno de aprendizaje seguro y adecuado, dotando a los docentes con las herramientas necesarias para identificar y abordar situaciones de violencia, así como para cuidar la salud mental de los estudiantes y prevenir la deserción escolar.

Mario Valdez Guzmán, director ejecutivo de Impacto de World Vision México, subraya que la escuela debería ser un entorno seguro y acogedor, sin embargo, nos revela que datos recopilados por el Informe Nacional sobre la Violencia Contra Niñas, Niños y Adolescentes de esta organización en 2021 señalan que el 90 por ciento del estudiantado no se siente seguro en todo momento y lugar en el centro educativo.

Valdez Guzmán, agrega que la creciente amenaza del ciberbullying, que involucra el hostigamiento y humillación de estudiantes a través del internet y mensajes de texto, se ha vuelto cada vez más preocupante.

Un empujón que se repite. Un apodo que denigra. Un insulto cada vez que le toca participar en clases. En la escuela existen muchas formas de ejercer y sufrir violencia entre iguales y muchas formas de tratar de acabar con ella. Es una responsabilidad conjunta de la comunidad educativa, las madres y padres de familia y los compañeros evitar que el acoso escolar siga existiendo. (Fuente: www.savethechildren.org ).

En México, 18 millones 782 mil de estudiantes de nivel  primaria y secundaria son víctimas de bullying, de acuerdo con un estudio de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, esto es 7 de cada 10 niñas, niños y adolescentes sufren diariamente algún tipo de acoso (OCDE).

De acuerdo con el Ranking de Bullying sin Fronteras, que tomó datos oficiales recolectados por 50 mil colaboradores, México está dentro de los cinco países en el mundo que registra más casos de bullying escolar con 270 mil ocupando el primer puesto en esta problemática social que en la última década ha registrado un crecimiento explosivo.

¿Cómo se identifica quién está en riesgo de sufrir violencia escolar o bullying?

En general la infancia o adolescentes que son acosados son percibidos como diferentes del resto de la clase, por ejemplo con sobrepeso o muy delgados, que usen lentes o ropa distinta, aquellos alumnos que son nuevos en la escuela o no pueden tener cosas que otros consideran de moda;  se perciben como débiles o incapaces de defenderse; tienen situaciones de depresión, sienten ansiedad o tienen la autoestima baja; son menos populares que otros y tienen pocos amigos; no se llevan bien con otros, son vistos como molestos o provocadores o antagonizan con otros para llamar la atención.

El infante o adolescente con mayor tendencia a acosar se caracteriza por ser agresivo o se sienten frustrados con facilidad; quizás reciben menos cuidado de parte de la madre o padre; tienen dificultades para respetar las reglas; ven la violencia como algo positivo; tienen hermanos o hermanas mayores violentos o en casa se vive violencia familiar.

Como un dato importante es que aquel o aquella que acosa a otro no necesariamente son más fuertes o más grandes que sus víctimas. El desequilibrio de poder tiene distintos orígenes (la popularidad, la fuerza, la capacidad cognitiva) y pueden tener más de una de estas características. (Fuente: www.espanol.stopbullying.gov ).

Todas las personas tenemos un papel importante en prevenir, detener y erradicar la violencia escolar o bullying, cuando detectamos que una niña, niño o adolescente es víctima, se sugiere hablar con la persona y preguntar qué podemos hacer para ayudarle, quizás darle acompañamiento en los momentos que sea susceptible de violencia; la persona que sufre el bullying puede estar muy sensible sobre lo que le pasa y con miedo de hablar de ello, ni siquiera sentirse con posibilidad de comentarlo con su madre, padre, abuela o abuelo.

Las actividades laborales y sociales de las personas encargadas del cuidado de las niñas, los niños y los adolescentes forman una distancia en la atención y su cuidado, que conlleva a una indiferencia total de su bienestar. Las madres y los padres no deben dejar la educación de sus hijas e hijos en manos de la institución escolar, debe ser una crianza compartida.

Reiteramos el llamamiento que hiciéramos en una emisión anterior de Alguien como tú  a las autoridades educativas de la federación y de los estados, que se implementen políticas públicas de aplicación real encaminadas a la previsión, atención y eliminación de todos los tipos de violencia que se ejercen entre los estudiantes o del profesorado y/o personal administrativo hacia el alumnado dentro de los centros educativos o sus alrededores que recaiga en un acoso y/o bullying escolar, las cuales de manera inexcusable deben involucrar a los padres y a las madres de familia, quienes en sus hogares den continuidad a los protocolos de actuación.