El cerebro legal tras un sexenio de corrupción.

Acta Pública.

Claudia Rodríguez.

Robles es apenas un botón entre la maraña de impunidad.

El proceso legal,–todo indica que sustentado con datos y datos de prueba presentados por la Fiscalía de la General de la República (FGR), en contra de la señora María del Rosario Robles imputada por el delito de ejercicio indebido del servicio público, en el esquema de presunto desvío de recursos, conocido como Estafa Maestra, parece ya pecata minuta frente a los otros grandes negocios y delitos de otros funcionarios de la pasada Administración, de los que la Unidad de Inteligencia Financiera de Hacienda, no deja de aportar datos.

Sería irrisorio que sólo Robles pague los platos rotos de los desvíos de recursos públicos que se realizaron en el sexenio pasado, por lo que se advierte de acuerdo al caso legal de la ex secretaria de Sedesol y Sedatu, con la venia del entonces presidente de México, Enrique Peña Nieto y otros funcionarios más de alto nivel.

Para nadie es asunto noticioso, el que Luis Videgaray Caso quien fue primero titular de Hacienda y después de Relaciones Exteriores –con todo y el traspiés por el arribo intempestivo de Donald Trump a territorio mexicano en tiempos de su candidatura presidencial–, fue el cerebro de las operaciones políticas de su jefe y amigo, más que amigo, Peña Nieto.

La pandilla Cervantes

Más es sabido que toda transacción, contrato o negocio e incluso amparo de la justicia, requiere un trato legal, y ahí por supuesto, estaba siempre el titular de la Consejería Jurídica de la Presidencia, nada más y nada menos que un poco en la sombra de lo público, Humberto Castillejos Cervantes, del que en esta misma Acta Pública se ha dejado en claro su gran poder,” para con el ex presidente Peña, por venderse como un gran abogado capaz de tapar todo el ejercicio ilegal e impropio desde Presidencia y otras áreas de “estrategia de negocios”.

Sólo habría que recordar, como los primos de Humberto Castillos Cervantes, Alfredo Castillo Cervantes y Raúl Cervantes Andrade, fueron también consentidísimos del hombre en el poder supremo; uno haciendo negocios pingües casi en todos los cargos públicos detentados, como el del comisionado para la seguridad y el desarrollo en Michoacán en el 2014, ocasión en la que utilizó casi el 90 por ciento del millonario presupuesto asignado, para gastos personales, al igual que en otros encargos más como en la Comisión Nacional del Deporte (Conade), su última caja personal.

Raúl Cervantes Andrade solicitó licencia en el Senado para suplir al ya muy cansado procurador Jesús Murillo Karam, luego de la investigación presentada por la desaparición de los 43 estudiantes de la Normal de Ayotzinapa y su conclusión enunciada por él mismo como “verdad histórica”. El poder de Cervantes Andrade era tan real, como para lograr desde su despacho, crear enemigos y perseguirlos como verdaderos peligros de la Patria.

El turno del desaparecido, dicen que por artes del amor

Humberto Castillejos, el cerebro legal tras el trono de Peña Nieto, se retiró de la Consejería Jurídica de la Presidencia en el 2017, se especificó someramente que fue a causa de haber contraído nupcias, no sin antes haber blindado al mismo Peña al presentar ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), por el desvío de recursos en Chihuahua, una controversia constitucional para evitar las posibles órdenes de aprehensión, arraigo, citatorios, averiguaciones, carpetas de investigación, así como solicitudes de información mediante el Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI).

El antes perseguido Santiago Nieto por el mismo Raúl Cervantes –y seguro por el propio Castillejos–, ahora titular de la Unidad de Inteligencia Financiera, ya anunció el pasado mes de agosto, que se siguen los pasos de las finanzas, transacciones y compras del otrora poderoso cerebro legal de Peña Nieto.

Destejer las redes de protección no habrá de ser sencillo, pero tampoco imposible.

Acta Divina… Humberto Castillejos es señalado por tres informantes de haber encabezado un esquema que exigía dinero a particulares y empresas que tenían cuentas congeladas, revela Santiago Nieto, titular de la UIF de Hacienda.

Para advertir… El crimen paga, pero luego cobra réditos.

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