Disciplina y hermandad en Fuerzas Armadas .

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/ Por Ángel Álvaro Peña /

La ruptura con el pasado es continua pero todavía no termina, una de las señales inequívocas es la designación de los responsables de las Fuerzas Armadas para el sexenio que comenzará el 1 de octubre, fecha que también significa un cambio en el calendario político de México.

Las transformaciones son profundas no sólo de cambios de apariencias y fechas. Es precisamente en esta esperada designación donde se muestran cambios que redundan en beneficio común, es favor de la sociedad y, por tanto, de México.

Anteriormente había divisiones importantes, incluso históricas en las Fuerzas Armadas del país, por ejemplo, en la Sedena, desde tiempos de la Revolución, Infantería y Caballería, han sido grupos que, sin chocar de frente, tenían diferencias y competían por el hecho de que alguno de sus miembros distinguidos llegar a la titularidad de la dependencia.

Los cambios que tienen nuestras Fuerzas Armadas en la Cuarta Transformación, su calidad de institución de Estado en lugar de pertenecer al gobierno, no sólo puede lograrse con la continuidad responsable de los gobiernos sino con la convicción del amor por México de todos y cada uno de los integrantes de este gran aliado del pueblo.

Ahora, con el nombramiento del General Ricardo Trevilla Trejo, en la Sedena, y del Almirante Raymundo Pedro Morales Ángeles, en Marina, se muestra no sólo unidad en las Fuerzas Armadas sino hermandad. Terminó con las cofradías internas, como la que existía en Sedena con una agrupación de militares, de alto rango, llamada El Sindicato, que en el pasado competían en cuanto a poder con el propio secretario.

En Marina, la hermandad ha sido más profunda, en un buque la solidaridad es vital, si no se piensa en el compañero, que el mar y sus caprichos convierte en hermano, la nave sucumba en el naufragio de la indiferencia.

En este panorama el nombramiento de los titulares de Sedena y Marina no fue fácil, para la primera institución estaban previstos en una terna, el subsecretario de la Defensa Nacional, Gabriel García Rincón; el General Ingeniero, Gustavo Vallejo y el Jefe del Estado Mayor Conjunto, Ricardo Trevilla Trejo.

Para la Secretaría de Marina, Armada de México, se mencionan los nombres de Raymundo Pedro Morales Ángeles, dos veracruzanos, Almirante Alfredo Hernández Suárez y Julio César Pescina Ávila, subsecretario de Marina, éste último, Inspector y Contralor General de Marina.

El artículo 16 de la Ley Orgánica del Ejército y Fuerza Aérea Mexicanos apunta que: “el Alto Mando del Ejército y Fuerza Aérea lo ejercerá el Secretario de la Defensa Nacional, el cual será un General de División del Ejército, hijo de padres mexicanos”.

En un escenario donde se dirimen conflictos internos graves, donde incluso se habló hace años, en la posibilidad de golpes de Estado, ahora la fraternidad rebasa las diferencias del pasado y se une en beneficio de la institución que representan con el compromiso de que unidos realizan más y mejores tareas en beneficio del país. Se acabaron las envidias contra quien resultó designado dentro del gabinete y en lugar de grillas y rumores que solían salir de las propias filas de las Fuerzas Armadas, ahora son felicitaciones, donde se comparte la alegría de que un compañero surja para darle una nueva cara a las secretarías de la Defensa y Marina. Los nombramientos ahora unen en lugar de dividir.

Quienes se quedaron en el camino no son mejores ni peores sino parte del equipo que lucha a brazo partido, a veces arriesgando la vida por un mejor país y ese objetivo los unifica hasta hacer de cada uno de los hombres y mujeres de las Fuerzas Armadas un solo ser.

Cabe destacar que el Almirante Morales Ángeles, fue motivo de indignación entre algunos miembros de la oposición, hace algunas semanas cuando se dirigió a la presidenta electa como la próxima Comandante Suprema de las Fuerzas Armadas, lo cual provocó críticas en algunos medios, todas ellas infundadas y frívolas, porque finalmente se erigirá como tal, el próximo 1 de octubre, pero el simple hecho de que esta responsabilidad recae en una mujer provoca una gran inquietud entre los conservadores.

Sin querer, las críticas de la oposición colocaron frente a los reflectores de los medios al almirante, quien cuenta con el apoyo de todos sus cercanos colaboradores, pero también de sus amigos incluso de quienes pudieron ser nombrados pero no alcanzaron la investidura, por razones que sólo la Presidenta electa conoce.

Debe mencionarse que en un principio fueron 16 almirantes que estaban bajo la mira de la Presidenta electa para designar al titular de la Marina. Todos ellos capaces de ocupar el cargo, llevó varias semanas tomar la decisión que seguramente es la más acertada, pero esto no implica que el resto carezca de méritos o no sean suficientes la experiencia propia o la capacidad de trabajo.

La alegría de quienes no fueron designados muestra que en el intento estuvo presente la solidaridad y el afecto hacia quien resultó escogido. No se trata, como antes sucedía, de una cuestión entre ganadores o perdedores, sino del miembro de una familia que obtiene un logro y termina por emocionar por igual a todos sus integrantes. Esto fue lo que sucedió tanto en Marina como en Sedena, que es un hecho histórico, que se ha repetido en otros cargos dentro de la administración federal futura, como en el gabinete de la Jefatura de Gobierno y de las entidades federales donde obtuvo el triunfo el partido en el poder.

Habrá que abrazar la fraternidad, el trabajo en equipo, el olvido de la individualidad, propia de los conservadores, y trabajar hombro con hombro para mejorar el nivel de vida de los mexicanos.

PEGA Y CORRE.- Los panistas que siempre acusaron a la izquierda de violencia ahora en voz de una senadora, amenaza a sus compañeros con golpearlos, insultarlos, exhibirlos, expulsarlos del partido si votan a favor de la Reforma Judicial el próximo miércoles 11, violentando la política y dejando al debate civilizado, en último término…Esta columna se publica los lunes, miércoles y viernes.