*Escrito por Arantza Díaz.
28.09.2024 /Cimac Noticias.com/.Ciudad de México.- La noche del 23 de septiembre del 2024, el huracán John categoría 3, impactó en las cosas mexicanas y consecuentemente, se degradó a tormenta tropical, según reportó la Comisión Nacional de Agua. Así, se cumplen más de 70 horas de lluvia incesante y el rastro de desastre y pérdidas humanas que ha dejado a su paso, alertan al país entero; mujeres y niños, han quedado en doble vulnerabilidad y representan más de la mitad de los accidentes mortales en Guerrero.
Cimacnoticias conversó con R.G activista por la Red Guerrerense por los Derechos de las Mujeres para conocer el panorama de la entidad; ella habita en la capital de Guerrero, en Chilpancingo y si pudiese resumir en una palabra todo lo que le atraviesa, esa sería: Tristeza.
«Cuando tocó tierra, fue un sentimiento de tristeza de pensar: Otra vez está pasando, porque en Guerrero constantemente pasan cosas que han mermado mucho el desarrollo y se tienen que estar atendiendo constantemente, sino es un huracán es un temblor. Nos causa tristeza que nos suceda de nuevo», dice en entrevista.
R.G no tiene red de telefonía y sabe bien, que en otras ciudades como Acapulco han quedado sin comunicación, pero aún hay incertidumbre sobre el porvenir; no hay forma de llegar a otras comunidades que están más alejadas, donde hay deslaves preocupantes y personas atrapadas en sus hogares. La lluvia continúa sin parar.
Otis dejó una herida irreparable que, apenas se encontraba sanando y que John ha venido a trastocar. R.G recuerda que cuando se anunció de las lluvias que habría a causa de un huracán que impactaría en Oaxaca (que recordemos, cambió de trayectoria en pocas horas), la población comenzó a sentir mucho miedo, es algo así como un «trauma colectivo«, dice la activista, quien, además, refiere lo doloroso que es saber que Acapulco aún no estaba restaurado por completo y que muchas otras comunidades aún estaban en proceso de levantarse, cuando John impactó con gran violencia.
«Al igual con Otis, fue este comportamiento tan extraño que están teniendo las tormentas, nos informaron que habría lluvias porque se esperaba que impactara en Oaxaca, pero cuando cambió el rumbo, empezó el alarmismo, así lo veía yo, todavía no sabíamos bien qué tan fuerte iba a estar, no es para menos, Otis dejó un trauma colectivo hasta con pequeñas lluvias que había, la gente se abrumaba.»
La activista reconoce el privilegio que tiene al haber podido acceder a fuentes de información, pudo monitorear el movimiento de John y prepararse en la tormenta, sin embargo, señala que desconoce qué sucede con las comunidades que están mucho más alejadas de las zonas turísticas y de la capital, donde se habla una lengua indígena y la accesibilidad a la información se maneja a través de la radio comunal.
A su alrededor, el ambiente continúa siendo preocupante y la lluvia no da tregua. A pesar de que no existen daños importantes en Chilpancingo, la activista de la Red Guerrerense explica para Cimacnoticias que la ciudad está rodeada de barrancas y el río Huacapa, por lo que han comenzado a desbordarse y con ello, se infiere un riesgo importante para la comunidad, sin embargo, es la colectividad la primera línea de autodefensa.
Las personas que tienen lanchas están saliendo a rescatar a quienes se encuentren atrapadas en los segundos pisos de sus casas, pues el agua ha subido más de tres metros, asimismo, hay colecta de víveres, de cobijas y ropa, mujeres preparando ollas de comida y repartiéndola por las calles.
«Muchas personas aún no sabían que estaba pasando en Guerrero o que tan fuerte estaba la situación y ahorita eso es lo importante, es hacerles saber que vamos a necesitar ayuda otra vez. Hay que trabajar para que esto no se repita, nos tembló dos veces y claramente eso dispara esta histeria colectiva que hay y creo que también algo que muchas y muchos estamos haciendo es pasar información porque mucha gente está buscando a sus familiares…. No cesa el agua, no han bajado las inundaciones y no sabemos qué sucede en Acapulco.»
Mujeres, infancias y personas de la tercera edad: Los estragos mortales de John
Impactando en Marquelia, John produjo vientos de hasta 195 km/h, trayendo consigo deslaves, derrumbe de estructuras, árboles, la caída de las telecomunicaciones y el cierre total de las vías que conectan a Guerrero; entidad que aún continúa atravesando con violencia los estragos de esta tormenta que está comenzando a arreciar en Michoacán, Oaxaca y Colima.
Durante la tormenta, una niña de 10 años perdió la vida luego de un deslave que terminó por caer sobre su casa. Horas más tarde, en el municipio de Malinaltepec, en la región de la Montaña, otras 2 mujeres perdieron la vida luego de que el cerro donde habitaban terminara por derrumbarse a causa de las fuertes lluvias y vientos.
Asimismo, en la unidad habitacional Alta Progreso, una mujer y su hijo se encuentran desaparecidos, la última vez que se les vio, estaban recolectando desechos. Se cree que a las 9 horas las estructuras de la unidad colapsaron y enterró a estas dos personas, al momento de la publicación del artículo, no hay información aún de haberles encontrado.
En total de víctimas mortales, son cuatro mujeres del municipio de Tlacoahistlahuaca y Malinaltepec, así como 4 infancias en Acapulco y 3 trabajadores mineros de origen chino. Asimismo, se registró el auxilio de una persona adulta mayor luego de que un árbol cayera en su domicilio y elementos de seguridad acudieran a auxiliarle.
Ante un panorama de desastres naturales en las costas mexicanas, donde se pronostican fuertes lluvias las próximas lluvias en al menos 3 entidades del país y el registro de sismos de hasta 5.2 grados en Guerrero, resulta imperante que el Estado atiendan a la población en situación de vulnerabilidad con un enfoque de derechos humanos y, en añadidura, que los espacios de refugio cuenten con la infraestructura suficiente para garantizar la seguridad, particularmente, de mujeres, madres, personas con discapacidad, infancias y personas adultas mayores.
Guerrero: Una población liderada por mujeres y madres autónomas
Guerrero posee una población mayoritariamente femenina. El 51.4 por ciento son mujeres (1,741,826) y el municipio con mayor población es Acapulco de Juárez, que también posee más mujeres (el 52.3 por ciento). En total, el 8.6 por ciento de la población del estado es afrodescendiente (51.5 son mujeres).
Entendemos que hay que actuar para salvaguardar a todas las personas por igual, dice la activista en entrevista, sin embargo, no se pueden dejar de hacer unas cosas por otras; la perspectiva de género en el tratamiento de fenómenos naturales no es negociable.
R.G se encuentra acompañando a una mujer que estaba próxima a realizar la interrupción de su embarazo; se encuentra en el límite de las 12 semanas cuando John impactó en la ciudad. Ahora, preocupa que su proceso de gestación continúe en contra de su voluntad hasta que las clínicas vuelvan a entrar en funcionamiento, además, de esto, se añade la preocupación de que ya no se le permita acceder a este derecho por haber pasado el límite de tiempo que estipula la ley guerrerense.
Todo esto debe ser tomado en cuenta como parte de la corresponsabilidad del Estado por garantizar el bienestar de su población. Asimismo, la activista refiere que, por ejemplo, durante Otis la violencia sexual aumentó, así como la vulnerabilidad económica de las mujeres que mayoritariamente, laboran en la informalidad.
«Las mujeres estarán en una situación aún más precaria porque, si ya habían recuperado algo de su vivienda tras Otis, ahora tendrán que reconstruir, pero también, encargarse del cuidado, del hogar, de hijas e hijos. Ellas no tienen una igualdad salarial, y tampoco seguridad social (…) no cuentan con todos estos derechos. Sólo queda esperar a que todo se establezca y que el turismo regrese», refiere la activista.
En términos de economía, a nivel estatal, el 39.4 por ciento de las viviendas tienen a mujeres como jefas de familia, mientras que en Acapulco el 42.8 por ciento de las personas ocupadas en empleos informales (venta de artesanías, comida preparada, entre otros), son mujeres que vendían sus mercancías principalmente en la zona hotelera, la cual, de acuerdo a los más recientes reportes, presenta un 80 por ciento de daños y pérdidas. Con estos datos y considerando el Atlas de Riesgos del estado, que indica que Guerrero se encuentra ubicado en una zona geológica, tectónica y geográficamente vulnerable a eventos como: huracanes, sismos e inundaciones (Protección Civil, 2014), se observa que el riesgo que presenta el estado ante los efectos del cambio climático es muy alto.
Guerrero, junto con Chiapas y Oaxaca, concentran el mayor porcentaje de población en pobreza extrema. De acuerdo con datos del Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres), 53 por ciento de las entidades en el país cuentan con una zona costera (17 entidades federativas), conformada por 162 municipios frente al mar, donde habitan un poco más de 10 millones de mujeres, de las cuales cerca del 10% son indígenas.
Sobre esta misma línea, en la entidad guerrerense hay una tasa altísima de mujeres mixtecas, nahuas, amuzgas o tlapanecas, que habitan principalmente la región de la Montaña y Costa Chica de Guerrero, de las zonas más marginadas del estado (comprendida por 13 municipios Ayutla de los libres, Azoyú, Copala, Cuajinicuilapa, Cuautepec, Florencio Villarreal, Igualapa, Ometepec, San Luís Acatlán, San Marcos, Tecoanapa, Tlacoachistlahuaca y Xochistlahuaca), que llegan a la costa para buscar mejores oportunidades de vida para ellas y sus familias.
La Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), indicó que, al segundo trimestre de 2023, en Guerrero el 78 por ciento de la población ocupada lo hace en empleos informales y de esta cifra, el 42.8 son mujeres, siendo la principal ocupación los empleos temporales en el campo (cultivo de maíz y frijol), mientras que, quienes llegan al puerto a trabajar, lo hacen principalmente, como comerciantes ambulantes, en el trabajo doméstico, como dependientas en establecimientos de servicios, venta de comida preparada, artesanías o como meseras.
La Guía de Acción Local para la Gestión de Riesgos con Perspectiva de Género (GAL), creada por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y la Secretaría Gestión Integral de Riesgos y Protección Civil, sostiene que la participación de las mujeres en la toma de decisiones ante situaciones de riesgo es fundamental para la sustentabilidad; no desde una visión romantizada que las atañe a su instinto de «cuidadoras», pero sí como una apuesta por enriquecer los espacios de seguridad como albergues y difundir información. Su visión y opinión es vitalicia para todas las personas atravesadas por desastres naturales o situaciones de emergencias.
Según la GAL:
- Las mujeres ofrecen más atención y apoyo emocional a las personas sobrevivientes de un desastre
- Las mujeres ayudan en la recuperación a largo plazo más que los hombres, como
- trabajadoras de crisis y servicio humano profesionales
- Las mujeres atienden con mayor incidencia las órdenes de evacuación a diferencia de los hombres, siendo ellas, quienes tienden a advertir a su comunidad vecinal que deben refugiarse en otros espacios.
- Las madres son las primeras en ponerse a salvo en compañía de sus hijas e hijos
- Las mujeres voluntarias desempeñan un papel más importante en la provisión de
- servicios de salud, educación y cuidados
Las mujeres son más propensas que los hombres a participar en los esfuerzos de la comunidad para abordar los peligros locales.
De forma concluyente, R.G comparte con Cimacnoticias que Guerrero es una entidad que se ve atravesada por una serie de factores meteorológicos y sísmicos que permearán por siempre un desarrollo fructífero. Con esto, es responsabilidad del Estado de crear un plan a largo plazo con perspectiva de género que permita sostener la vida de las mujeres, madres y cuidadoras, pues desde su perspectiva, el Estado no prevé cómo resolver las circunstancias que acrecientan la vulnerabilidad; no se pueden evitar los desastres, pero sí las brechas de género, la seguridad, la protección de las infancias, la alimentación, el acceso a servicios de salud sexual e ILE, la garantía de los derechos laborales de las mujeres y su adición al mercado formal.
«Yo siempre creo que las personas que menos tienen son las más afectadas; no tienen una vivienda digna, no viven en zonas seguras, ahí debe existir un cambio. El Estado necesita un plan para resolver la vivienda, los problemas de economía y laborales, esperemos que se tomen en cuenta toda esta perspectiva de género, pero también, que recuerden que acá en Guerrero, además del género, también hablamos de la interculturalidad. No podemos seguir pasando año con año, retrocediendo en los derechos de las mujeres cada que algo pasa, falta ver a largo plazo cómo se puede evitar estas consecuencias», concluye.