- Rúbrica.
Por Aurelio Contreras Moreno
Mientras que la mayoría de los anuncios de nombramientos de lo que será el gabinete de Rocío Nahle a partir del próximo mes de diciembre indican pagos de facturas, cercanía política regional y pertenencia grupal, junto con un perfil de medio pelo para abajo, hay una posición que sí llama la atención por sus nexos, trayectoria y perfil.
Se trata de será Leonardo Cornejo Serrano, quien será el próximo titular de la Secretaría de Infraestructura y Obras Públicas (SIOP), una de las dependencias con mayor presupuesto del estado. Y que en este sexenio fue de las que más irregularidades y señalamientos por desvíos de recursos produjo.
Cornejo Serrano fue un muy cercano colaborador del ex director de Petróleos Mexicanos en el sexenio de Enrique Peña Nieto, Emilio Lozoya Austin, implicado este último en el escándalo de corrupción y pago de sobornos de la empresa brasileña Odebrecht para obtener contratos con aquel gobierno.
Pues el próximo encargado de las obras del gobierno de Veracruz participó directamente en la asignación de varios de esos contratos a Odebrecht. Una investigación del periodista Raúl Olmos señala que Leonardo Cornejo Serrano recibió en 46 ocasiones a Luis Alberto de Meneses Weyll, director de la compañía sudamericana en México durante siete años y principal operador de los “cochupos”, quien confesó haber pagado seis millones de dólares en sobornos a Lozoya a cambio de un contrato en la refinería de Tula, Hidalgo.
“En documentos judiciales del caso Odebrecht consta que Cornejo Serrano participó, desde el inicio hasta el fin, en los procedimientos que permitieron entregarle la obra a la constructora brasileña”, puntualiza Olmos en su investigación, publicada en Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad y sustentada con documentos.
Como coordinador de Proyectos en Pemex en el sexenio de Peña Nieto, Cornejo Serrano estuvo al frente del proyecto para incrementar la capacidad de refinación de la planta de Tula, contrato que se le asignó a Odebrecht por un monto inicial de 110 millones de dólares y que recibió dos ampliaciones por otros 66 millones en 2014. Adicionalmente, y a pesar de que la Auditoría Superior de la Federación y la Secretaría de la Función Pública detectaron sobrecostos y pagos en exceso, Odebrecht obtuvo un segundo contrato en Tula en noviembre de 2015, también avalado por Cornejo, por 120 millones de dólares al tipo de cambio de entonces, puntualiza el reportaje de Olmos. Luis Weyll admitió que específicamente la obra de la refinería de Tula “se negoció mediante sobornos”.
Pero lo que en realidad tiene a Leonardo Cornejo Serrano con un pie en Veracruz es su papel en la construcción de la refinería de Dos Bocas, obra “insignia” del gobierno de Andrés Manuel López Obrador y el “trampolín” que desde la Secretaría de Energía utilizó Rocío Nahle para obtener la candidatura a la gubernatura.
Cornejo Serrano fue el encargado en jefe del proyecto de construcción de la refinería Olmeca-Dos Bocas en Tabasco, misma que casi triplicó su costo original de ocho mil hasta casi 20 mil millones de dólares.
La misma investigación señala que Leonardo Cornejo entregó casi 200 contratos a proveedores de equipos, insumos y constructoras de Dos Bocas –refinería que sigue sin producir combustible, aunque la propaganda oficial lo intente soslayar- de forma opaca, cuyos montos fueron ocultados y censurados en el 99 por ciento de los documentos que Pemex hizo públicos.
Entre esos contratos firmados por Cornejo Serrano en Dos Bocas, cuatro fueron asignados el sexenio pasado a la multinacional de servicios petroleros Baker Hughes, esa misma cuyo uno de sus directivos le “prestó” una mansión en Houston, Texas, a José Ramón López Beltrán, hijo mayor del que al momento del “favorcito” era, “nomás”, el presidente de México Andrés Manuel López Obrador, en un claro caso de tráfico de influencias.
Esas son las “cartas credenciales” con las que llegará al gobierno de Veracruz el próximo encargado de la obra de infraestructura en toda la entidad, misma que representa montos multimillonarios y por la que, se sabe, se llegaron a cobrar “mochadas” de hasta el 30 por ciento en el sexenio de Cuitláhuac García.
A lo que vienen. Total, ya no va a haber nada, ni juez, ni tribunal ni organismo fiscalizador que los detenga. Ya se siente el “segundo piso de la transformación”.
No te pido que me des, solo ponme donde hay
Y por si todavía quedaba alguna duda de cómo van a ser las cosas, la gobernadora electa Rocío Nahle adelantó esta semana que será la Secretaría de Desarrollo Agropecuario, Rural y Pesca (Sedarpa) la dependencia que más crezca en su presupuesto para el 2025.
La misma Secretaría en la que el esposo de Rocío Nahle, José Luis Peña Peña, dijo a principios de este año, durante una reunión con la Asociación Ganadera Local de Sayula de Alemán, que “estaría ahí”, en el área de ganadería.
“Acuérdense, mi nombre es José Luis Peña Peña, yo, este, le había dicho a la candidata que primeramente Dios yo voy a estar ahí (…), yo voy a estar en el área de la ganadería, sin un solo peso, sin cobrar nada. Lo único que voy a hacer es estarlos apoyando a todos ustedes”, dijo, el próximo primer consorte y, por lo visto, primer ganadero del estado.
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