/ Eduardo Sadot/
El movimiento sindical en México ha pasado por diversas etapas, desde la visión monolítica y gubernamental. Sin duda después del triunfo de la revolución mexicana, cuyo final ni los historiadores se ponen de acuerdo, algunos ubican el término con la promulgación de la Constitución en 1917, otros en 1920 con la llegada de Adolfo de la Huerta, y otros más en 1924 con la llegada de Plutarco Elías Calles, en los tres casos colocarían a los gobiernos intermedios de 1917 como parte de la luchas revolucionarias, entre estos gobiernos se coloca al de Álvaro Obregón, con la inestabilidad de las luchas intestinas. Es así también que la estabilidad en el empleo y de los trabajadores fue incierta, fue entonces que Vicente Lombardo Toledano tuvo la visión de buscar la consolidación del movimiento obrero, así fundó la Confederación General de Obreros y Campesinos de México (CGOCM) el 26 de octubre de 1933 antecedente de la Confederación de Trabajadores de México (CTM) el 24 de febrero de 1936.
Desde entonces, el movimiento obrero ha tenido una etapa de estabilidad uniendo su destino al partido con el poder. El movimiento obrero siguió la suerte del PRI, dos instituciones creadas desde el gobierno y para el gobierno en el poder.
Hoy la fuerza y unidad del movimiento obrero encabezado por la CTM, se ha dividido en centrales obreras locales, en cada una de las entidades federativas, pero preservando su unidad en torno a su líder, su fortaleza y crecimiento han dependido de la lealtad habilidad y fortaleza de sus líderes locales. Ejemplos de liderazgos abundan los estados emblemáticos son Quintana Roo y Morelos con liderazgos fuertes que inclusive han resistido ataques desde diversos frentes, persecuciones y maquinaciones calumniosas.
El movimiento magisterial también ha enfrentado pugnas internas, también se han dado inconformidades, pero su lucha ha sido por la democratización de su movimiento y la transparencia en la rendición de cuentas.
Recientemente un importante segmento del sindicalismo magisterial lo ha encabezado el Movimiento Nacional por la Transformación Sindical, que recientemente participó en las elecciones sindicales de las Secciones 56 de San Luis Potosí y 28 del SNTE del Estado de Sonora.
En San Luis Potosí donde ganó la planilla Blanca, instrumentada por una sólida alianza de fuerzas democráticas unidas y compuesta de fuerzas plurales en la ruta de democratización del SNTE.
En el caso de Sonora hubo prácticas antidemocráticas, padrón rasurado, condicionamiento del voto, compra de votos, uso discrecional de recursos sindicales para la planilla oficial coacción y órganos sindicales parciales, pareciera que el antiguo roce entre el gobernador y la entonces candidata a la presidencia Claudia Sheinbaum ocupó el espacio sindical, para dejar sentir el puño de Durazo en las elecciones del SNTE en Sonora.
En el Horizonte sindical y en tiempo de reacomodos, por un lado está Pedro Haces Barba, de la Confederación Autónoma de Trabajadores y Empleados de México y por el otro el tradicional movimiento de la CTM encabezado por Carlos Aceves del Olmo, un movimiento que conserva la unidad y disciplina de la tradicional CTM pero con la silenciosa renovación de sus estructuras estatales bajo el liderazgo de Aceves del Olmo. Con toda seguridad este año habremos de ver definiciones en el sector obrero sindical.
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