/Escrito por Arantza Díaz /
01.12.2024 /Cimac Noticias/ Ciudad de México.- Noviembre es el mes para conmemorar la vida de Marie Curie, mujer pionera en la física y pieza clave por el reconocimiento de las mujeres en la ciencia; su nombre quebró con un paradigma histórico de las mujeres en estos terrenos, Curie no fue acompañanta, musa, ni ayudante, sino científica que erosionó al patriarcado purista y científico de Francia y el mundo.
Aunque la lucha por el reconocimiento y la participación en las ciencias de las mujeres aún no está conquistada, sí es fundamental nombrar, en cada ocasión posible, a las mujeres que antecedieron esta resistencia, produjeron proezas y se convirtieron en fuente de inspiración. No se trata sólo de Marie Curie y sus hazañas, sino también, de la fuerza que evoca en su legado; mujeres, niñas y adolescentes que se ven reflejadas en ella y deciden volcar su vida a la química o la física.
Desde hace tiempo, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) lanzó la advertencia de que a nivel mundial solo 1 de cada 3 investigadores son mujeres.
Por tal motivo, el organismo internacional instituyó el 11 de febrero como el Día Internacional de las Mujeres y las Niñas en la Ciencia para reconocer su rol clave en la comunidad científica y tecnológica, promover su acceso a la educación, la capacitación y a la investigación.
El informe ¿Dónde están las científicas? realizado en el 2022 por el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) en el que se destaca que las causas de la falta de representación de mujeres en profesiones dedicadas a la ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas arranca desde la niñez.
En nuestro país, únicamente 3 de cada 10 personas profesionistas dedicadas a la ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas son mujeres.
El organismo plantea que, de mantener esa inercia, México tardaría 37 años en incorporar a medio millón de mujeres para cerrar la brecha de género, pero esta realidad nacional tiende a replicarse a nivel global y aunque los esfuerzos de los órganos internacionales por colocar la perspectiva de género en sus agendas han sido incisivos, el rol de género y los empobrecidos sistemas educativos abonan a la exclusión de niñas y adolescentes a los terrenos científicos.
Ante esta realidad, difundir la palabra y nombrar a las mujeres que quebraron el techo de cristal en las ciencias, puede devenir en nuevas posibilidades aspiracionales.
Erosionando la exclusión en el Premio Nobel
Marie Curie fue la primera mujer en ser reconocida con el Premio Nobel y también, la única en la historia en recibir dos proezas en dos campos científicos distintos. El primero -en física- lo compartió junto a su colega y esposo, Pierre Curie por sus hallazgos en la radioactividad en 1903 y ocho años después, en 1911 se llevó el Premio Nobel de Química por sus hallazgos en los elementos de polonio y radio.
De 1901 a 2022, el Premio Nobel y el Premio Sveriges Riksbank de Ciencias Económicas (en memoria de Alfred Nobel) se han entregado a 959 personas y organizaciones, entre las cuales únicamente podemos ver a 61 mujeres, es decir, solamente el 6.17 por ciento del total de las y los “laureados”.
“Gran invento”, “Revolucionario”, “Importante descubrimiento”, son los adjetivos que históricamente se han utilizado para describir el motivo por el que el Premio Nobel ha sido entregado a hombres.
Mientras que junto a los nombres de las mujeres que lo han recibido se puede leer: “Por su esfuerzo”, “Por el acompañamiento”, entre otros calificativos que muestran el papel que han jugado ellas a lo largo de la historia: el de buscar un espacio y ser reconocidas.
Marie Curie hizo historia, pero también, se expone las brechas vigentes dentro del Premio Nobel que sólo ha reconocido a unas decenas más de mujeres de las mil proezas que ha entregado.
Marie Curie, pionera en todo
Si hay algo que pueda describir a Marie Curie, eso sería pionera. En un sentido más amplio -y no sólo científico- Marie Curie desafió social, laboral, académica y culturalmente al sistema, por ello, estas son algunas de las victorias que también conquistó
Primera docente en la Universidad de Paris, uno de los espacios académicos más excluyentes y exigentes en el viejo continente. Gracias a su trabajo y extraordinarias habilidades en la enseñanza, Curie también se convirtió en la primera directora de un laboratorio universitario y para 1914, ya había creado el primer centro de radiología militar en Francia.
Al ser la persona más capaz y con los conocimientos más amplios en materia de radiación, Curie dirigió los primeros estudios y experimentos con isópos radioactivos; la científica supervisó a otros y les guió para alcanzar el éxito.
Entre las necesidades prioritarias para el trabajo de Marie Curie estaba el transportar material sumamente delicado y también, viajar en las unidades móviles de rayos X. Sin embargo, las mujeres no eran consideradas lo suficientemente capaces para conducir estos vehículos y aunque nada les impedía manejar, el rol de género atribuía esta actividad a algo estrictamente masculino.
Para julio de 1916, Marie Curie obtuvo su licencia de conducir y se convirtió en una de las primeras mujeres en conseguir este documento que la acreditaba para manejar el vehículo de rayos X.
Estos vehículos fueron importantes en la Primera Guerra Mundial y se nombraron «las pequeñas curies«, conformados por quirófanos y aparatos de radiología que permitieron tratar y sanar a un aproximado de un millón de soldados, de acuerdo con información de Amnesty International.
En 1995, Marie Curie fue sepultada con honores en el cementerio de Paris, un espacio dedicado a «los hombres ilustres» y se convirtió en la primera mujer en ocupar un lugar en este lugar por méritos propios.
Su legado en la medicina y defensa por las mujeres científicas
Marie Curie, en conjunto con Pierre Curie realizaron dos descubrimientos vitalicios para la medicina; el polonio (en honor a Polonia, tierra de Marie) y el radio. El descubrimiento de estos dos elementos permitió entender la radiación y su aplicación de manera práctica a la medicina.
Luego de la muerte accidental de Pierre, Marie Curie volcó sus esfuerzos a investigar el funcionamiento de la radioactividad y su funcionamiento aplicable para mejorar la calidad de vida de las personas; Curie sostenía que sería posible hacer uso de esto para producir mejores diagnósticos y ofrecer tratamientos médicos oportunos, pero, sobre todo, eficaces en la atención de pacientes con cáncer.
Hablar de Marie Curie es reconocerla como la mujer que sentó las bases para lo que hoy conocemos como radioterapia y que ha sanado a millones de personas alrededor del mundo; Curie decidió nunca patentar sus descubrimientos y los reconocía como un patrimonio de la humanidad que todas y todos debían de poder acceder.
En añadidura, Curie se destacó por siempre defender la igualdad en la ciencia y apoyar la formación académica de las mujeres que buscaban un lugar en la ciencia. Esta lucha nace de sus propias experiencias, pues de manera reiterada, Curie fue menospreciada por sus congéneres y la Academia de Ciencias Francesa llegó a cuestionar sus logros más importantes.
En noviembre nace Marie Curie y conmemorar su vida, nos lleva a lugares extraordinarios de luchas, conquistas y una insaciable inspiración.
*Con información consultada de la Secretaría de Cultura y Gobierno de México