*Yo Campesino:
Violadores
/Miguel A. Rocha Valencia /
Tanto miedo tienen los morenos a los actuales ministros de la Suprema Corte que están dispuestos a inhabilitarlos mediante juicios sumario en tanto que con el recorte al INE se quieren asegurar del triunfo de un nuevo fraude en la elección judicial.
Para ello no les importó violar nuevamente la ley al no atender las razones reglamentarias que les ofrecieron diversos consejeros electorales tomando en cuenta que serán más de 800 cargos entre mieles de aspirantes los que estarán en juego en las elecciones del año próximo. Morenos y compañía decidieron porque así se les ordenó desde presidencia que no fueran 13 ni nueve sino siete mil millones de pesos los destinados a lo que está condenada a ser una nueva farsa electoral donde los dados ya están cargados y se tomaron las decisiones acerca quienes serán designados, que no elegidos, jueces, magistrados y ministros.
No se van a arriesgar a que les salga el tiro por la culata y les resulte un poder Judicial profesional y empoderado de su importancia en la construcción de la República.
Van a la segura, buscarán provocar el mayor abstencionismo posible incluso mediante una secuela de actos de violencia especialmente en aquellas entidades donde saben que sus candidatos van a perder por las buenas para hacerlos ganar por la mala incluso con la participación de candidatos que forman parte o son “recomendados” por el crimen organizado que reclama su cuota de poder.
Y es que con el recorte de casi a la mitad de los requerimientos legales presentados por el INE donde su presidenta la morenista Guadalupe Tadeii no se atreve a protestar de manera directa, deberá aplicarse una nueva normativa para el día de las elecciones, sin acercar las urnas a la sociedad sino por el contrario, complicándoles la participación mediante centros de votación.
Le apuesta el oficialismo a acentuar la vocación abstencionista de los mexicanos y a que el sufragio se complique entre los mieles de candidatos que habrán de registrarse en las boletas.
No es que menos precien el proceso quitándole dinero al organismo electoral para favorecer a las obras propiedad de los militares como el tren Maya o el AIFA, sino que se trata de un recorte con todo el propósito de llevar los menos votos a las urnas de donde habrán de salir los integrantes del nuevo poder Judicial supeditado a las decisiones del Ejecutivo con gente obediente y agradecida a la 4T por regalarles una carrera nunca soñada.
Y es que el dinero solicitado por el INE no fue capricho sino estrictamente legal en base a las reglas de operación del Instituto, pero la orden al Congreso, a la cámara de lacayos (perdón diputados) fue recortar al mínimo el presupuesto.
Porque no se trata de garantizar una elección de calidad, sino de no dar margen a que se ejerza el voto en todas sus capacidades con todo y la tendencia de los mexicanos a no sufragar favoreciendo en todo momento la abstención ya que de esa manera es más fácil disfrazar el fraude maquinado.
A muy poco les queda duda, luego de observar el procedimiento que se siguió para la recepción de solicitudes a los diversos cargos en juego, especialmente en el comité de la cámara de Diputados, que todo está puesto para un fraude más de la 4T, bueno, morena misma es un fraude que nos hemos tragado con dinero regalado y que millones de mexicanos “agradecidos” aceptan y reciben a cambio de derechos y libertades.
Se olvidan que votar es un derecho y que al INE se le fijaron reglas de operación precisamente para garantizar el ejercicio de esa garantía que ahora se verá coartada no por la mezquindad sino la perversidad de unos cuantos sujetos que a cambio reciben sus monedas de poder pero carentes de escrúpulos.
Son esos sujetos que como Ricardo Monreal, entregan su dignidad y entorchados académicos a quienes les dan migajas de poder las cuales aceptan gustosos a sabiendas que en ello van las libertades de los mexicanos y la posibilidad de un mejor país donde ellos, los violadores de la ley, no tendrían cabida porque para ello tendrían que ser hombres íntegros. No lo son, no lo serán.
Prefieren ser peores que reptiles o como ellos dicen, “no ser nada”. Y lo más ignominioso, lo presumen