/Por Inocencio Yáñez Vicencio./
Por si algo del maquillaje de izquierda que se puso Morena, todavía le quedaba, este viernes 13 se le cayó.
Morena no nació como un proyecto de izquierda. Simplemente nació alrededeor de Andrés Manuel López Obrador, que no se salió del PRI porque es estuviera en desacuerdo con su programa y su ideología sino porque no le dieron una candidatura. Morena surge de pepenar inconformes de todo. Asambleas de Barrios, Grupos Pancho Villa, Vándalos formados en las prepas populares, agitadores sindicales, sindicatos antigobiernistas, la CNTE, resentidos como Elba Esther, Napoleón Gómez Urrutia…todos los grupos tipo comando, entrenados en la acción directa, lo que le permitió situarse fuera de las élites políticas y hacer política contra la política y los políticos, capitalizando la campaña de muchos años contra las prácticas tradicionales, que habían dejado varias asignaturas pendientes y que al correrse hacia el centro, dejaron sin alternativa al electorado, vacío que no fue difícil llenar para un proyecto que ofrecía de todo y para todos y se vistió de la negación de los partidos que trabajaban para que ganará quien ganará no hubiera sobresaltos pero al costo de cerrar los caminos del cambio y de darle la espalda a las clases desposeidas, razón por la cual, Morena, oscila de extremo a extremo en el espectro político, porque hoy tiene tiene que defender la joya de Carlos Salinas, cómo lo es el Tratado de Libre Comercio y otro día restituirle los privilegios al Sindicato Electricista o a la CNTE, pero cada vez más enseña que su verdadero proyecto es un proyecto saqueador de la nación y destructor de la República y la democracia.
Tan pronto como se firma el Tratado de Versalles, al terminar la Gran Guerra, la Segunda Guerra Mundial, los italianos que habían ido a combatir, empiezan a culpar a los políticos de haber realizado una mala negociación en el reparto del botín y los fascios se lanzan a romper huelgas y a destruir granjas encabezados por el exdirector de Avanti, órgano del partido socialista, Benito Mussolini. Su Carta del Trabajo de 1934, es la consumación del Estado Socialista. Entonces como ahora la lucha es contra el liberalismo. Hitler, también llamó a su partido, Partido Nacional Obrero Socialista Alemán y cuando llega en 1933, lo primero que hace es incendiar el parlamento y culpar a los comunistas para reprimirlos y acabar con ellos.
Este viernes 13 de diciembre de 2024, por la noche, Morena hace que su manada de legisladores aprueben una reforma a la Ley del Infonavit, que despoja a los trabajadores de sus facultades de decisión sobre sus propios recursos para trasladar esas decisiones al gobierno. De acuerdo a esa draconiana reforma ahora el Comité de Vigilancia ya será tripartita porque resulta que los trabajadores tendrán 2 representantes, los empresarios 2 representantes, pero el gobierno tendrá 5 representantes. En el comité de auditoría los trabajadores tendrán 1, los empresarios tendrán 1 y el gobierno 3. En el comité de transparencia los trabajadores tendrán 1, los empresarios tendrán 1 y el gobierno tendrá 3.
Al romper la banda de Claudia el carácter tripartita en la administración del Infonavit podrá disponer el gobierno de los dos billones de pesos que al 30 de septiembre pasado contabilizada esa institución. Si por si no bastará con convertir a la representación tanto de trabajadores como de empresarios, es expulsada la Comisión Nacional Bancaria de Valores en su supervisión normativa. El director en adelante será nombrado directamente por el gobierno y tendrá derecho de veto sobre las deciones.
Autoriza construir dos millones de casas por una empresa filial gubernamental que manejará los recursos bajo vigilancia de comités dominados totalmente por el gobierno , que dispondrá una suma acumulada de 24 billones.
Tomando en cuenta que el gobierno tiene otras instituciones para construir directamente viviendas, está muy claro que lo que busca Morena es robarse el dinero de los trabajadores, más cuando ha colocado al frente del Infonavit, a un experto en quebrar empresas estatales.
Morena no puede decir que el asistencialismo sea una política que defina a la izquierda, cuando desde fines del siglo XVI en Inglaterra los Tories promulgaron la Ley de Pobres y en Alemania con Bismarck estableció el conservadurismo la Seguridad Social. No es repartir el gasto lo que define a la izquierda sino repartir la riqueza. Rosa Luxemburgo y Antonio Gramsci siempre sostuvieron que los trabajadores no pueden dejar en manos del Estado su destino. Recordemos que para el marxismo el Estado si bien es cierto no es abolido si debe extinguirse. Al triunfo de la revolución proletaria la dictadura del proletariado consiste en utilizar el aparato del antíguo régimen para vencer las resistencias burguesas, que finalmente debe dar paso a la sociedad sin clases y sin política. Morena, igual que lo han hecho los proyectos totaliarios, utiliza el rótulo de izquierda, pero en lugar de darle el poder a la clase que dicen enarbolar, lo concentran en una burocracia vandálica, para en su nombre realizar una depredación en su beneficio, en beneficio de los cuatreros.
Es un hecho que si algo faltaba para darse cuenta que Morena trafica con el rótulo de izquierda, el despojo que el pasado viernes 13 ha realizado a los derechos de los trabajadores, la desnuda como una banda de sinvergüenzas, que hoy se apoya en élites del Ejército Mexicano, en la Guardia Nacional, en el Crimen Organizado, en grupos de choque, en mercenarios del halago, que por más que se desesperan por descubrirles alguna cualidad, terminan por convertirse en cómplices del juego de máscaras de los morenistas.
Hoy Morena ha quedado al descubierto como enemiga de los trabajadores y sus aduladores sin poderles tapar sus patrañas.