A 14 años del asesinato de Marisela Escobedo, defensoras demandan atención de violencia contra mujeres

*Escrito por Wendy Rayón Garay .

18.12.2024 /CimacNoticias.com/ Ciudad de México.- El 16 de diciembre de 2010, Marisela Escobedo fue asesinada a los 52 años afuera del Palacio de Gobierno de Chihuahua mientras exigía justicia por el feminicidio de su hija Rubí y a 14 años de su muerte, organizaciones de la sociedad civil se dieron cita en la mítica Cruz de Clavos para rendir homenaje a su memoria, su lucha y exigir al gobierno de México atienda la situación de violencia contra mujeres.

Es por eso, en este aniversario luctuoso, organizaciones de la sociedad civil que promueven y defienden los derechos de las mujeres, convocaron a un acto conmemorativo por el 14 aniversario del asesinato de Marisela Escobedo, frente a la emblemática Cruz de Clavos de Chihuahua, para recordar que un día como hoy, Marisela fue asesinada frente a las puertas del Palacio de Gobierno por exigir justicia por el feminicidio de su hija Ruby Marisol Frayre Escobedo.

Donde afirmaron que: «A catorce años de impunidad, con toda la familia desplazada forzadamente en otro país y con un sostenido incremento de violencia contra las niñas y mujeres en Chihuahua, esta sigue siendo la vergüenza del gobierno, en todos sus niveles».

El Centro de Derechos Humanos de las Mujeres A.C. (CEDEHM) informó que desde hace más de 30 años denuncian la violencia que viven en la entidad, mujeres y niñas, a pesar de las diferentes iniciativas el programa Spotlight, la Alerta de Género decretada en agosto de 2021, y la sentencia de Campo Algodonero de la Corte Interamericana de Derechos Humanos; la prevención, sanción, reparación y erradicación de violencia sigue siendo una de las principales tareas pendientes de los diferentes gobiernos.

Detallaron que como Marisela Escobedo, son en su mayoría las madres de las víctimas de feminicidio y de las de las personas desaparecidas las que arriesgan su vida para demandar verdad, justicia y reparación; es por esto que que recordaron la obligación de los gobiernos, en el ámbito de sus competencias, para garantizar los derechos de las mujeres, niñas y adolescentes, lo que implica necesariamente destinar los recursos económicos suficientes para su atención.

Por lo que demandaron al gobierno:

  • La adopción de todas la medidas necesarias para erradicar la violencia contra las mujeres, niñas y adolescentes en México, tal como lo establecen los tratados internacionales de los que nuestro país es parte, principalmente el tema de la asignación presupuestal suficiente.
  • Cumplimiento puntual de la Alerta de Género, con participación de la sociedad civil
  • En general, demandamos el cumplimiento de las recomendaciones de organismos internacionales de protección de derechos humanos que nos presentan una ruta para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra niñas y mujeres en el Chihuahua y en México.

En noviembre de 2020, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) notificó al Estado mexicano sobre la admisión de una denuncia relacionada con los casos de Rubí y Marisela, otorgándole un plazo de tres meses para presentar sus observaciones. Esta acción fue resultado de la petición presentada en junio de 2019 por la familia de Marisela, con el apoyo del Centro de Derechos Humanos de las Mujeres (CEDEHM), el Centro por la Justicia y el Derecho Internacional (CEJIL) y la organización Mexicanos en el Exilio.

La CIDH ha condenado enérgicamente el asesinato de Marisela Escobedo y ha instado al Estado mexicano a investigar y sancionar a los responsables, así como a adoptar medidas para prevenir futuros actos de violencia contra defensores de derechos humanos.

A pesar de los años transcurridos, el caso de Marisela Escobedo sigue siendo emblemático en la lucha contra la impunidad y la violencia de género en México. Su legado ha sido reconocido en diversos espacios, incluyendo la inauguración de un memorial en su honor en el Centro de Derechos Humanos de las Mujeres de Chihuahua en marzo de 2022.

Foto: CEDEHM

De acuerdo con los datos del último reporte ‘Información sobre violencia contra las mujeres’ del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública publicados el 25 de noviembre, de 2015 a 2024 hubo 7 mil 997 feminicidios en México y fue en la década de los noventa que los casos de feminicidio comenzaron a hacerse visibles en el país cuando ocurrió una serie de asesinatos en Ciudad Juárez, Chihuahua.

Ligado a esto, hubo una crisis de seguridad en el municipio que llegó a superar 20 veces al promedio nacional. En 2009, la tasa de feminicidios de Ciudad Juárez fue de 19.1% por cada 100 mil mujeres; mientras que el promedio nacional era de 2.5% en 2004 a 2009. Gracias a esta realidad, se nombró al municipio “las muertas de Juárez” y hasta 2017, el delito de feminicidio se tipificó por el Congreso de Chihuahua.

La historia de Marisela es uno de los ejemplos de la violencia que viven las madres víctimas del feminicidio de sus hijas. De acuerdo con el estudio ‘Madres de víctimas de feminicidio: Testimonios y percepciones sobre la búsqueda de y exigencia de justicia en México’ en el que se entrevistaron a doce madres, se determinó que son la negligencia de las autoridades y de los altos niveles de impunidad que experimentan las víctimas, los motivos por los cuales buscan y exigen justicia para sus hijas.

Gracias al desinterés, incomprensión e insensibilidad de las autoridades es que las madres desconfían de las instancias de impartición de justicia como policías, Ministerios Publicos, procuradores y hasta jueces. Por estos motivos, alzan la voz en cada oportunidad que tienen como aniversarios luctuosos y  fechas representativas.

En su caminar, se han encontrado con revictimización durante el proceso penal, principalmente por parte de las autoridades que intentan cerrar el caso, donde son culpadas por el feminicidio de sus hijas por descuido sin hacer las averiguaciones pertinentes. También se enfrentan a investigaciones sin perspectiva de género y con “ineptitud y corrupción”, por lo que muchas veces, terminan siendo ellas las que llevan a cabo las pesquisas e indagaciones sobre los casos de sus hijas.

Durante el juicio o las audiencias tienen que escuchar el recuento de los hechos, por lo que experimentan sentimientos de tristeza, desesperación, impotencia y dolor; sin embargo, deciden estar presentes a retirarse sin saber lo que les sucedió a sus hijas. Igualmente, dijeron experimentar miedo al ver a los victimarios o estar cerca de ellos.

Por último, el castigo y la reparación de daños es determinante para ellas. En los casos donde se consiguió una justicia parcial, las madres consideraron que el resultado no fue “gratuito” porque fue gracias a su exigencia y participación activa en diferentes redes de apoyo lo que dio ese resultado. Historias como las de Maricela Escobedo siguen inspirando a las mujeres a exigir justicia.

Honran su memoria

Las tres muertes de Maricela Escobedo

En octubre del 2020 se presentó el documental «Las tres muertes de Maricela Escobedo» donde se hizo visible toda la resistencia que esta madre tuvo para encontrar justicia por su hija víctima de feminicidio y además se retrataron todas las violencias a las que ella y su familia se enfrentaron durante este proceso hasta que finalmente llegó su propio feminicidio tras su defensa implacable.

De acuerdo con el documental, la primera muerte de la activista ocurrió en agosto de 2008, su hija Rubí Marisol Frayre de 16 años fue víctima de violencia  feminicida por su entonces pareja, Sergio Rafael Barraza, en Ciudad Juárez, Chihuahua. Este eventó provocó que Marisela, quien hasta el momento se había dedicado al cuidado de sus hijos, dejaría su vocación como enfermera para convertirse en la principal investigadora del paradero de Rubí, marcando así los últimos cuatro años de su vida.

Dentro de su búsqueda repartió volantes, se unió a grupos de madres buscadoras y acudió a diversos medios de comunicación. El 30 de enero de 2009, recibió una llamada de Ángel Vallés, quien dijo atestiguar cuando Sergio confesó el feminicidio de Rubí.

Gracias a las pruebas recabadas por Maricela y que logró encontrar la ubicación de Sergio fue que en junio del mismo año, confirmó ser el responsable del crimen y también indicó en donde se encontraban enterrados los restos de su hija que fueron verificados por una prueba de ADN.

Pese a la confesión de Sergio, este fue absuelto por el tribunal y además declaró que debido a la poca efectividad de la fiscalía del estado para comprobar su culpabilidad que él había sido liberado dando paso a la segunda muerte de Maricela. Después de este acto, los jueces fueron destituidos y otro tribunal condenó a Sergio a 50 años de prisión; sin embargo, éste ya había huido dejando la justicia solo escrita en un papel como declaró más tarde la activista en un noticiero.

A partir de ese momento, ella se convirtió en defensora e inició una serie de protestas, marchas, peticiones, reuniones con autoridades mexicanas de diferentes niveles para exigir recapturar al feminicida de Rubí. En tres ocasiones encontró el paradero de Sergio y demandó su detención sin ser escuchada.

Por otro lado, Sergio se integró al grupo criminal Los Zetas, en el cual pertenecía José Enrique Jiménez Zavala “el Wicked” señalado por el asesinato de Maricela. En 2012, Sergio murió debido a un enfrentamiento con militares del estado de Zacatecas, donde la activista había señalado varias veces que se encontraba.

Ante las constantes amenazas de Andy Barraza, hermano de Sergio, las cuales denunció sin recibir respuesta; acudió a los medios de comunicación para acusar al Estado por la falta de protección:

“Esto se está convirtiendo en un gato y un ratón. ¿Qué está esperando el gobierno (para protegerme)? ¿Que termine conmigo? Pues que termine conmigo, pero aquí enfrente (al Palacio), para vergüenza del gobernador”. 

Finalmente, mediante un video de seguridad se pudo observar que el 16 de septiembre de 2010, un hombre bajó de un auto y asesinó a Marisela mientras cruzaba la calle que separaba la Plaza Hidalgo del edificio central del gobierno chihuahuense. De esta manera, Marisela Escobedo perdió la vida y su cuerpo quedó tendido frente al Palacio de Gobierno de Chihuahua.