Autonomía económica para la navidad de las mujeres.

*Escrito por Cirenia Celestino Ortega.

Las fiestas de fin de año dejan ver las desigualdades que, desafortunadamente, mueven a este país y al mundo. Poco más de 11 de los 35 millones de hogares que están dirigidos por una mujer, se enfrentarán a diversas limitaciones económicas derivadas del desempleo, la brecha salarial de género y otras condiciones en las que llevan la desventaja.

De acuerdo con la Secretaria de Economía (2024) México presenta una tasa de desempleo de 2.67 por ciento, 54.3 por ciento de informalidad laboral y unos 60 millones 953 mil personas económicamente activas. Pero, los datos “generales” no nos sirven para comprender a lo que se enfrentan las mujeres para sobrevivir estas fechas.

Según el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO, 2024) México es el cuarto país con menor participación económica de las mujeres en América Latina. Las labores del hogar y de cuidados no remuneradas limita su participación en igualdad de condiciones en los espacios de trabajo.

Tenemos dos situaciones, por un lado, el trabajo no remunerado en el que las mujeres se dedican exclusivamente a las tareas del hogar 17 veces más mujeres que hombres.

El trabajo del hogar y de cuidados no remunerado, si fuera una industria aportaría 24% del Producto Interno Bruto (PIB) nacional, por encima del valor de sectores económicos como la industria manufacturera (22%) o el comercio (22%).

Por otro lado, la economía remunerada en la que la participación de las mujeres alcanza 46 por ciento mientras que la de los hombres asciende a 77 por ciento (ENOE). Se estima que, a este ritmo, tomará a 119 años que las mujeres alcancen la tasa de participación económica de los hombres.

Por si fuera poco, las mujeres que participan en el mercado laboral enfrentan otras condiciones: la informalidad (55 por ciento de las mujeres tienen un empleo dentro de la informalidad en comparación con 49 por ciento de los hombres) que implica incertidumbre jurídica, carencia de acceso a servicios de salud y prestaciones laborales; la brecha salarial de género de hasta un 35 por ciento menos que los hombres por mismo trabajo (es decir, por cada 100 pesos que gana un hombre, una mujer recibe 65 pesos y; diferentes tipos de violencia como la laboral (tres de cada 10 mujeres han enfrentado violencia laboral a lo largo de su vida).

Sin embargo, las mujeres se organizan y hacen malabares para lograr salir adelante. Un estudio de Rosa Isabel Medina Parra, doctora en Ciencias Administrativas por la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez e investigadora Cátedra Conacyt, destaca el papel del emprendimiento femenino como respuesta al desempleo y en el contexto de la pandemia por covid 19, conocidas como ¨Las nenis¨.

Mujeres emprendedoras, dedicadas al autoempleo por la vía del comercio al menudeo, buscando obtener ingresos desde casa, comercializando todo tipo de artículos, que van desde comida, ropa, zapatos, accesorios y mucho más. Esas que tan solo en 2023, produjeron 80 mil mdp, lo que equivale a un 9% de los ingresos por la venta al menudeo de bienes y servicios a través de redes sociales.

En estas fechas también destacan los bazares, pequeñas inversiones para multiplicar aguinaldos.

Más allá de las desigualdades y reconocer a esas mujeres que no pueden decir “no tengo”, “no puedo”, o quedar a deber la pensión. Ellas son responsables del cuidado y la manutención de hijas, hijos o personas adultas mayores que pueden vivir además en condiciones diversas como discapacidad, con alguna condición médica, o con gastos extra porque así es la vida. Además, se acerca la temporada de regalos de Navidad, Reyes u otros tantos gastos.

Pero no solo las madres, las que no somos madres también enfrentamos otras situaciones derivadas de la misma precariedad del país, la inflación y otras tantas que nos llevan a pensar que todo está cada vez más caro.

Para este cierre de año y los que vienen, seguiremos exigiendo:

  • Igualdad laboral
  • Igualdad salarial y salarios dignos
  • Ajustar centros laborales acordes a las necesidades de las mujeres (menstruantes, embarazadas, maternando…)
  • Igualdad de oportunidades para ascensos escalafonarios al interior de los centros de trabajo
  • Espacios laborales libres de violencia

Pero también:

  • Incorporación de los hombres a las tareas del hogar y de cuidados

Empleo digno con salario digno para una vida digna, que no solo nos permita sobrevivir sino disfrutar la vida, ahorrar y vivir.

La autonomía económica es clave para la autonomía de las mujeres, para salir de círculos de violencia y para vivir como una quiera.

CimacNoticias.com