Carlos García Méndez, trasciende .

/Por Inocencio Yáñez Vicencio./

Decía Don Jesús Reyes Heroles, que siempre será mejor ocuparse más de los problemas que de las personas, pero indiscutiblemente hay quienes personifican un problema, un fenómeno, una causa y hay quienes hasta el tiempo. Acaso Voltaire no nos dejó una obra titulada El Siglo de Luís XIV ?.

Don Jesús Reyes Heroles, escribió una introducción a las Obras de Mariano Otero, que rebasan las 100 páginas, que junto a Manuel Crescencio Rejón, son padres del garantismo mexicano, que conculca el gobierno de Morena.

Carlos García Méndez, fue un hombre entendió muy bien que para trascender, antes que cualquier otra cosa, debe tenerse la inteligencia para recepcionar las grandes causas de nuestro tiempo, comprometerse con ellas y tener la voluntad para servir a ellas desde la trinchera que de acuerdo a nuestras aptitudes y potencialidades podamos contribuir a su desarrollo.

En todas las actividades que emprendió, invariablemente lo hizo con plena entrega y total honestidad. Siempre pensó y buscó la forma de trabajar para la comunidad. Su espíritu solidario lo llevó a proyectos donde privilegió el interés común. Con inteligencia, preparación y pasión decidió enfrentar los grandes problemas que lastiman a las capas más marginadas.
Carlos y quienes lo acompañaron a fundar la Universidad de Xalapa, desde su proyección, pensaron y creyeron que en Veracruz era posible conjugar excelencia, libertad de cátedra y ciencia al alcance de todos y finalmente lo lograron.

La fundación de la Universidad de Xalapa, se realiza en un momento de profunda crisis de modelos y paradigmas educativos, pero además en la disyuntiva de educar para la contemplación o el empleo. No únicamente se ventilaba un paradigma educativo para reforzar y afianzar un sistema y otro que promoviera su transformación. Dentro de este dilema había matices. No se podía ver todo en blanco o negro. No podíamos seguir produciendo ni autómatas ni reclutas para quimeras revolucionarias. Las universidades no podían debatirse entre el dilema de fábricas de desempleados o de simples trepadores. La discusión sobre el papel de las universidades no era reciente. Recordemos que ese debate viene desde que fueron fundadas en Bolonia, París o Valencia, en los siglos XI y XII. La Iglesia Católica hizo de la Sorbona, un brazo de la Santa Inquisición contra la ilustración y los ilustrados. Para no pocos , las universidades deben seguir reproduciendo visiones oscurantistas y recubrir de neutralidad formas de dominación de naturaleza clasista, por lo que sustraer la educación y la investigación de manos confesionales y de las fuerzas que viven de explotar a los desposeidos de todo, no es fácil.

Siempre hay posibilidad de hacerlo y eso lo percibió muy bien nuestro amigo Carlos García Méndez, al partir de que puede haber eficientismo educativo, esto es, preparar mano de obra que estraiga más plusvalía relativa y extraordinaria, haciendo más productivo a los trabajadores; pero perfeccionado las relaciones de explotación, pero reduciendo las innovaciones a girar dentro de la jaula. Sin embargo la educación para desarrollarse necesita de libertad. En la capital de la República tenemos una Escuela de derecho que es supuestamente laica, pero su éxito comercial lo basa en que es codiguera, enfatizan el derecho adjetivo, el derecho procesal, que da de comer, pero la UNAM, prevalece y sus maestros siguen liderando, por la sencilla razón de que la educación para desplegarse plenamente necesita de libertad, esa es la clave que catapultó a la Universidad de Xalapa. Una universidad de punta que supo que el orden es importante en cuanto se comprende que no hay libertad sin orden, que la meta es contribuir a crear un órden para la libertad.

Cómo rector de la Universidad de Xalapa, entendió muy bien que la educación debe desprenderse de concepciones fetichistas, porque no se educa para la nada. Lo importante es trabajar para una educación que produzca mujeres y hombres para enfrentar los retos de hoy pero también para colaborar a una convivencia más racional y emancipada. Los lazos comunitarios que inculquen no pueden regresarnos a cohesiónes organistas y corporativistas que hacían depender el valor del individuo por su integración gremial. La educación de hoy debe reducir el filo al individualismo pero es mejor a cualquier mecanismo holistico, que niegue el valor del individuo. La solidaridad no puede sustituir a la competencia en una fase del desarrollo en que la distribución necesita realizarse apoyándose en la cantidad y la calidad del trabajo.

Respeto mucho a la educación que tienen bajo su responsabilidad órdenes religiosas como los planteles laicos, esa es parte de la pluralidad, no obstante soy un convencido que la Universidad de Xalapa, es un centro que bajo la rectoría de Carlos García Méndez, logró la excelencia porque supo conjugar excelencia con una visión social, que sólo podía prender en clima de plena libertad.

Estas líneas de reconocimiento al legado educativo de Carlos García Méndez, estarían incompletas si no hiciera públicos mis lazos afectivos con él y su distinguida familia.

Únicamente quiere que sepan que cuando en 1993-4 regresé a Xalapa, después de dar muchos años clases en la Escuela Superior de Economía del IPN, me hizo reiteradas invitaciones a impartir clases en la UX, a lo que yo me negaba, por considerar que no compatilizaba con los trabajos que en ese tiempo realizaba, hasta que un día me llama y me plática que comió con el Lic. Pericles Namorado Urrutia, y el licenciado Namorado le indicó que yo podía dar la materia que le proponía. Me comentó el Rector, que le inquirió que yo era economista, a lo que le respondió: yo te recomiendo a uno que sabe Teoría Constitucional y Derecho Constitucional, no un graduado en esas asignaturas. Habiendo visto como el Lic. Pericles Namorado Urrutia, le gritó frente a mi a Demetrio Ruíz Malerva, que no leía y que se había convertido en un lector de solapas, no podía correr y acepté. Tal vez por temor a que yo recibiera una reprimenda igual que Demetrio. Yo ya había impartido Derecho Constitucional en el Icap. Lo que sucede que con motivo de la Reforma a nuestra Constitución, casi a diario revisamos textos sobre este tema.

Me tocó vivir en carne propia su crisis como secretario de Desarrollo Económico. En un viaje que hice con el gobernador Herrera, a Villahermosa, le advierto que Carlos, iba a renunciar. Al regresar le digo lo que quería Fidel, que rectificara. Lo hizo y punto. El problema después lo tuve yo porque exactamente lo que le comento a Erik Lagos, aparece publicado. En los zapatos de Erik hubiera inferido que fui yo, quien filtró esa información, paro yo no fui quien divulgó esa información. Cosas de la vida.
Muchas veces que lo visité, expresaba: ya va a regresar Inocencio, a dar clases.

Por su gran aportación a la excelencia académica y poner esa excelencia al alcance de todos, Carlos García Méndez, siempre ocupará un lugar muy privilegiado en nuestra mente y en nuestro corazón.