Yo Campesino.
• Le ordeñaron el TUA seis años y al fin migajas para mantenimiento.
/ Miguel A. Rocha Valencia /
Si no fuera por el mundial de Futbol del próximo año a celebrarse en canchas de México, Estados Unidos y Canadá y donde habrán de participar 48 seleccionados de 48 países, el Aeropuerto Internacional de la capital del país seguramente no recibiría ningún mantenimiento ni remodelación, especialmente ahora que, a pesar de registrar un aforo anual de 45 millones de usuarios, se cayó la demanda en seis por ciento.
Pero como hay qué lavarse la cara ante la posibilidad de una fuerte derrama económica, al fin se decidió meterle ocho mil millones de pesos a esa terminal aérea a la que le falta de todo, especialmente al edificio dos destinado a vuelos nacionales y que hasta hoy parece central camionera donde hasta automóviles de demostración hay en sus pasillos.
Y es que todo el presupuesto y subsidio se fue para la terminal del ganso en Tizayuca donde incluso se tiene que mantener con dinero público una aerolínea fantasma pero que al igual que el aeropuerto, es negocio en poder de los militares que la construyeron, administran y ¿mantienen?
Porque al AICM le negaron todo y hasta se le redujeron el número de operaciones diarias con el fin de obligar a las aerolíneas a utilizar el AIFA como complemento a sus vuelos, además de que como ya se sabe, por decreto se trasladaron todos los procedimientos de carga para darle ingresos y ni así refleja números negros.
Pero no sólo fue eso lo que generó tanto deterioro en el de la Ciudad de México. Lo principal es que se le quitaron los ingresos de los derechos por uso aeroportuario (TUA) que habitualmente se utilizan como recursos autogenerados para el mantenimiento.
Ese dinero se determinó trasladarlo a completar los 200 millones de dólares anuales para el pago de los cuatro mil 600millones que se quedaron a deber de la Fibra Verde con que se construía e3l Nuevo Aeropuerto Internacional de México en Texcoco y que infelizmente fue cancelado por el hijo predilecto de Macuspana, allá donde el narco reparte roscas de Reyes y juguetes.
Es decir que en seis años se le ordeñaron esos recursos del TUA más caro del mundo al AICM, lo cual implica que se dejó sin recursos para mantenimiento para lo cual se permitió la proliferación de espacios comerciales y con la renta de los mismos se posibilitó sostenerlo con alfileres, en ambas terminales. De ahí el deterioro en las instalaciones especialmente sanitarias y ni qué decir de los “gusanos” y los pasillos de tránsito, así como las bandas portaequipajes.
Ahora luego de seis años se habla de destinarle ocho mil millones de pesos para remodelación. No les va a alcanzar, hay que cambiar muchas instalaciones, ampliar pasillos, finiquitar contratos y lo que es peor, aun no se termina de pagar lo de la fibra verde.
Este asunto de la aeronáutica no es culpa de los militares sino de quien los hizo compadres pues con sus decisiones tiró a la basura 600 mil millones de pesos de manera directa y causó daños colaterales calculados en un billón de pesos incluyendo la cancelación de 33 mil millones de dólares en dos años, así como proyectos de infraestructura turística con hoteles y restaurantes.
A cambio nos dio un aeropuertito de tres pistas, dos de ellas cortas y una sin libertad de vuelo por la orografía y la otra para los vuelos de la base militar, es decir una miniatura frente a lo que sería el NAIM con sus tres pistas iniciales y las seis que seguramente estarían operando con una proyección para atender a 120 millones de usuarios anuales, es decir casi tres veces la capacidad actual del AICM.
Para colmo, el Felipe Ángeles no puede realizar operaciones simultáneas con el AICM (por eso le quitaron frecuencias) para dárselas a Tizayuca, en tanto que el NAIM de Norman Foster sí tenía esas posibilidades.
Por eso cuando anuncian sus ocho mil millones de pesotes para el Aeropuerto de la Ciudad de México sólo nos sonreímos porque a estas alturas, esas instalaciones convertidas en lo que sea, darían empleo a decenas de miles de mexicanos a quienes les hubiera cambiado la vida, pero, caímos en un precipicio llamada 4T y ya nos jodimos.
Ni modo, a ver hasta cuándo porque como vamos, la verdad es que el panorama es de mediocridad, pobreza, estancamiento y nos daremos por bien servidos si no nos llega una recesión que sería tan fatal como la cuarta transformación de la cual podemos esperar cualquier cosa.