La Pasión Turca’, serie que retrata las violencias del mito del amor romántico.

*Escrito por Wendy Rayón Garay .

20.01.2025 /Cimac Noticias.com/ Ciudad de México.- ¿Llegarías a la cárcel para proteger a tu pareja? La serie ‘La Pasión Turca’ expone los riesgos que enfrentamos las mujeres al vivir una relación basada en el mito del amor romántico y pasional, mostrando cómo podemos perder incluso nuestra identidad al vivir bajo la codependencia y estar privadas de la libertad.

‘La Pasión Turca’ es una miniserie dirigida por Iñaki Peñafiel y protagonizada por Maggie Civantos e IIker Kaleli. El audiovisual adapta la novela de Antonio Gala y narra la historia de Olivia, una profesora española que despierta en un hospital de Estambul después de intentar suicidarse. Ahí, la policía la interroga por ser sospechosa de colaborar en una red de contrabando de obras de arte y artefactos históricos junto a Yaman, su pareja.

Mientras Olivia hace un recuento sobre cómo los acontecimientos la llevaron a ese punto, denota que antes, ella tenía un futuro prometedor como académica al especializarse en el Imperio Bizantino y había viajado hasta Turquía como parte de un proyecto para conseguir una plaza como profesora en una universidad de España.

Durante su viaje se encuentra a su ex pareja Pablo, aunque pasan una noche juntos, considera que su historia ya ha terminado y que está concentrada en conseguir el empleo.

Sin embargo, al encontrar una tienda de obras de arte, conoce a Yaman de nacionalidad turca, quien intenta venderle piezas históricas falsificadas al considerarla como una turista ignorante. Ambos se retan a adivinar el origen de piezas históricas y Olivia queda cautivada y comienzan una relación.

Durante los seis capítulos de la serie, se explora la intensa y peligrosa relación entre Olivia y Yaman, que a la vez está marcada por la pasión, mostrando cómo la protagonista abandona su vida en España para seguir a su pareja en diferentes aventuras por Turquía que la lleva a quedar envuelta en actividades ilegales y situaciones que la ponen en riesgo hasta dar en la cárcel.

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Olivia es llevada a la cárcel por las acciones ilícitas de su pareja y esto hace pensar en cuántas mujeres atraviesan esta misma situación en cualquier parte del mundo, sin excluir México.

De acuerdo con los Censos Nacionales de Sistemas Penitenciarios en los ámbitos federal y estatal (CNSIPEE-F) de 2023, en México hay 233 mil 277 personas privadas de la libertad , internadas en los centros penitenciarios y centros especializados, de los cuales el 13 mil 297 son mujeres. De esta cifra, el 46% de ellas aún no cuenta con una sentencia y en promedio esperan de 6 meses hasta menos de 12 meses para obtener una.

Siguiendo el informe ‘Mujeres Privadas de la Libertad en las Américas’ de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), en los últimos años el número de mujeres dentro de las cárceles ha incrementado, siendo la falta de oportunidades económicas y educativas, la pobreza, el trabajo de cuidados, limitaciones financieras, el consumo de drogas y la coerción e influencia los factores por los que una mujer termina en prisión.

Dentro de esta última, se encuentran situaciones de violencia durante las relaciones de pareja que termina con el involucramiento de las mujeres en delitos por parte de una pareja que las violenta o como un “favor” conocido como “crimen de amor”, según apuntó la Relatoría Especial de la ONU.

En este escenario, las mujeres enfrentan investigaciones que conducen a su encarcelamiento derivado de su posición como pareja o familiares de los hombres que cometieron el acto ilícito como lo que le sucedió a Olivia, quien protege a Yaman en todo momento.

La percepción del amor romántico en Olivia

Si bien se desconoce el número de mujeres que han terminado privadas de su libertad gracias a sus parejas, hay que puntualizar que la raíz del problema es el ideal del amor romántico.

El concepto se ha construido a lo largo de la historia desde un marco patriarcal y social. Marcela Lagarde argumenta que comenzó como un modelo occidental burgués en el que los caballeros debían realizar un acto heroico para llegar a la dama en apuros, con el tiempo trascendió al amor victoriano donde se consolidaron las mujeres obedientes y finalmente se transformó en lo que se conoce como amor romántico contemporáneo.

Siguiendo lo establecido por Verceli Melina en su texto “Mecanismos en la construcción del amor romántico”, es el sistema patriarcal el que opera como un marco que moldea el concepto del amor romántico, permitiendo las desigualdades de género y roles asignados a mujeres y hombres.

No obstante, este modelo ha permitido que el valor de las mujeres radique en el cariño y afecto que les proporciona su pareja, así como obedecer a los mandatos de género. Esta percepción se ha consolidado gracias a mitos como:

  • Mito de la media naranja, la creencia de que las parejas están predestinadas a estar juntas.
  • Mito de la monogamia, en el que las mujeres solo pueden estar con un solo hombre toda su vida.
  • Mito de la exclusividad, el no poder estar enamorada de dos personas a la vez.
  • Mito de la fidelidad, los deseos pasionales, románticos y eróticos deben satisfacerse con la pareja si se ama de verdad.
  • Mito de los celos, señal de amor verdadero en las relaciones, el cual fue introducido por la Cristiandad como garantía de exclusividad y fidelidad. Aunque es usado para justificar los comportamientos egoístas, injustos, represivos y violentos.
  • Mito de la omnipotencia, que “el amor todo lo puede”, por lo que se deben soportar cualquier obstáculo externos e internos incluso si nos hace daño.
  • Mito del libre albedrío, pensar que los sentimientos no están influidos por factores socio biológicos-culturales independientes a la voluntad y conciencia.
  • Mito del matrimonio, que el amor romántico-pasional debe conducir a la unión de la pareja a través del matrimonio
  • Mito de la pasión eterna, considerar que el amor romántico y pasional que se intensifica en los primeros meses de una relación debe perdurar en el tiempo.
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En la historia de ‘La pasión Turca‘, Olivia se ve envuelta por muchos de estos mitos del amor romántico. En primera instancia, considera a Yaman como su media naranja, ya que nunca había conocido a una persona con los mismos conocimientos en cuanto a las obras y artefactos del Imperio Bizantino, por lo que cree que su relación está predestinada a suceder.

Además, hasta el final ella nunca termina de conocerlo. La única información que conoce es sobre su vida criminal, así que no ve las señales que su hermana, amigas y la policía le señalan como la desvalorización a su persona, las mentiras, las situaciones de riesgo en las que la coloca y la diferencia cultural en donde el papel de las mujeres en Turquía se percibe de forma sumisa.

Asimismo, al dejarse llevar por la pasión no se da cuenta que nunca establecieron una relación formal, por lo que Yaman mantiene relaciones con otras mujeres y Olivia, por influencia de terceros, buscar crear otras relaciones, aunque nunca pudo concretarlas porque siente que le debe exclusividad, fidelidad y monogamia a su pareja, así que se ve obligada a una relación poliamorosa para mantenerlo cerca.

En cuanto a la incriminación por contrabandear obras de arte, Olivia deja a un lado sus valores y principios por ayudar a Yaman, aunque en varias ocasiones deja ver que no está de acuerdo. Sin embargo, cree que su amor lo puede cambiar y alejarlo de la vida criminal, incluso cuando casi es abusada sexualmente, debe cometer un delito, es engañada y abandonada para no delatarlo, y casi muere por él.

No obstante, es la pasión que Olivia siente por Yaman y que le da adrenalina lo que desarrolla una codependencia hacia él. Se trata de una dinámica emocional en la que ella centra su identidad, bienestar y valor propio en satisfacer las necesidades de Yaman, al punto en el que abandona su vida, familia y metas de vida.

Del mismo modo, tiene miedo a perderlo y a establecer los límites, busca la aprobación de su círculo social sobre la relación y asume un rol de salvadora que finalmente derivan a un ciclo de dependencia emocional.

El violentometro, una guía en tu relación

Este instrumento didáctico es que consiste en medir las diferentes manifestaciones de violencia que pueden ser normalizadas en la vida cotidiana y en las relaciones de pareja. Consiste en tres niveles diferentes: amarillo, cuando aún se puede prevenir; rojo, indica que es momento de reaccionar y dejarse instruir; y morado, señala la fase más peligros para las personas, en el caso de las mujeres puede conducir a un feminicidio, un mayor acto de violencia contra ellas.