*Mujer y Política.
/ Soledad Jarquín Edgar /
SemMéxico.- Entre Javier Gerardo Milei y Salomón Jara Cruz hay un trecho que los aleja, el geográfico, y otro que los hace une, patriarcado.
Tanto Milei como el oaxaqueño Jara Cruz vienen en apariencia de dos posiciones políticas diferentes. Milei, presidente de Argentina en el cono sur de nuestro continente, llegó al poder en 2023 a través del partido conservador Libertad Avanza, en tanto el gobernador de Oaxaca, al sureste de México, desde diciembre de 2022, lo hizo a través del ahora hegemónico partido político Morena, que se autoproclama de izquierda.
Son dos ejemplos, distantes en apariencia, por las posiciones políticas que creemos o nos han hecho creer que no se mezclan la izquierda y la derecha. La ideología política, la mística, se ha denunciado, dicho, explicado en muchísimas ocasiones se ha perdido, por eso vemos personas con profunda formación conservadora dentro del poder político mexicano abanderando al partido en el poder. No son ni contradicciones ni coincidencias son los hombres detentando el poder a pesar de la “mística” que en política hace rato se evaporó.
En apariencia, a simple vista, ambos no tienen nada en común, pero los une su formación de hombres dentro de una estructura que los ha hecho creer que ellos son superiores a las mujeres, por tanto, como “seres supremos” pueden determinar la existencia de las mujeres.
El presidente argentino pretende eliminar del Código Penal el delito de feminicidio, como parte del endurecimiento de las políticas pro-derechos que las argentinas habían conseguido, entre jalones y estirones, a lo largo de los años. La idea de la igualdad propuesta por las mujeres no es por mucho la idea de la igualdad que entienden en el patriarcado argentino. Lo que revela es que no han entendido nada o que son muy pero muy ignorantes.
Porque efectivamente, la vida de un hombre y la vida de una mujer tienen el mismo valor, pero el asesinato de un hombre y el asesinato de una mujer son diferentes y están fundados en las anquilosadas estructuras culturales que ubica a las mujeres en una posición de subordinación con respecto a los hombres. A las mujeres se les asesina por no hacer lo que estrictamente es correcto o les corresponde por ser mujeres, por pretender o aspirar a lugares donde ellas no deben estar desde esa idea machista, por querer estar en la vida pública, por trata, por tráfico, por racismo, por edad, por tener cuerpos de mujeres (sexuales) y una interminable lista de actos de discriminación y minusvalía.
La violencia que hace que los hombres se maten entre sí, tiene otras razones y curiosamente tienen que ver con la supremacía de ellos contra ellos mismos, una valentía que los pone en el riesgo sistemático.
Pues igual en Oaxaca, Jara no va contra el feminicidio, no hasta ahora, sin embargo, enfrenta una serie de problemas en su tercer año de gobierno, ni a la mitad, por desoír a las mujeres, por omiso y negligente, algunos de ellos no ocurridos en estos dos primeros años pero que tiene que resolver porque es el responsable de la administración pública y del “humanismo oaxaqueño” y que él, a manera de producto político llama “la primavera”, una que por cierto la ciudadanía no acaba de ver florecer.
Por increíble que parezca, la exigencia de justicia de María Elena Ríos le explotó en la cara al gobernador Jara Cruz, cuando en un acto el pasado viernes 24 de enero, delante de la presidenta Claudia Sheinbaum, tomó el micrófono para decir que Jara Cruz ganó, junto con uno de los autores intelectuales de su agresión (Juan Antonio Vera Carrizal) por lo que ella se rendía. No es para menos, víctima de intento de feminicidio, mediante una agresión con ácido que lesionó una gran parte de su cuerpo y cara, Ríos Ortiz ha tenido que documentar y exhibir los privilegios para el exdiputado priista oaxaqueño, sumó más de 50 días fuera del centro de reclusión por una serie de supuestos padecimientos, en tanto otro de los implicados de nombre Juan Antonio Vera Hernández sigue libre por la vida.
El otro asunto que dejó sin atender fue la denuncia presentada por la defensora y abogada Sandra Domínguez Martínez y otras mujeres mixes, en contra de diversos funcionarios del gobierno estatal y del federal, que, como buenos machos, mantenían un chat porno afectando a mujeres de esa zona de Oaxaca. La defensora Domínguez desapareció hace casi 120 días. La respuesta del omiso y negligente gobierno de Oaxaca, que encabeza Jara Cruz, no fue la búsqueda sino la criminalización a la activista.
Por eso digo que son iguales. Aunque uno sea presidente de Argentina y el otro gobernador de Oaxaca, aunque uno sea de derecha y el otro dice que es de izquierda, aunque uno sea más fifí que el otro. Son hombres, misóginos y machos.