Relaciones entre Estados Unidos y México, en momento crítico.

*Nuestro país apela a la mesura y al respeto: Silvia Núñez.

*El gobierno del presidente Donald Trump exige mucho, pero no ofrece nada a cambio: José Miguel Insulza

/ Laura Lucía Romero Mireles /

arcotráfico y migración son dos de los temas más importantes en la relación entre Estados Unidos y América Latina. Y aunque hay una política de desdén, también existe un interés específico en asuntos centrales del vecino del norte, en particular en cuanto al último. Por ello, con México se vive un momento crítico, señalaron expertos en la UNAM.

Al participar en el VIII Encuentro de la Asociación Internacional de Estudios Interamericanos / International Association of Inter-American Studies (IAS), “Futuros posibles en las Américas”, José Miguel Insulza, exsecretario general de la Organización de Estados Americanos y actual senador de la República de Chile, se refirió al complejo trayecto de las relaciones hemisféricas.

En la mesa 1 “Estados Unidos y sus relaciones bilaterales con América Latina 2024: ¿Opción de futuro?”, el político chileno rememoró que, entre otros aspectos, el mandatario estadunidense, Donald Trump, ha pedido el retorno del Canal de Panamá, y ha trabado gran amistad con el presidente de Argentina, Javier Milei.

Recordó que desde la primera Cumbre de las Américas hasta ahora, los países han cambiado mucho, así como la relación que tienen entre ellos y su política exterior. La nueva Cumbre, décima, será a fines de este año en República Dominicana, y en ella la posibilidad de que participen todas las naciones es prácticamente nula.

Incluso, la administración Trump no es la misma que la de hace algunos años. Se trata de un gobierno que hace muchas exigencias, pero no ofrece nada a cambio, detalló José Miguel Insulza.

Fue hasta la primera administración del actual mandatario de Estados Unidos de América (EUA), cuando ésta comenzó a preocuparse por la competencia con China. En esas condiciones, las cumbres VIII y IX fueron distintas; en la novena, 10 naciones dejaron de asistir, cuando la lucha ideológica empezó a formar parte de su mecanismo, y en el momento que, como organizador, el gobierno estadunidense no invitó a Cuba, Venezuela y Nicaragua. Hoy, en América del Sur hay seis países que tienen al gigante asiático como su principal socio comercial, y “ese es un cambio fundamental”.

Silvia Núñez García, académica y exdirectora del Centro de Investigaciones sobre América del Norte (CISAN), al referirse a la relación México-Estados Unidos, señaló que pasa por un momento crítico. Desde su administración pasada, el magnate ejerció una presión inédita debido al tema migratorio y el Tratado de Libre Comercio con nuestro país y Canadá. La declaración de los cárteles de la droga como grupos terroristas tampoco es nuevo.

El programa “Quédate en México” y la norma conocida como Título 42 (de proceso expedito de deportación de migrantes) fueron condiciones que puso el mandatario para que el comercio entre ambas naciones siguiera fluyendo. Desde entonces, comenzaron a llegar migrantes irregulares, al grado que hoy alrededor de 77 nacionalidades distintas se han internado en el territorio nacional, en una situación de absoluta indefensión, a pesar de que el gobierno mexicano dice contar con una política humanitaria al respecto; sin embargo, no hay recursos para atender a esa población.

La “presidencia Trump 2.0” se ha apropiado del tema del fentanilo como una de sus armas predilectas para presionar a México y otros países, buscando los mayores beneficios posibles. Las amenazas más serias y preocupantes impuestas por su presidencia se ciñen en contra de los derechos civiles y humanos.

Trump seguirá apelando al uso de la fuerza y al dominio del superior sobre el inferior. Pero hasta ahora, en México se advierten cambios importantes que evitan la confrontación abierta con EUA; se apela a la mesura y al respeto. “Hay un toque femenino en el ejercicio del poder en nuestro país”.

Durante la sesión efectuada en la Sala de Conferencias Mónica Verea del CISAN, Marcos Cordeiro Pires, de la Universidad Estatal Paulista e investigador del Instituto Nacional para el Estudio de Estados Unidos de Brasil, afirmó que hay un “espectro” que ronda Latinoamérica: la doctrina Monroe.

Estados Unidos, con una política que aísla al país del mundo, cambia la hegemonía por la dominación, y va a persistir en el camino del pasado, mientras que otras naciones van en otro sentido, indicó.

Dídimo Castillo Fernández, de la Universidad Autónoma del Estado de México, dijo que con las declaraciones recientes de Donald Trump se subvierte la etapa de entendimiento relativo entre EUA y Panamá, que se generó a partir de la devolución del canal de navegación.

Recalcó que China es el primer socio comercial en Sudamérica y el segundo en América Latina, después de Estados Unidos, que también ocupa el lugar número uno en inversión extranjera directa de Panamá.

Finalmente, para hablar del caso de Chile, Georgina Núñez Reyes, de la Universidad de Tarapacá, consideró que como parte de los posibles escenarios, la relación bilateral entre esas naciones estará sujeta a la prioridad que se le asigne al hemisferio en la política exterior de Estados Unidos.

La necesidad de reducir la dependencia de China es un aspecto de interés para demócratas y republicanos, así como la disputa por la hegemonía tecnológica entre ambas potencias, finalizó.