CLAROSCUROS.
José Luis Ortega Vidal.
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Remito al texto titulado:
“El peso de las palabras: libre expresión, no discriminación y discursos de odio”
Autor: Jesús Rodríguez Zepeda
Ubicación: https://archivos.juridicas.unam.mx/www/bjv/libros/11/5389/3.pdf
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Un aforismo del autor de Claroscuros:
“Cuidado con las mentiras que salen de tu boca, porque se pueden convertir en verdades trágicas”.
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Remito a la historia y el contexto que conducen a esta entrega de nuestra añeja columna:
La semana anterior un audio y textos enviados por redes sociales alertaron sobre la presencia de encefalitis equina en la comunidad “La Lima” del municipio de San Juan Evangelista, Veracruz.
Se habló de niños muertos, de cuarentena en una escuela, de un problema grave ignorado por las autoridades de salud de todos los niveles…
Llegó de inmediato la psicosis.
Al mismo tiempo arribaron reacciones diversas:
Una vecina del municipio cercano: Oluta, cuestionó al autor de Claroscuros.
¿Será cierto lo que dicen sobre San Juan? En Oluta hubo varios casos de un tipo de herpes, mi nieto se contagió y faltó a la escuela, pero lo de San Juan suena muy grave. Aquí, la gente dice que es culpa de los migrantes; que ellos trajeron el herpes y la encefalitis y hay muchas personas de otros países en la zona… ¿Qué sabes amigo? Te envío los datos compartidos por un colega tuyo, un reportero que da por cierto lo de San Juan…
Mi respuesta fue invitarla a guardar calma.
Lamento lo de tu nieto –tema comprobado, en su caso- pero no podemos comparar herpes con encefalitis equina cuyo origen –en efecto- algunos rumores por redes sociales ubicaron en Estados Unidos a través de un migrante mexicano que habría llegado de vacaciones a su hogar en el sur veracruzano.
Añadí: “estoy buscando fuentes confiables y no encuentro ninguna. La “nota” de mi colega está basada en los propios rumores y por tanto no es nota, no es periodismo, no es confiable. Ten calma”.
Al día siguiente topé con otra “nota” de características semejantes difundida por otro colega.
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El fin de semana la Secretaría de Salud del estado de Veracruz reconoció la muerte de dos menores de edad en el municipio de San Juan Evangelista.
La causa, reportó, fue meningitis. Las víctimas fueron llevadas primero a hospitales privados y luego al sector salud.
¿Se les atendió mal o a destiempo?
No se responde dichos cuestionamientos.
La SS descartó la presencia de encefalitis equina en animales y seres humanos de la región.
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En lo particular tuve y tengo una preocupación más.
A lo largo del 2019 ha arribado –según fuentes oficiales- un priomedio 52 mil migrantes mensuales a territorio mexicano.
Por la frontera sur –Guatemala- el flujo migratorio incluye centroamericanos y cubanos, mayormente.
No obstante en Acayucan, Veracruz, sede de una de los Centros Migratorios más grandes del país, también hay pakistaníes, hindúes y durante los últimos cinco meses las instalaciones del INM han resultado insuficientes para atender y retener a migrantes ilegales que por cientos –a veces miles- circulan por la ciudad.
ACNUR atiende a una parte.
Municipios como Texistepec responden positivamente a la petición federal de otorgar empleos temporales.
En Oluta hay un albergue humanitario casi inaccesible a la prensa donde se resguardan familias enteras de migrantes.
Los migrantes cubanos –al parecer los de mejor condición económica vía el envío de recursos de sus familias en Estados Unidos o en otras entidades mexicanas- rentan casas por doquier.
Paquistaníes e Hindús desfilan sonrientes por los oxxos.
¿Where do you come? Cuestiona el reportero a un grupo de personas de evidente aspecto asiático.
Los acompaña un mexicano regordete que evita al reportero y envía miradas que ordenan silencio al grupo guíado. Uno de ellos, a pesar de la instrucción responde: ¡No inglis! Otro aclara: ¡Pakistán!
Será el mismo caso para un grupo donde la respuesta es: ¡India!
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Un abogado acayuqueño ofrece su testimonio:
“No podemos entrar a las instalaciones del INM (los abogados de la región) porque los migrantes traen abogados de Chiapas y se comunican con abogados de Tijuana”.
“En Chiapas habría unos 80 abogados atendiendo amparos y gestiones de migrantes”.
“Ignoro cuántos hay en Tijuana”.
“Evidentemente es un gran negocio y la gente del INM forma parte de él”.
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Al negocio transnacional que va más allá de los límites legales, se suma el riesgo de los migrantes frente a las alertas falsas y la potencial pérdida de paciencia de la población que hasta hoy ha sido amable, respetuosa con ellos y ha hecho negocios.
Respecto a la población civil surge la pregunta: ¿Hasta cuándo?
En relación a los abogados que actúan legalmente, así como la corrupción y la mafia que los rodean no hay dudas: existirán mientras el negocio los alimente.
Evidentemente vivimos una crisis migratoria cuya solución, así como sus consecuencias, no se aprecian en las inmediaciones.
