Anna Solé Sans
Algunos recibieron la posibilidad de salir a la calle a dar pequeños paseos y hacer deporte con una gran ilusión y alegría. A otros, sin embargo, no les hizo ni pizca de gracia. Después de semanas sin salir de casa y un avalancha informativa sobre el coronavirus, no todo el mundo tenía ganas de salir a dar un paseo.
Se habla del síndrome de la cabaña aunque los expertos creen que es demasiado pronto para poner etiquetas. Se trata, como es bastante previsible por su nombre, del miedo de volver a salir a la calle que tienen algunas personas.
“Científicamente es una tontería, coloquialmente lo podemos decir pero no tiene ningún tipo de validez. No es un síndrome es una reacción que algunas personas estando teniendo”, detalla el psicólogo y profesor colaborador de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la UOC José Ramón Ubieto.
Según explica es una “reacción lógica” cuando has estado mucho tiempo encerrado en casa y “se percibe como un peligro la salida al exterior porque el virus no ha desaparecido”.
De esta manera insiste en que en otros casos como el de un atentado terrorista o bien un desastre natural, se puede salir a la calle cuando se sabe que no hay elementos peligrosos. El profesor expone que uno de los motivos por tener pánico a salir a la calle puede ser el miedo al contagio.
Ahora bien, no es el único. Ubieto también recalca que a estos miedos se le puede añadir el de la muerte, y destaca que puede afectar, especialmente, a las personas hipocondríacas. También los hay que tienen miedo de contagiar porque viven con personas mayores.
“Otros no quieren salir porque no tienen motivos para hacerlo”, comenta. Este podría ser el caso de los adolescentes. “Ellos prefieren quedar con amigos, hablar entre ellos y no le encuentran el sentido a salir a pasear o que les toque el sol, quizás prefieren ver una serie de Netflix”. Y también añade que, de esta manera, tampoco es lo mismo salir a pasear solo o acompañado.
El psicólogo recomienda, sin embargo, salir aunque no se tengan muchas ganas. “Hacer ejercicio va bien, te toca el sol y son hábitos que tendremos que recuperar”, concluye.
Fuente: elnacional.cat