Más política colmillo

Sin tacto.

 

Por Sergio González Levet

 

El Gobernador de Veracruz y su gabinete le siguen haciendo al Horacio Cascarín, y cada día que pasa nos dan muestras acabadas de su “política colmillo”, acciones calificadas de marrulleras con las que pretenden hacerse del control de todos los poderes y de todas las instituciones estatales.

A fuerza de declaraciones poco convincentes, que buscan imponer -a la Goebbels- con repeticiones reiteradas, los encargados de la versión jarocha de la 4T están proponiendo sin éxito recuperar la confianza que han ido perdiendo entre el millón 600 mil ciudadanos que votaron por Andrés Manuel e inercialmente por ellos.

Pero sus argumentos son muy pobres y se caen por su falta de bases con la realidad.

Ah, y los colmilludos Eric L. y Cuitláhuac dicen también que respetan la libertad de expresión, pero…

Hay que ver nomás lo que mandaron a declarar al Director de Asuntos Religiosos de la Secretaría de Gobierno, un tal Sergio Ulises Monte Guzmán (lástima de nombre… porque… Ulises fue un héroe griego que se distinguió por su ingenio y su inteligencia, y fue ni más ni menos el autor de la idea de hacer el caballo de Troya).

A este pobre tocayo del rey de Ítaca le mandaron a decir que exhortara al vocero de la Arquidiócesis de Xalapa, el preclaro padre Manuel Suazo Reyes, para que “se abstenga de opinar” (más bien de criticar) sobre la reforma electoral local, sobre las adecuaciones al Código Civil y sobre el proceso de elección del iscal General del Estado.

Colmilludamente, al funcionario le hacen decir que el Gobierno de Cuitláhuac respeta la libertad de expresión, aunque es evidente que no le gusta que se exprese nadie si no es a favor de las acciones gubernamentales.

En su afán de quedar bien con sus jefes y hacer profesión de fe ante los cuatro-transformers, el émulo del inmortal rey griego expelió joyas del silogismo, como eso de que “respeta” las opiniones del padre Suazo, “pero no las comparte”, je je.

O le quiere jugar al irónico y cuenta que personalmente le explicó a don José Manuel en qué consistía la reforma electoral y sus beneficios, pero que el pobre padre “no entendió” (!), y le pide que se calle, “porque sabemos que el padre está equivocado en sus conceptos” (!!).

Con ese doble mensaje “colmilludo” que tan mal manejan los cuitlahuistas, este señor Monte afirma -rotundo-  que no podrían él ni sus jefes prohibir a cualquier prelado de la Iglesia Católica que se manifieste sobre temas políticos, pero con un tufillo de regaño le recuerda al sacerdote que el artículo 130 de nuestra Constitución consagra la separación Iglesia-Estado, y en una verdadera perla de su limitada argumentación se va a los evangelios y cita la famosa frase de “Al César lo que del Cesar y a Dios lo que es de Dios”.

Eso sí, el encargado de la relación gubernamental con las iglesias vuelve a la carga colmilluda y afirma que no puede ir más allá de la exhortación al padre Suazo, “porque jamás en Veracruz se va a coartar la libertad de expresión, al menos durante esta administración estatal”.

Y aunque reconoce que ya hubo dos exhortos del propio Secretario de Gobierno al vocero de la Arquidiócesis para que no se meta en esos temas, es decir, que no objete nada del Gobierno, deja claro que en la actual administración estatal hay libertad para que cada quien exprese lo que a su juicio convenga”.

¡Sí, Chucha!