La desigualdad de género y el Covid-19.

Alguien como tú.

Por Gladys de L.Pérez Maldonado.

Hay ciertas cosas que no se deben decir, porque el subconsciente lo entiende y se lo cree. Sin embargo, esto no es cuestión de quien se lo crea o no…¡QUE DIFICIL ES SER MUJER!

Quizás la anterior expresión se escuche con un tono de “victimización”, sin embargo, es una realidad que vive cada mujer en el globo terráqueo, tristemente, a pesar de tanta lucha de la mujer por sobresalir y ser tomada en consideración en la vida pública y al interior de la familia, los logros alcanzados se están desmoronando en virtud de la inesperada llegada del tan mencionado Covid-19 a nuestras vidas.

El encierro obligado ha hecho que las mujeres asuman tantas funciones que muchas sufren un estrés desbordado con efectos psicológicos. Existe temor entre la féminas que su vida laboral se sitúe nuevamente al interior del hogar y todo lo obtenido se desdibuje.

Según datos de ONU Mujeres, antes de la Pandemia de coronavirus, las mujeres y las niñas de todo el mundo realizaban, tres veces más tareas en el hogar que hombres y niños. Después de 105 días de que se establecieran las medidas de aislamiento en México por el virus, ellas están pagando la factura más alta de esta emergencia: trabajan más, reciben menos dinero -algunas ni siquiera tienen un ingreso-, duermen menos, sufren graves problemas psicológicos y, como si esto no bastara, sufren más violencia.

En estos tiempos del Covid-19, en promedio, las mujeres pasan 80 horas a la semana realizando trabajo a distancia y trabajo no remunerado en casa, sin omitir que según dato de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) 57% de mujeres en América Latina son cabeza de familia. Con la finalidad de evitar la propagación del virus se cerraron escuelas, guarderías, asilos para ancianos y muchos hombres perdieron su empleo, lo que hizo que las mujeres tuvieran que apropiarse de nuevos roles: profesoras, enfermeras, cuidadoras, cocineras, aseadoras y muchas más tareas que no se ven pero que están ahí en la casa y además las que aún cuentan con un trabajo remunerado, realizarlo a distancia.

En comparación, los hombres que aún tienen un trabajo remunerado, durante esta pandemia pasan 57 horas realizando teletrabajo, lo que evidencia que el Covid-19 acentuó las graves diferencias sociales y amplió la brecha de género.

De acuerdo a la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) en el cuarto trimestre de 2019 en México se reportó que en el sector informal por sexo, 57.6% son mujeres y 55.3% son hombres. En los grupos de mayor edad, el porcentaje de mujeres ocupadas en la informalidad aumenta y se aleja en relación a los hombres en esta situación, en el grupo de 60 y más años, 76.9% de las mujeres ocupadas están en la informalidad, y los hombres están en un 70.1 por ciento.

La Encuesta Telefónica de Ocupación y Empleo (ETOE), -la cual es una estrategia creada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), con el objetivo de monitorear la situación de la ocupación y el empleo durante el periodo de la contingencia por el Covid-19-, dio a conocer que en abril del 2020 se perdieron 10.4 millones de trabajos informales ocasionado por la cuarentena, esto es una suspensión laboral sin percepción de ingresos de por medio y sin certeza de retornar a trabajar.

El paro de actividades no esenciales en el país fue un factor muy importante y el confinamiento de las familias mexicanas en su hogar hizo que cayera el consumo interno, bajando la producción y afectando el empleo. Debemos puntualizar que el trabajo informal ha sido la alternativa para las mujeres de obtener ingresos, sin descuidar las otras responsabilidades que se tienen en el hogar.

La realidad social y de salud pública en México y en el Mundo, ha cambiado, el Covid-19 llegó para quedarse por tiempo indefinido, hasta en tanto se logre una vacuna que lo inocule, el punto es que debido a este virus, muchas mujeres, hombres, niñas y niños de cualquier edad, deberán quedarse en el hogar, en caso de que sufran patologías que los hagan sensibles a contagiarse y corra riesgo su vida, y las mujeres que mayormente son las responsables de las labores de cuidado en la familia, se verán afectadas para volver a entrar en la fuerza laboral ya sea formal o informal, porque necesitarán flexibilidad de horarios para lidiar con el cuidado de los hijos e hijas, enfermos en casa y otras labores invisibles que se han asumido como “propias”.

Así las cosas, los organismos internacionales y nacionales de Derechos Humanos, ONU Mujeres, INMUJERES y el Gobierno mexicano, deberán implementar políticas públicas emergentes a la Pandemia del Covid-19 para rescatar a las mujeres de la desigualdad de género que se está manifestando.

¡QUE DIFÍCIL ES SER MUJER!