Liébano Sáenz
La visita del presidente López Obrador era necesaria a pesar del riesgo. Los pronósticos de desastre estuvieron lejos de cumplirse. A todos debe tranquilizar la buena relación entre ambos países, aún cuando el encuentro se haya dado en el marco de la campaña presidencial en el país vecino. Por el inconveniente de un presidente en campaña, en nuestro país no se aceptó la revocación de mandato concurrente a la elección de diputados federales y las múltiples elecciones locales en 2021.
Es alentadora la buena relación porque los problemas que encara la economía nacional son monumentales. Para el país es un mensaje importante que el inicio del nuevo acuerdo comercial se acompañe del encuentro de mandatarios. Fue un acierto convocar a empresarios de ambos países a manera de centrar el tema en la economía de ambas naciones y en el nuevo marco comercial.
El pragmatismo de los mandatarios es aleccionador. No es lo que les caracteriza y la rectificación no deja de ser un mensaje positivo. Significa que se entienda y procese la realidad a partir de la razón y no del impulso de la emoción. Muchos de los que se oponían a la visita del presidente mexicano invocaban, con inobjetable razón, la incontenible retórica antinmigrante de su par. No ocurrió así. El presidente mexicano mantuvo una postura mesurada, así fue porque privilegió el futuro y no el pasado.
El pragmatismo sobre la ideología debiera servir para mucho más. Es claro que si se quieren mejorar las perspectivas económicas el interlocutor para ello no es el presidente o el candidato demócrata, tampoco el Congreso propiamente, sino los inversionistas y los empresarios que ven en México una oportunidad. Mucho se puede hacer a partir de la necesidad de nuestro vecino de encontrar un equilibrio comercial que constituya una opción confiable diferente a China.
Para ello se requiere recuperar la confianza. Fundamental es el estado de derecho. El gobierno ha tomado decisiones a contrapelo de la certeza jurídica. Se debe enmendar el camino y retomar una postura de apego estricto a la ley. Las condiciones del país lo exigen. Es deseable que el presidente lo entienda. Sería el mejor resultado de la visita.