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Redacción/
Bielorusia 4 agosto 2020.- La campaña para los comicios presidenciales en Bielorrusia del próximo día 9 llega a su recta final con una movilización inédita de la oposición en torno a las tres mujeres que retan al presidente Alexandr Lukashenko, donde Svetlana Tijanóvskaya, tienen más aoprtunidades para ponere fin al cuarto de siglo de ´reinado´ del en lo que más bien parece una carrera de obstáculos que un proceso electoral.
Bielorrusia, enclavada entre Polonia y Rusia, solo vivió una esperanza democrática cuando declaró su independencia, que sobrevivió un año, entre 1918 y 1919. Porque en su segunda oportunidad, a partir de 1994, ha estado en manos de un dictador de estirpe estalinista, cuyos procedimientos hacen palidecer a Vladímir Putin.
Las tres mujeres que desafiarán en las próximas elecciones del 9 de agosto al apodado último dictador de Europa son Svetlana Tikhanovskaya, Maria Kolesnikova y Veronika Tsepkalo. Antes de unirse para apoyar a la más fuerte, todas habían permanecido en la tras escena del activismo de oposición.
Svetlana Tijanóvskaya, ama de casa de 37 años, nunca soñó con dirigir su país de 9,5 millones de habitantes. De hecho renunció a su carrera para dedicarse a su hijo mayor, que nació con problemas de audición. Es la esposa del famoso youtuber opositor Sergey Tikhanovsky, quien se iba a postular a la presidencia cuando la policía lo arrestó a finales de mayo.
Con una insusual convocatoria miles de seguidores lo habían acompañado en la plaza pública e, incluso, hacían largas filas para sumar sus firmas. La policía lo acusó de violar el orden público y agredir a un uniformado, ‘delitos’ castigados con tres años de cárcel. Ante el arresto, Svetlana decidió asumir la candidatura.
Maria Kolesnikova era la coordinadora de campaña del candidato opositor Viktor Babariko, un exbanquero detenido el 18 de junio por supuesto lavado de dinero, evasión tributaria y corrupción.
Por su parte, Veronika Tsepkalo es la esposa de Valery Tsepkalo, un exembajador en Estados Unidos que también, a inicios de año, decidió lanzarse. Sin embargo, el órgano electoral lo descalificó porque supuestamente más del 50 por ciento de sus firmas no eran válidas. En las últimas semanas huyó a Moscú con sus hijos por miedo a que lo detuvieran.
Los tres pintaban como los opositores más fuertes de Lukashenko, que opta por su sexto mandato. Organizaciones de derechos humanos consideran persecución política las acciones en su contra. Usualmente, en las elecciones anteriores cualquier intento de oposición a estas alturas estaría más que cancelado; pero estas mujeres, conscientes de que nunca antes alguien había llegado tan lejos, decidieron unir fuerzas por Svetlana Tikhanovskaya.
Alexandr Lukashenko, presidente de Bielorrusia, opta este año por su sexto mandato.
Miles en las calles las apoyan. Aisha Jung, responsable en Bielorrusia de Amnistía Internacional, dijo a SEMANA que “la movilización contra el presidente no tiene precedentes. Desde la capital hasta pequeños pueblos, las personas están saliendo a apoyar candidatos de oposición”. El Gobierno ha respondido con represión. Según el Centro de Derechos Humanos Viasna, desde el inicio de la campaña han detenido o multado a cerca de 600 personas por participar.
Lukashenko es cada vez más impopular. La población, que en un momento lo apoyó, está cansada del estancamiento, la represión y del temperamento del gobernante. Para el mandatario, la covid-19 se puede evitar con vodka y saunas. Mientras tanto, el país, de 9,5 millones de habitantes, tiene casi 68.000 casos positivos.
Las tres mujeres han logrado movilizar sectores que por muchos años no habían participado en política. Sus vidas y la manera en que entraron a la carrera presidencial representan a los outsiders que han decidido levantar su voz. Ellas no tienen un plan de gobierno, pero prometen que liberarán a los presos políticos y convocarán inmediatamente a elecciones libres y justas. Así, los candidatos que representan podrían participar. Parece un sueño, al menos por ahora.
Con información de agencias