La sociedad veracruzana lee y relee con dolor y coraje parte de la denuncia de hechos interpuesta por Emilio Lozoya el pasado 11 de agosto, que cita cuando en el 2015 el Gobernador de Veracruz, Javier Duarte, deslumbró al Presidente Enrique Peña con el detallito de un Ferrari rojo que perteneció al Presidente Adolfo López Mateos.
Un episodio que dio pie a la construcción del ‘Museo de Peña’ que termina en bodega, mientras las y los veracruzanos siguen esperando que repare el daño que Duarte ocasionó a millones en la entidad que gobernó.
“Javier Duarte se le acercó en las escalerillas del avión presidencial y le entregó una carpeta al Presidente; yo sabía de la relación estrecha entre ambos, pues hacía tiempo que Luis Videgaray me había instruido a facilitar diversos tipos de combustible al Gobierno de Duarte, pues el Presidente se comprometió apoyar la gestión de el entonces Gobernador”, declaró el exdirector de Pemex, Emilio Lozoya, ante la FGR, en la denuncia filtrada desde la FGR.
“Enrique Peña Nieto nos dijo: ‘miren lo que me regaló el Gober'”, declaró Lozoya y les mostró las fotografías del Ferrari con un recadito: “‘Este Ferrari perteneció al Presidente López Mateos’, y a un lado estaban las llaves del auto”.
Para festejar, dice la crónica de un colaborador del régimen de la 4T, “Peña pidió abrir un par de botellas de Vega Sicilia”, reseñó Lozoya.
De acuerdo a la presunta denuncia que desde la FGR se filtró, se consigna que Lozoya calificó el obsequio de ‘deplorable’ y revela que Peña invirtió millones de pesos en un ‘Museo del Presidente’ donde fue a parar el auto de colección, del expresidente López Mateos.
El regalito de Javier Duarte fechado en el 2015, según esta narrativa, sucedió cuando el gobierno de Javier Duarte empezó a dejar de pagar a proveedores quebrando al Estado de Veracruz y que hoy sigue sufriendo las consecuencias.
El día que Javier Duarte huyó faltaban unas semanas para que Duarte dejara el cargo como gobernador y las acusaciones en su contra por corrupción era de tal magnitud que lo obligaron a presentarse ante la opinión pública.
“Hoy presentaré una solicitud de licencia para separarme del cargo como gobernador de Veracruz”, le dijo Javier Duarte el 12 de octubre del 2016 a Carlos Loret de Mola en una entrevista que se dijo, pactada desde la Secretaria de Gobernación presidida por Miguel A Osorio Chong.
Las denuncias de Corrupción sobre Duarte obligaban a que el considerado “el peor mandatario de Veracruz”, lo enfrentara. Luego se dijo perseguido político para lavar la cara de la administración peñista.
“¿Va usted a huir?”, le preguntó aquella ocasión Loret de Mola a Duarte de Ochoa, “Por supuesto que no, me quedo en Veracruz, es al revés, es para dar la cara”.
El hombre se fugó horas más tarde.
Así, se consumó el daño patrimonial a millones de veracruzan@s que hoy, al conocer el detallito del Ferrari en este circo preelectoral, inevitable evocar el régimen priista “que no tenía llenadera” (empresarios dixit), que llevó a la cuestionada alternancia como la única opción para salir de esa generación de políticos nefastos, aún cuando se haya caído en otras arenas movedizas que nos lleva con ocurrencias a una destrucción institucional.
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