Por Yamiri Rodríguez Madrid
Esta semana inició con la presentación de la incidencia delictiva correspondiente al pasado mes de agosto. A decir del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, en Veracruz aumentó el número de víctimas por asesinato con 153 casos (23%), las de feminicidio con 9 mujeres muertas (29%) y de secuestro con 12 víctimas (33%).
Más allá de la percepción que las autoridades estatales y federales pretenden construir de la supuesta seguridad en la entidad, la realidad en la que vivimos es muy distinta.
Por ejemplo, hace apenas unas semanas presentaron con bombo y platillo la captura de una supuesta jefa de plaza en la región de Xalapa; lejos de generar comentarios positivos y de reconocimiento, la gente dudó que realmente la mujer fuera tan mala como la pintaban o que tuviese el peso que la Secretaría de Seguridad Pública decía. El calificativo general fue una “tomada de pelo”.
Este lunes, a la par de las cifras de la Federación, cacaraquearon aquí en el estado el creciente número de detenciones de narcomenudistas, pero todos los días sabemos de ejecuciones, de violencia cruda, despiadada, a lo largo de nuestra geografía.
Como lo hemos dicho a lo largo de los meses, es inconcebible que sigamos sin una estrategia para frenar el feminicidio; que el Instituto Veracruzano de las Mujeres sea inexistente, solo cobrando una encargada de despacho; sin la mínima intención de dar un golpe de timón en la violencia feminicida.
Pero este no es el único de nuestros males, en el acumulado anual, en estos primeros 8 meses del año se han perpetrado 51 mil 242 delitos, de los cuales mil 450 homicidios (878 dolosos), 4 mil 347 lesiones dolosas, 61 feminicidios, 94 secuestros y 14 mil 732 robos.
Veracruz se sigue desangrando, porque combatir la violencia no es una prioridad para esta administración, máxime cuando ya inició el proceso electoral. Aquí no importa a cuántos maten, ni las víctimas, sino retener el poder, aunque el estado se desmorone.
@YamiriRodriguez